A veces no damos importancia a la influencia que podemos dar o recibir sobre otras personas. Por ejemplo, decimos: "Bueno, pues si no hubiera sido conmigo, te habría pasado con otra persona distinta". Pero esto no es así. Estoy seguro de que no hay ninguna persona igual a otra, por muy parecida y estandarizada que esté la sociedad, o la masa. Las emociones, las palabras, las estructuras de pensamiento no van a ser las mismas con una persona que con otra. Ni tampoco lo que hay aquí escrito. Si yo decidiera ahora volver a escribirlo todo, sin mirar, muy seguramente pondría cosas distintas, dejaría cosas sin poner o añadiría otras.
Lo que quiero decir es que, igual que no existe ningún momento igual a otro, tampoco existen dos personas iguales, junto con las consecuencias que eso conlleva. Somos únicos, pero tú, lo eres un poco más.
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