Se necesita un solo minuto para que todo lo que vivías empiece a notar cambios. Es algo asombroso. Imaginen caminar sobre una línea. Usted toma una dirección, a pesar de que la suya no es la única línea existente. Detrás hay otras. Unas nunca las tomó. Otras, estaban conectadas con la principal, aguardando a que las cogiera, sin haber sido vedadas. Hay tantas, que muchas no las vemos. Pero no tema, el creador de líneas es usted, puede conectarlas, cerrarlas, elegir otra vía. Cierto es que muchas de ellas no dependen solo de nosotros, de hecho pocas son exclusivamente nuestras.
Ahora imaginen que cada línea tiene un brillo, del color que prefieran, y será más o menos intenso dependiendo de la influencia de las líneas en nosotros. Esto nunca es algo rígido, va variando a lo largo de nuestra vida. Entonces, una de las líneas, comienza a brillar con más fuerza. Llevaba años estando ahí, brillando, unas veces más y otras menos, aunque sin apagarse. Y haces el intento: te gustaría cambiar a ese lugar. Habías estado todo el viaje mirándola de reojo, sin poder realmente tomarla. Y ahora sientes que puedes alargar la mano y rozarla ligeramente con los dedos. Nada más. Tal vez se pueda hacer más. Y no estrellarse en la carretera.
http://youtu.be/rs8hraY1OJ0
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