Somos como un puzzle en el que, las piezas, esparcidas por todas partes, tienen reacciones diferentes. Poco a poco van encajando, como es habitual en este juego, y, sin embargo, los paisajes que se forman, suscitan emociones diferentes. En unos, más desnudos, se crea cierta tensión incómoda, a pesar de lo naturales que son. Otros, donde hay también personajes, disfrutando de una fiesta de disfraces, se crea un ambiente mental de misterio y atracción. Mientras que si aparece un fondo verde, con árboles, y, si es bosque mejor, el corazón se desboca y aparecen de la nada melodías hermosas.
Es posible que no viva en un castillo, ni que sepa montar a caballo, ni que sepa usar una espada, ni que tenga una corona, tal vez ni siquiera tengo algo que no sea construir cosas de la nada, en espacios que no pertenecen a esta dimensión, y que nunca podré tocar. Pero lo que sí tengo, es la certeza de que, a pesar de todo lo que pueda representar, tú seguirás gobernando la noche con tus alas extendidas, y todo aquel que te vea, te señalará con el dedo y dirá en voz baja: Ya lo he visto todo.
http://youtu.be/q27Mfsv9tPk
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