Ya está todo listo. Con las flores que me regalaste he sembrado todo un campo de minas. Ya está todo listo, solo falta el pistoletazo de salida. Tú, en un lado, y yo, al otro. Frente a frente. ¿Qué es eso que destellea en tus ojos? ¿Será el reflejo de los míos? Me encanta, me encanta. Este es mi mundo, y nadie puede matarme, nada puede tocarme, y aún así, vamos a bailar.
Ven, quiero ver cómo le abrazas a la locura, aquí, en tierra de nadie, un cuchillo en la boca y una rosa en la mano, ¿acaso son cortantes tus besos?
Da igual la sangre si tus labios son dulces, ¿no crees cariño?
Cogí tus cartas y las lancé a la hoguera de la desesperación. Deberías haberlas visto arder. Pero eso no es nada comparado con tu cuerpo, ¿verdad, amor? Te mueves haciendo ruido, no eres silenciosa, y esos gritos de guerra tuyos llaman la atención de cualquier tirador enemigo. No los quiero alrededor, esto es entre tú y yo.
Te mostraré qué tengo yo entre mis manos. Mira, qué sorpresa. Son las ganas de agarrarte y cambiar de baile. Te rajaré la ropa con ese cuchillo, ya lo verás, nada más que barro en nuestros cuerpo, sobre las heridas rojas y las viejas cicatrices.
¿Que por qué no te pido eso? Pues porque los dos sabemos que a lo que más nos gusta jugar es a esto. A la danza del orgullo.
Para María B.
Palabras clave: Amor, orgullo, locura.
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