Vamos a desenfundar las armas, mirarnos a los ojos, y, cuando suenen las campanadas, disparar el uno al otro. No vamos a sangrar, dentro de nuestra piel no va a estar alojada ninguna bala. Se instalará una parte de nosotros. Un río del color de tus ojos inundará el interior de mi cuerpo, como una onda que se expande. Tú vivirás los pasos que he recorrido, las emociones, las batallas libradas. Será igual que una explosión que te sacude por dentro. Perderás el aliento, y empezarás a notar que, después de todo, no hay tanta diferencia entre la cabeza de un loco y la mente de un ángel caído. Se derramarán lágrimas por tus mejillas al tiempo que sueltas carcajadas. Tal vez te cause confusión, pero sabes que las líneas están marcadas. Y entonces, y solo entonces, podrás volar al cerrar los ojos.
"El tiempo nos ha vaciado de fulgor. Pero la oscuridad sigue poblada de luciérnagas".- Gioconda Belli
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