Llueve. Salgo fuera y las gotas de agua forman figuras, imágenes aleatorias, que se dibujan en los charcos, en el aire, o en el asfalto. El paraguas impide que tome contacto directo con los enviados de las nubes, y no sé qué hacer. Solo me muevo, camino, hasta llegar a un parque. Los asientos de piedra están empapados, y las siluetas se vuelven específicas. Una imagen femenina se dibuja, sentada, y el viento trae su voz. Solo se ven coches pasar en la calle de al lado, con sus faros encendidos, y los limpiaparabrisas moviéndose. El aire arrastra el agua a mis espaldas, pero sigo mirando hacia el mismo lugar. Todo sigue igual. La chica continúa ahí, moviendo sus labios. Una mujer de agua que me llama por mi nombre, y me arrastra hacia sus entrañas. Tiro el paraguas al suelo, y dejo que la lluvia me cubra. Da igual. Me fundiré con ella. Su voz se siente como la de una mitológica sirena, que atraían a los marineros con su canto hacia la perdición. Aunque siempre me decía que parecía la de una niña pequeña. Cuando me he acercado lo suficiente, acerco mis labios adonde estarían los suyos, y lo único que siento es la humedad. Ya no estaba allí. Nunca había estado ahí. O tal vez nunca se fue.
http://youtu.be/o2zf28T0LFU
"Si fuese lluvia, ¿podría conectar con el corazón de alguien, igual que la lluvia puede unir los eternamente separados tierra y cielo?"
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