A veces te miro y no veo más que un interrogante inconcluso, una puerta cerrada que se puede abrir, o una puerta abierta que se puede cerrar. Bueno, ni siquiera puedo mirarte de verdad, porque tus ojos no pertenecen a este mundo. Nos volvimos dos máquinas de electricidad a distancia, en las que la intensidad de la corriente depende del día y las circunstancias que lo rodean.
Yo me perdí, y aún así sigo buscando. Cualquier cosa que ilumine el día, aunque sea a través de palabras virtuales que nunca serán escuchadas. Lo mismo veo las cosas claras, que las veo como figuras lejanas a las que no entiendo, pues no llegan sus voces, no vislumbro sus gestos.
Es como tirar los dados y no saber si has ganado o has perdido, porque ni siquiera sabes las reglas, solo que estás apostando una y otra vez al mismo número. Alguna vez tocará ganar.
http://www.youtube.com/watch?v=XGZx_s6Tdk8
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