¿Han pensado alguna vez en la linealidad del tiempo? Nosotros decidimos qué hacer, qué decisiones tomar, pero al tiempo que hacemos eso, hay infinidad de caminos que posiblemente se cierren. Esto es porque solo hay una dimensión temporal. Cuando quemamos un leño de madera, no puede volver a ser el mismo. Ni cuando muere alguien podemos hacer que regrese a la vida. Podemos simplemente no hacer elecciones y quedarnos en el mismo sitio, pero entonces apenas avanzaría nada.
¿Qué nos hace tomar una decisión u otra? Lo más bonito sería pensar que las elecciones se hacen de forma racional, meditando cada una de ellas, y estudiando los posibles efectos. Pero esto no es así, muchas de ellas son espontáneas, aunque sean poco relevantes, y otras llevan la venda de las emociones. De todos modos, da igual la índole, cualquiera puede llevarnos al fracaso, al éxito, o a un terreno de nadie.
La ruta que tomamos, no sabemos adonde nos lleva, pero puedo asegurar, que la hierba sobre la que piso en estos momentos, es la más verde y fresca que he pisado en mucho tiempo. Y la persona que se incorporó a este lado hace poco, es una de las más agradables compañías que se puedan tener en todas las hileras inagotables de opciones que se abren a mi alrededor.
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