Ayer no pude dormir. Las pastillas no hacen efecto, y los sonidos de la noche se suceden como en una película de terror. Me salí de la cama y me monté en las nubes del otoño. Caí dentro de la niebla, donde las cosas se burlan de ti, y te dibujan paisajes extraños. Tanto es así que me ví a pocos pasos de mí, llorando. No sé cómo pude arreglármelas para no salir corriendo y ver qué era todo aquello.
- ¿Qué ocurre? - Le pregunté.
- Oh, eres tú. Qué sorpresa.- Respondió, sarcásticamente.
- ¿Qué te ocurre?
- ¿Acaso no lo sabes? ¿No sabes lo que es andar por caminos llenos de trampas y horrores? Siempre que trato de hacer lo que quiero, alguien se burla de mí, y me dice que eso no, que me está vedado. Y que lo andado no puedo deshacerlo. Que un solo error se paga con mil días de penitencia, aunque desees no haberlo hecho.
Las estrellas amigo mío, las estrellas. Quieren que nos choquemos mientras intentamos alcanzarlas.
Algo se desató dentro de mí. Acababan de tocar una caja que estaba guardada, fuera del alcance; y aquella persona, igual a mí, estaba allí, abriéndola y esparciendo el contenido a mis pies.
La niebla me sofoca, y las lágrimas se empujan unas a otras por salir. No puedo apagar el interruptor.
- Adonde... ¿Adonde estamos? - Inquirí, jadeante.
- ¿Esto? Es el mundo del espejo.
Para Goli.
Palabras clave: Soledad, arrepentimiento y hechos consumados.
Bienvenido a un mundo tan abstracto como lo que pasa por mi cabeza. Literatura rompecabezas que significa cualquier cosa menos la que es. O puede que veas la realidad.
sábado, 28 de febrero de 2015
Imperios
Mensajes borrados
en agua de lluvia,
bebiendo arena
de tus silencios,
cuando el cañón
ya retumbó anoche.
Todos los puentes
quemados,
derribados,
solo la sombra
de la ilusión.
Un monstruo que
se alimenta,
ojos grises que
se apagan,
y el eco devuelve
mis respuestas.
Sueños polvorientos,
que abrazan,
que persiguen,
que se difuminan
al alba.
Nunca fuí más
que el sapo,
el príncipe destronado
de las palabras,
sentado en sillas
de espejismos.
Y aquí estoy,
sentado en el mar
de la esperanza,
deseando que vuelva
la botella que lancé.
Y cuando suba
la marea,
y la soledad
abrace mi cuerpo,
podré decir:
Basta un solo día
para destruir imperios.
en agua de lluvia,
bebiendo arena
de tus silencios,
cuando el cañón
ya retumbó anoche.
Todos los puentes
quemados,
derribados,
solo la sombra
de la ilusión.
Un monstruo que
se alimenta,
ojos grises que
se apagan,
y el eco devuelve
mis respuestas.
Sueños polvorientos,
que abrazan,
que persiguen,
que se difuminan
al alba.
Nunca fuí más
que el sapo,
el príncipe destronado
de las palabras,
sentado en sillas
de espejismos.
Y aquí estoy,
sentado en el mar
de la esperanza,
deseando que vuelva
la botella que lancé.
Y cuando suba
la marea,
y la soledad
abrace mi cuerpo,
podré decir:
Basta un solo día
para destruir imperios.
viernes, 27 de febrero de 2015
Lightning
Viajé a los rincones oscuros del Cocito; no sé qué esperaba encontrar, pero no había nada. Seguí mirando, atravesando los espacios más peligrosos, paracaidistas devorados por los monstruos del agua, miles de muertos agazapados, escudriñando el cielo sin poder ver. Lámparas de aceite en zonas letales, donde regurgitan los heridos de guerra. Banderas rotas, ninguna es mi país, todas blancas, todas negras. Me volví loco. Empecé a correr, y llegué a la zona más iluminada, donde las flores de hielo dibujan bellos paisajes, atrayendo a los pecadores hacia el descanso eterno.
Y allí, cantando, la encontré. Era una sombra sonriente, magnífica, sentada encima de la memoria. Rasgaba las cuerdas del alma con lentitud, dándole a cada acorde un brillo infernal. Conforme me acercaba, el Cocito iba congelándome el cuerpo. Tiritando, ardiendo, conseguí ponerme enfrente.
La sombra, extrañada, me miró.
- ¿Cómo has llegado aquí? Nadie puede acercarse sin ser absorbido por el lago.
- Lo sé. Pero quería hacerte un favor. Te ruego que me escuches.
- Umm... Has llegado hasta aquí, ¿por qué no? ¿Qué quieres?
- Quiero que invoques el poder del rayo. Quiero que limpies el Cocito por completo, y que la luz vuelva a inundar los valles.
- Eso que me pides es difícil. Ninguna sombra antes que yo lo ha conseguido. ¿Qué te hace pensar que yo sí?
- Tu poder lleva haciéndose grande desde hace años. Has conseguido dominar gran parte del lugar, y, al contrario de lo que creía, estás en el lado más luminoso.
- De acuerdo. Lo puedo intentar, al fin y al cabo, pareces muy convencido.
- Bien. Estaré impaciente por verlo.
Me di la vuelta, y comencé a andar.
- ¡Ah, sí! Olvidé decirte que yo no me congelo, porque todo lo que hay en este lugar es mío. Yo creé este sitio. Y confío en que tú me ayudes a manejarlo.
http://youtu.be/CRTa7l511nU
Y allí, cantando, la encontré. Era una sombra sonriente, magnífica, sentada encima de la memoria. Rasgaba las cuerdas del alma con lentitud, dándole a cada acorde un brillo infernal. Conforme me acercaba, el Cocito iba congelándome el cuerpo. Tiritando, ardiendo, conseguí ponerme enfrente.
La sombra, extrañada, me miró.
- ¿Cómo has llegado aquí? Nadie puede acercarse sin ser absorbido por el lago.
- Lo sé. Pero quería hacerte un favor. Te ruego que me escuches.
- Umm... Has llegado hasta aquí, ¿por qué no? ¿Qué quieres?
- Quiero que invoques el poder del rayo. Quiero que limpies el Cocito por completo, y que la luz vuelva a inundar los valles.
- Eso que me pides es difícil. Ninguna sombra antes que yo lo ha conseguido. ¿Qué te hace pensar que yo sí?
- Tu poder lleva haciéndose grande desde hace años. Has conseguido dominar gran parte del lugar, y, al contrario de lo que creía, estás en el lado más luminoso.
- De acuerdo. Lo puedo intentar, al fin y al cabo, pareces muy convencido.
- Bien. Estaré impaciente por verlo.
Me di la vuelta, y comencé a andar.
- ¡Ah, sí! Olvidé decirte que yo no me congelo, porque todo lo que hay en este lugar es mío. Yo creé este sitio. Y confío en que tú me ayudes a manejarlo.
http://youtu.be/CRTa7l511nU
jueves, 26 de febrero de 2015
Vida y obra de una lágrima
Me deslizo entre las hojas que pueblan los astros de la avenida 16, no me muevo yo, me mueve el viento. Choco contra las tinieblas de tu cuerpo, un visitante más, un litro de sangre menos; se quedó pegado a ti, cuando cerraste las compuertas de los faros. Me muevo entre la arena de tus tapices, y es cuando me voy quedando pegado a tu pintura: Ya avanzo poco. Es entonces que una enfermera me inyecta el 0 negativo, y vuelvo a correr entre la eterna llanura que baja al inframundo por un único camino.
Pero no creo poder bajar, cuando el parapeto me lleva a cárceles de porcelana, y, ahí, me lanzo al vacío para ser arrastrado de nuevo. Los dulces y yo no encajamos, qué le vamos a hacer. Qué le vamos a hacer si, aunque el momento sea alegre, soy salada como el mar.
Pero no creo poder bajar, cuando el parapeto me lleva a cárceles de porcelana, y, ahí, me lanzo al vacío para ser arrastrado de nuevo. Los dulces y yo no encajamos, qué le vamos a hacer. Qué le vamos a hacer si, aunque el momento sea alegre, soy salada como el mar.
miércoles, 25 de febrero de 2015
Present tense
Un barco se detiene en el muelle, todo desierto alrededor. Lanza el ancla, y una escalerilla asoma, haciendo de puente entre la cubierta y los desvencijados tablones que sirven de nexo entre el mar y la tierra. No bajan marineros, no baja nadie. Solo se escucha el romper de las olas sobre la orilla, meciendo ligeramente el barco. No recuerdo cómo llegué aquí, donde ya no hay bullicio, donde solo queda quietud y ruinas.
Atravieso el crisol de mis ojos, y avanzo hacia el barco. Conforme voy andando, los crujidos de las tablas hacen brecha y van cayendo. Todo lo que queda atrás se cae al agua. Madera podrida, polvo. Subo las escaleras, y, una vez en el barco, veo a alguien en proa. Va vestido con una túnica que le cubre la cabeza y el cuerpo. Está mirando el mar, pero sabe que estoy ahí.
- Llegas a tiempo.- Me saluda.
- ¿Me esperabas?.- Pregunto, sorprendido.
- No. Debo decir que no.
- Entonces, ¿qué haces aquí? ¿Cómo es que me dices eso?
- Eso deberías decírmelo tú, que me has llamado.
- ¿Yo?
- Sí, tú. Llevaba meses sin montar en barco, y tú me has pedido que venga a por ti.
- Pero... Pero, ¿quién eres? ¿Adónde quieres ir?
- Sabes quién soy. Y, adonde vamos, puedo decírtelo. Nos vamos de aquí. Porque, para eso te has montado en mi barco, ¿no?
Entonces, se dió la vuelta y el tiempo se hizo añicos.
http://youtu.be/5wFdkH1Dmqc
Atravieso el crisol de mis ojos, y avanzo hacia el barco. Conforme voy andando, los crujidos de las tablas hacen brecha y van cayendo. Todo lo que queda atrás se cae al agua. Madera podrida, polvo. Subo las escaleras, y, una vez en el barco, veo a alguien en proa. Va vestido con una túnica que le cubre la cabeza y el cuerpo. Está mirando el mar, pero sabe que estoy ahí.
- Llegas a tiempo.- Me saluda.
- ¿Me esperabas?.- Pregunto, sorprendido.
- No. Debo decir que no.
- Entonces, ¿qué haces aquí? ¿Cómo es que me dices eso?
- Eso deberías decírmelo tú, que me has llamado.
- ¿Yo?
- Sí, tú. Llevaba meses sin montar en barco, y tú me has pedido que venga a por ti.
- Pero... Pero, ¿quién eres? ¿Adónde quieres ir?
- Sabes quién soy. Y, adonde vamos, puedo decírtelo. Nos vamos de aquí. Porque, para eso te has montado en mi barco, ¿no?
Entonces, se dió la vuelta y el tiempo se hizo añicos.
http://youtu.be/5wFdkH1Dmqc
martes, 24 de febrero de 2015
Prisioneros
El ritmo del mundo sigue igual. Hormigas entran y salen, y trenes rugen en las pintadas del asfalto. El cerebro se embota y no sabe arrastrar arena a la playa. ¿Cómo de largo es el horizonte? Destrozo los cristales de los aparejos que rezan: "Romper solo en caso de desesperanza", y el cielo se cubre de rojo. ¿Cómo de largo es el día? Las almas de los herejes se consumieron entre gritos de angustia, y la espada me empuja hacia ellos. Fuerte coraza que cubre los golpes, pero deja pasar las dagas de la mente. Directas hacia los ojos, las fauces de la incertidumbre desgarraron mi garganta. ¿Cómo de largo es un minuto? Me quedé ahí, prisionero de una mano invisible que guía pero no señala, un mapa del revés, las estrellas que rozan las manos, y las laceran con el frío más ardiente. Palabras, palabras. Una noria que sube y baja, no sé qué ocurre. Un hilo, una mano, y arenas movedizas abajo. Si quieres, estira. Si quieres, empuja.
http://youtu.be/qdzvC0XxoMY
http://youtu.be/qdzvC0XxoMY
lunes, 23 de febrero de 2015
Adicción
Soy un adicto, lo sé. Me encanta el caos de las palabras. Lo necesito. No es fácil entenderlo, eso también lo sé. Te sientas ahí, y escribes. Lo que no sabes es el efecto que tiene sobre otras personas. Habrá quien pase, claro. Y quien solo le eche un vistazo. Pero hay quien se pone a leer y a releer lo que pones, y a pensar qué puede significar. Aunque sea una canción. Porque, y en eso estarán todos ustedes de acuerdo, las canciones, y las palabras significan distintas cosas según lo vea uno. A veces confunde. Ni siquiera se ve el sentimiento, o el significado base. Y, para mí, la persona que logre hacer que nos enganchemos a eso, habrá logrado algo muy importante. Tu atención. Y no la atención del gracioso, no, una atención contínua, donde los mundos se difuminan y te absorben y te hacen formar parte de este caos. En orden, por favor.
Signal fire
Hoy alguien me lanzó una botella de oxígeno. No sé si por casualidad, o inducido por señales. El caso es, que vuelvo a respirar. No sé si bien, porque el fuego atravesó mis pulmones. Puede ser que esté en un desierto y solo vea espejismos donde yo creo ver una realidad. Es posible que alguien salve el día, o que la grieta de la suerte me devore hacia las entrañas de la oscuridad. No lo sé. Me quité la máscara, ya lo ves, pero eso puede hacer que tus manos desgarren mis ojos. Es lo que tiene la vulnerabilidad.
Me quedé descalzo, de pie. Puedes arrancarme la piel, también. Mis soldados tienen muchos pies, pero ningún arma. Ya dispararon sus flechas.
Ya lo ves, las luces del alma me hicieron respirar, lo que no sé, es por cuánto tiempo.
http://youtu.be/11KD3gN6Bus
Me quedé descalzo, de pie. Puedes arrancarme la piel, también. Mis soldados tienen muchos pies, pero ningún arma. Ya dispararon sus flechas.
Ya lo ves, las luces del alma me hicieron respirar, lo que no sé, es por cuánto tiempo.
http://youtu.be/11KD3gN6Bus
domingo, 22 de febrero de 2015
Arañas
No soy un superhéroe, ni tampoco un villano. Lo que haga no será recordado por siglos, ni tampoco se prestará mucha atención a mi ausencia. Apenas un 'crack' minúsculo, imperceptible sonido, en este mundo. La huella de una bacteria.
Soy una pequeña araña que va tejiendo sus hilos alrededor de un mundo hueco. Cuando algo cae dentro, no escucho el ruido, no siento las vibraciones. Lentamente, con el pasar de las horas, el veneno me va consumiendo, y poco a poco voy descendiendo hacia el suelo. Evito las pisadas, y me escondo bajo los árboles. Devoré mis piernas hace tiempo, ni un solo paso atrás. Ninguno hacia delante. Me quedo en el medio de un mundo que lo devora todo sin piedad, esperando que un rayo de luna me salve.
http://youtu.be/CwrhUSkfThw
Soy una pequeña araña que va tejiendo sus hilos alrededor de un mundo hueco. Cuando algo cae dentro, no escucho el ruido, no siento las vibraciones. Lentamente, con el pasar de las horas, el veneno me va consumiendo, y poco a poco voy descendiendo hacia el suelo. Evito las pisadas, y me escondo bajo los árboles. Devoré mis piernas hace tiempo, ni un solo paso atrás. Ninguno hacia delante. Me quedo en el medio de un mundo que lo devora todo sin piedad, esperando que un rayo de luna me salve.
http://youtu.be/CwrhUSkfThw
sábado, 21 de febrero de 2015
Hermanos Grimm
Hoy me ha dado ganas de ir a ver a Caperucita Roja. He quedado con ella en el bosque, y el lobo ha aparecido también. Nos hemos comido lo que llevaba en la cesta para su abuelita. Total, no creo que se lo vaya a comer tal y como está. También se ha presentado el leñador con unas cervezas, y el lobo parece ser que no aguanta el alcohol, y se ha quedado frito. Cosas que pasan. Creo que no le gusto a la abuela de Caperucita; cada vez que me ve, dice que me tiene bien enfilado. No sé qué querrá decir, pero nada bueno, seguro.
Después de haber rebajado la comilona, me fuí con Caperucita al cine. Han abierto uno al lado de su casa, que se están cargando el bosque, dice, algo sobre especulación urbanística. Y que le quieren comprar la casa. No sabe qué hacer, la pobre. Me cuenta que han desahuciado a la familia Gretel, y que la Cenicienta lidera un movimiento llamado la PAH. Y yo pienso: Lo que han cambiado las cosas.
PD: Disculpadme si me he cargado vuestra infancia.
Después de haber rebajado la comilona, me fuí con Caperucita al cine. Han abierto uno al lado de su casa, que se están cargando el bosque, dice, algo sobre especulación urbanística. Y que le quieren comprar la casa. No sabe qué hacer, la pobre. Me cuenta que han desahuciado a la familia Gretel, y que la Cenicienta lidera un movimiento llamado la PAH. Y yo pienso: Lo que han cambiado las cosas.
PD: Disculpadme si me he cargado vuestra infancia.
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viernes, 20 de febrero de 2015
Apuestas
Andar bajo la lluvia puede ser alentador, sobre todo si no tienes adonde ir. Caminar, caminar, y avanzar hacia una ciudad derruida, donde los destrozos cubren el pavimento, y los edificios parecen haber sido cortados con una espada en un corte diagonal.
Ustedes no saben lo que es ver la completa calma en movimiento. Coches destrozados, brisas de aire que se llevan la primavera lejos, y monstruos de nieve que buscan destrozarte con sus gélidos abrazos.
No sé si soy un perdedor, cuando en este momento solo estamos yo y la soledad. No sé si hago mal mis apuestas, jugándome lo único que me queda. Mi ropa, un libro, y una sonrisa. Si te atreves, ven, haz tu apuesta.
Ustedes no saben lo que es ver la completa calma en movimiento. Coches destrozados, brisas de aire que se llevan la primavera lejos, y monstruos de nieve que buscan destrozarte con sus gélidos abrazos.
No sé si soy un perdedor, cuando en este momento solo estamos yo y la soledad. No sé si hago mal mis apuestas, jugándome lo único que me queda. Mi ropa, un libro, y una sonrisa. Si te atreves, ven, haz tu apuesta.
jueves, 19 de febrero de 2015
Sombras
Lanzo aviones de papel sobre las murallas, y todos ellos llevan una palabra escrita. No sé quién los cogerá, ni siquiera sé si llegarán a alguna parte. Uno de ellos lleva dibujada una sonrisa, con la petición de que sea devuelta.
Es extraño que las sombras quieran hacer sonreir a alguien. Normalmente viven apartadas, hurañas, inconexas con el mundo que les rodea, andando en puzzles que no se forman nunca, y, sin embargo, formando parte de él, aunque nadie las note.
Todas viven adentro de cada uno de nosotros, unas más largas que otras. Hay algunas que casi no se manifiestan, que casi han preferido desaparecer, para darnos el control; hay otras que se hacen más y más grandes, fagocitándolo todo, y son a esas a las que hay que temer. Ustedes desconocen el poder que hay en ellas, lo sé, pero ellas no desconocen el vuestro, y harán todo lo posible por volver a lo que un día fueron.
Es extraño que las sombras quieran hacer sonreir a alguien. Normalmente viven apartadas, hurañas, inconexas con el mundo que les rodea, andando en puzzles que no se forman nunca, y, sin embargo, formando parte de él, aunque nadie las note.
Todas viven adentro de cada uno de nosotros, unas más largas que otras. Hay algunas que casi no se manifiestan, que casi han preferido desaparecer, para darnos el control; hay otras que se hacen más y más grandes, fagocitándolo todo, y son a esas a las que hay que temer. Ustedes desconocen el poder que hay en ellas, lo sé, pero ellas no desconocen el vuestro, y harán todo lo posible por volver a lo que un día fueron.
miércoles, 18 de febrero de 2015
Fantasmas
Vamos a cerrar los ojos, y a imaginar que no tengo pies de gigante. Que las flechas no cercenaron ninguna zona de mi cuerpo. Nunca caí, y todas mis empresas tuvieron éxito. Y jamás, jamás se apagó el brillo en mis ojos, porque en ningún momento el cuchillo del dolor fue dirigido hacia mí. Tampoco me arrepentí nunca de nada, porque todas mis decisiones eran correctas; ningún error, ningún error.
Siempre lo olvidé todo, nada que recordar, solo hojas muertas tras de mí, veneno en mis huesos, cenizas en mi boca, y un cigarrillo sin apagar en la mano.
Vamos a cerrar los ojos, y a imaginar que los fantasmas no existen.
Siempre lo olvidé todo, nada que recordar, solo hojas muertas tras de mí, veneno en mis huesos, cenizas en mi boca, y un cigarrillo sin apagar en la mano.
Vamos a cerrar los ojos, y a imaginar que los fantasmas no existen.
martes, 17 de febrero de 2015
Acantilados
Volví a caer dentro de zarzas en medio de la lluvia. Tropezar al borde de un acantilado puede darte colchones extraños, con espinas que atraviesan la piel, pero que salvan la vida. La lluvia me riega a mí, y la sangre riega las zarzas. La tierra y el arbusto se vuelven rojos, y comienzan a brotar flores del mismo color entre las espinas.
Es entonces cuando me quito poco a poco de las espinas, fuertemente incrustadas. Caigo al suelo, sin apenas poder moverme. Me falta el aliento.
No sé cómo seguir, cómo continuar, cuando el tsunami del tiempo me ahoga y la vida se me escapa entre suspiros de metralla. No hay nadie ahí fuera, en la yerma extensión de mi mente, y las bombas desgarraron mi piel. Desnudo, sin nada, una mancha roja tumbada en el suelo.
Es entonces cuando me quito poco a poco de las espinas, fuertemente incrustadas. Caigo al suelo, sin apenas poder moverme. Me falta el aliento.
No sé cómo seguir, cómo continuar, cuando el tsunami del tiempo me ahoga y la vida se me escapa entre suspiros de metralla. No hay nadie ahí fuera, en la yerma extensión de mi mente, y las bombas desgarraron mi piel. Desnudo, sin nada, una mancha roja tumbada en el suelo.
lunes, 16 de febrero de 2015
Yo sé que el mar siempre devuelve lo que lanzaste una vez. Puede volver al mismo sitio, sí, aunque sea difícil. Tal vez tarde años. Y se quede flotando, en el vasto oleaje, dejándose guiar por el agua.
Y aquello que puse dentro de una botella, no sé lo que es, pero regresó a la arena. Y, al abrir el tapón, me encontré en un mundo donde nunca había estado. Me encontré a mí mismo, frente a un espejo hecho añicos, y, entre tantas caras distintas, pude verme.
Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo.
Cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo.
Cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Cambia el más fino brillante,
de mano en mano su brillo.
Cambia el nido el pajarillo,
cambia el sentir un amante.
Cambia el rumbo el caminante,
aunque esto le cause daño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia.
Cambia el sol en su carrera,
cuando la noche subsiste.
Cambia la planta y se viste
de verde en la primavera.
Cambia el pelaje la fiera,
cambia el cabello el anciano.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Pero no cambia mi amor,
por más lejos que me encuentre.
Ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente.
Lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana.
Así como cambio yo
en esta tierra lejana.
Cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia.
Julio Numhauser.
http://youtu.be/eaHGtnhf6j0
Y aquello que puse dentro de una botella, no sé lo que es, pero regresó a la arena. Y, al abrir el tapón, me encontré en un mundo donde nunca había estado. Me encontré a mí mismo, frente a un espejo hecho añicos, y, entre tantas caras distintas, pude verme.
Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo.
Cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo.
Cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Cambia el más fino brillante,
de mano en mano su brillo.
Cambia el nido el pajarillo,
cambia el sentir un amante.
Cambia el rumbo el caminante,
aunque esto le cause daño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia.
Cambia el sol en su carrera,
cuando la noche subsiste.
Cambia la planta y se viste
de verde en la primavera.
Cambia el pelaje la fiera,
cambia el cabello el anciano.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño.
Pero no cambia mi amor,
por más lejos que me encuentre.
Ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente.
Lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana.
Así como cambio yo
en esta tierra lejana.
Cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia.
Julio Numhauser.
http://youtu.be/eaHGtnhf6j0
domingo, 15 de febrero de 2015
Sesiones
- Empiezo a correr, mucho, hasta que ya no puedo más, y me escondo dentro de una habitación extraña, con estatuas y una lámpara colgando en el techo. Y, no sé por qué, pero me estaba riendo, como si no importase nada de aquello, como si el terror que me atenazaba no importase. Al fondo, una silueta me observa, atenta, pendiente de mis movimientos. Es aquello de lo que huyo, y sin embargo, no le cuesta trabajo alcanzarme. Aunque yo creo que realmente no hace nada por lograrlo, simplemente sucede.
- ¿Por qué dice eso señor Gunter?
- No lo sé, solo lo creo.
- ¿Y por qué lo cree?
- Eso debería saberlo usted, que para algo es la psicóloga. ¿Qué quiere decir todo eso?
- Puede ser que usted huya cuando en realidad no puede huir. O que no quiere.
- ¿Huir? ¿De qué?
- Bueno, seguro que hay algo. La gente huye de muchas cosas. La rutina, el pasado, los miedos...
- ¡Yo no huyo de nada! ¿Por qué no dice de una vez lo que es y deja de inventarse cosas?
- Yo no me invento las cosas señor Gunter, has estado todo el rato intentando escapar de mí.
- ¿De ti? ¿Cómo voy a estar escapando de ti si he venido a verte para contarte esto?
- Por esa misma razón, señor Gunter. Yo soy esa silueta, ¿verdad?
- ¿Por qué dice eso señor Gunter?
- No lo sé, solo lo creo.
- ¿Y por qué lo cree?
- Eso debería saberlo usted, que para algo es la psicóloga. ¿Qué quiere decir todo eso?
- Puede ser que usted huya cuando en realidad no puede huir. O que no quiere.
- ¿Huir? ¿De qué?
- Bueno, seguro que hay algo. La gente huye de muchas cosas. La rutina, el pasado, los miedos...
- ¡Yo no huyo de nada! ¿Por qué no dice de una vez lo que es y deja de inventarse cosas?
- Yo no me invento las cosas señor Gunter, has estado todo el rato intentando escapar de mí.
- ¿De ti? ¿Cómo voy a estar escapando de ti si he venido a verte para contarte esto?
- Por esa misma razón, señor Gunter. Yo soy esa silueta, ¿verdad?
sábado, 14 de febrero de 2015
San Valentín
Es San Valentín, y no tengo otro regalo que daros, excepto este, si queréis considerarlo así, claro. Tranquilos, no os pediré dinero.
Las torres más altas que construí se cayeron, y ahora solo quedan los restos. Yo vago, como una sombra, hacia los pozos oscuros de las horas pasadas. Me siento sobre una veleta y giro, y avanzo. Entonces me vuelvo un cobarde y vuelvo hacia atrás mis pasos, mientras que un pie me anima a ir hacia la derecha, el otro me empuja hacia la izquierda. Mis manos se agitan, nerviosas, y destrozan hojas de cristal. Apunta, apunta, líbrame de la piedra y de la apatía inmutable.
Dispara, dispara, atraviésame de principio a fin, sin piedad, hasta que caiga de rodillas y no pueda mantenerme en pie. Hasta el último aliento.
Las torres más altas que construí se cayeron, y ahora solo quedan los restos. Yo vago, como una sombra, hacia los pozos oscuros de las horas pasadas. Me siento sobre una veleta y giro, y avanzo. Entonces me vuelvo un cobarde y vuelvo hacia atrás mis pasos, mientras que un pie me anima a ir hacia la derecha, el otro me empuja hacia la izquierda. Mis manos se agitan, nerviosas, y destrozan hojas de cristal. Apunta, apunta, líbrame de la piedra y de la apatía inmutable.
Dispara, dispara, atraviésame de principio a fin, sin piedad, hasta que caiga de rodillas y no pueda mantenerme en pie. Hasta el último aliento.
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Voces
He vuelto a caminar por los lugares donde dejé mis huellas, y no coincide el tamaño de mis pies. Será que he crecido, o al revés. Un ser pequeño con una sombra pequeña. Y sí, ya sé que tiendo a expandirme y ocupar todo lo posible sin romperme, pero últimamente no hay mucha luz en el cielo. Me encontré con cosas que no recuerdo, o que, simplemente, no estaban. Y viceversa.
¿Donde están las ninfas que jugaban junto al río? ¿Y los leñadores? Solo veo gestos hoscos y miradas de reproche. Ya lo ven, algún precio debía tener.
Hay voces discordantes que me arropan y me relajan, sombras lejanas, de algún punto de Tesalónica, o más allá. Y puedo sentir manos, acariciando, en cualquier lugar perdido de mi mente. No sé si despertándola o adormeciendola, pero lo cierto es que que su perfume embriaga.
Y es entonces que, al cerrar los ojos, me encuentro con mares de hebras marrones.
¿Donde están las ninfas que jugaban junto al río? ¿Y los leñadores? Solo veo gestos hoscos y miradas de reproche. Ya lo ven, algún precio debía tener.
Hay voces discordantes que me arropan y me relajan, sombras lejanas, de algún punto de Tesalónica, o más allá. Y puedo sentir manos, acariciando, en cualquier lugar perdido de mi mente. No sé si despertándola o adormeciendola, pero lo cierto es que que su perfume embriaga.
Y es entonces que, al cerrar los ojos, me encuentro con mares de hebras marrones.
jueves, 12 de febrero de 2015
Mr. White
El señor blanco llega a una casa desvencijada. El verde de las hiedras, las enredaderas, y los líquenes cubren la madera. No parece haber nadie. Aún así, llama. Un golpe, y otro, y otro.
- ¿A quién busca, señor blanco? - Pregunta alguien a sus espaldas.
- Oh. Solo quería hablar con la persona que vive aquí.
- Ya veo. Pero creo que no está.
- ¿Y eso? ¿Qué ha ocurrido?
- ¿Cuanto tiempo hace que no viene señor blanco? ¿Se molestó acaso en asomar su nariz antes de que la madera fuese pasto de la naturaleza?
- Bueno... Es cierto que no vengo desde hace más de un año... Pero no me imaginaba que esto estuviese así.
- ¿Y por qué viene ahora?
- Bueno, no creo tener derecho a venir aquí, pero... Me sentía solo. Y entonces me acordé de todo. Me paré a pensar fríamente, más que en otras ocasiones.
- ¿Te sentías solo? ¿No es eso un poco egoísta? ¿Y que hay de la persona de esa casa?
- Es cierto que lo es, pero si únicamente estuviese aquí por esa razón. Fue un error.
- Ciertamente, señor blanco. ¿Y, qué deseabas entonces?
-¿Por qué tendría que contarselo a usted? Quiero vivir con el habitante de esta casa.
- Estás hablando con él. No has cambiado nada.
- ¿Eres tú? Te ruego que me disculpes. Has cambiado. Y, por cierto, no soy el señor blanco. Soy el señor negro.
- ¿A quién busca, señor blanco? - Pregunta alguien a sus espaldas.
- Oh. Solo quería hablar con la persona que vive aquí.
- Ya veo. Pero creo que no está.
- ¿Y eso? ¿Qué ha ocurrido?
- ¿Cuanto tiempo hace que no viene señor blanco? ¿Se molestó acaso en asomar su nariz antes de que la madera fuese pasto de la naturaleza?
- Bueno... Es cierto que no vengo desde hace más de un año... Pero no me imaginaba que esto estuviese así.
- ¿Y por qué viene ahora?
- Bueno, no creo tener derecho a venir aquí, pero... Me sentía solo. Y entonces me acordé de todo. Me paré a pensar fríamente, más que en otras ocasiones.
- ¿Te sentías solo? ¿No es eso un poco egoísta? ¿Y que hay de la persona de esa casa?
- Es cierto que lo es, pero si únicamente estuviese aquí por esa razón. Fue un error.
- Ciertamente, señor blanco. ¿Y, qué deseabas entonces?
-¿Por qué tendría que contarselo a usted? Quiero vivir con el habitante de esta casa.
- Estás hablando con él. No has cambiado nada.
- ¿Eres tú? Te ruego que me disculpes. Has cambiado. Y, por cierto, no soy el señor blanco. Soy el señor negro.
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miércoles, 11 de febrero de 2015
Mensajes
Cuervos mensajeros cruzan el cielo de horiente. Nadie sabe adonde van, ni qué palabras llevan. Hay quien dice que se dirigen hacia un gran castillo de enormes murallas, fuerte vigilancia, y fosos enormes. Otros mencionan que llevan cartas a soldados rebeldes más allá de Gaal, y que el contenido es muy valioso. Unos pocos aventuran que podrían ser simples mensajes para gentes simples.
Pero lo que no saben es que esos cuervos van directos hacia un muro de piedra infinito que los engulle y hace desaparecer cualquier vestigio de comunicación. ¿No han sentido alguna vez el eco? Pues al otro lado de la barrera, alguien desconoce que cada día, una legión de cuervos cruza el cielo para establecer contacto con ella.
http://youtu.be/TKRGwO6JAHQ
Pero lo que no saben es que esos cuervos van directos hacia un muro de piedra infinito que los engulle y hace desaparecer cualquier vestigio de comunicación. ¿No han sentido alguna vez el eco? Pues al otro lado de la barrera, alguien desconoce que cada día, una legión de cuervos cruza el cielo para establecer contacto con ella.
http://youtu.be/TKRGwO6JAHQ
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martes, 10 de febrero de 2015
Gigantes
Dos gigantes se balancean de lianas negras, arriba, abajo, y hacen retumbar el mundo con sus tambores. Las tierras de alrededor, desoladas. Nadie para hacerles frente. Ellos juegan, alegres, con sus juguetes, sin nada que los detenga. Nunca antes el mundo apareció tan vacío. Ya no hay niños jugando, polvo en el viento. Ceniza. Nada verde, tierras yermas en el cielo. Y cuando los gigantes se aburran, se golpearán entre ellos, a menos, claro, que en realidad no puedan tocarse.
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lunes, 9 de febrero de 2015
Luciérnagas
Me asomo a la ventana y observo a una niña intentando coger luciernagas, es plena noche, y está todo lleno de ellas. La niña, de unos cinco años, ríe y salta, pero no consigue atrapar ninguna, siempre se le zafa su objetivo, y, aún así, sigue intentándolo. No pierde la ilusión de conseguir uno de esos seres luminosos. Se cae, traga barro, y continúa. A pesar de que no puede alcanzarla.
Entonces aparece un hombre, y le coge la luciérnaga a la muchacha con una red, y se la da.
- Aquí tienes, pequeña.
La niña, horrorizada, se aparta del hombre.
- No la quiero.
- ¿No estabas intentando coger una?
- Sí. Pero eso que has hecho no me sirve para nada. Quiero coger la luciérnaga porque me cuesta, no porque sea bonita. Quiero obtenerla porque está fuera de mi alcance, y si tú me la das tan fácilmente, no me sirve para nada.
Entonces aparece un hombre, y le coge la luciérnaga a la muchacha con una red, y se la da.
- Aquí tienes, pequeña.
La niña, horrorizada, se aparta del hombre.
- No la quiero.
- ¿No estabas intentando coger una?
- Sí. Pero eso que has hecho no me sirve para nada. Quiero coger la luciérnaga porque me cuesta, no porque sea bonita. Quiero obtenerla porque está fuera de mi alcance, y si tú me la das tan fácilmente, no me sirve para nada.
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domingo, 8 de febrero de 2015
No sabía que las palabras se pueden resquebrajar, pequeños arañazos alrededor de la tinta, cortantes, que desmoronan imperios de tinta.
Nos reenganchamos al tren, con un reloj que llevaba tiempo parado. Un vagón más, un cambio de aguja, sin conductor, sin destino. Me perdí. Un loco en la vía. La cabeza se sube a la noria, y el estómago se decanta por una atracción de riesgo. ¿Cuando vine a esta feria? No recuerdo eso. Ni tampoco tener que hacer malabares con las manos.
Una celda de cristal, donde juego a escapar de carceleros que me vigilan desde hace años. Siempre me atrapan. Tarde o temprano vuelvo adentro y redimo mi pena. Y lo peor de todo es, padecer el síndrome de Estocolmo.
"Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de batirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento."
Nos reenganchamos al tren, con un reloj que llevaba tiempo parado. Un vagón más, un cambio de aguja, sin conductor, sin destino. Me perdí. Un loco en la vía. La cabeza se sube a la noria, y el estómago se decanta por una atracción de riesgo. ¿Cuando vine a esta feria? No recuerdo eso. Ni tampoco tener que hacer malabares con las manos.
Una celda de cristal, donde juego a escapar de carceleros que me vigilan desde hace años. Siempre me atrapan. Tarde o temprano vuelvo adentro y redimo mi pena. Y lo peor de todo es, padecer el síndrome de Estocolmo.
"Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de batirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento."
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sábado, 7 de febrero de 2015
Nothing
Una línea cruza el horizonte en solitario. Alguien se esconde en el bosque. Pero de nada le sirve esconderse cuando el agua del pantano le cubre las rodillas. ¿Qué es lo que vuela? Nada. Las ramas atravesaron los cuerpos de los pájaros que salieron volando. Árboles de espino que cierran la noche. ¿Qué es lo que canta? Nada. Los gritos y el silencio quemaron la melodía de las flores. De nada sirve correr. Toda la tierra por donde te mueves está llena de lodo, y hasta el pecio más ligero se hunde.
¿Qué es lo que viene?
¿Qué es lo que viene?
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Cold, wind and snow
A veces siento que soy un arma que actúa contra todo lo que soy. Crear, destruir. Me quedo, me voy, vuelvo. Sí, porque al final termino volviendo aquí, hablándole a cualquiera que se pasee por aquí. Es extraño, porque me desnudo ante vosotros, pero apenas habrá quien consigua verlo. Porque todos me veis vestido, ¿verdad? Que llevo una camisa roja, o amarilla. La que me pongáis. Porque al final, solo veis lo que vosotros proyectáis.
Llevo bastante tiempo sin ponerme aquí, no sé si me habréis echado de menos, pero supongo que no, nadie me pidió que viniese aquí a poner palabras como estas. Y aquí estoy, y ahí estais, el mundo sigue caminando, y yo me quedo con el mío. Disfruten la función.
http://youtu.be/nBVBMuCvCIM
Llevo bastante tiempo sin ponerme aquí, no sé si me habréis echado de menos, pero supongo que no, nadie me pidió que viniese aquí a poner palabras como estas. Y aquí estoy, y ahí estais, el mundo sigue caminando, y yo me quedo con el mío. Disfruten la función.
http://youtu.be/nBVBMuCvCIM
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