Partes de mí que se desvanecen en la oscuridad de la noche. Vacío. Sientes que falta algo a lo que te habías acostumbrado. Igual que respirar o beber cuando tienes sed. No se siente ningún 'crack', solo silencio. Quizá sea una de las más bellas melodías. El problema es que a veces resulta aterradora. Te dejas llevar por la inercia, pero te recuerda que no está todo el esquema habitual. Ya no es inercia. Ni algo habitual. Se fuerza el cambio: Es una sombra que ya ha dejado su marca. No puedes volar, alguien te ha cortado las alas, e incluso en sueños uno aparece cayendo desde elevados precipicios, sin tocar nunca el suelo, solo aguardando eternamente a que llegue el final. Quizá lo bueno de todo es que al cabo de un tiempo indeterminado, todo se desvanece y se torna a algo alegre, en el que el tren que había desde el inicio vuelve a su carril.
"La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve. Los
escritores y artistas trabajamos en las tinieblas, y como ciegos
tanteamos la oscuridad."- José Saramago.
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