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lunes, 26 de octubre de 2015

En busca del paraíso

- ¿En qué piensas?

- ¡Ah!, hola. Me has asustado.- Respondió, sobresaltada.

- Lo siento. Debería silbar o algo, me lo suelen decir.

- No es mala idea, ¿eh? En cuanto a tu pregunta, estaba dudando si llevarte o no a algún lugar más cercano al centro del bosque que este árbol derrumbado.

- ¿Y eso?

- No sé si lo sabes, pero según una vieja leyenda existe un lugar aquí semejante al paraíso. Yo he buscado muchas veces, por mi cuenta o con otras personas, pero aún no lo he logrado. Desconozco si la leyenda se refiere a un lugar físico o se trata de un estado emocional; el caso es que muchas veces he soñado con ese lugar, y, aunque cambiaba el tiempo o las cosas que observaba, siempre ha estado aquí, en el bosque. Y me planteaba que quizá tú podría saberlo, puesto que vienes aquí tanto y tan seguido. Eso sí, no te equivoques. Del planteamiento al hecho hay un largo trecho.

- Debería estar. Pero yo no puedo decirte si conozco o no su paradero. Creo, sin embargo, que es complicado que lo encuentres justo ahora. Necesitaría ver más cambios, aunque sea en la linde.

- ¿Quiere eso decir que sólo puedo ver ese lugar cuando haya desterrado todo aquello que es malo?

- No. Eso es imposible de hacer. Al igual que se destierran cosas malas, también hay que traer otras que sean positivas. Yo podría avisarte cuando crea que queda poco para encontrar ese sitio, pero no sería más que una suposición. Eso lo descubrirás tú. Más allá de los sueños. Yo también veo ese lugar, aunque no sé si tiene las mismas cosas que ves tú.

- ¿Qué es lo que ves?

- Un libro en mis manos, música de fondo, y tú bailando de la primera manera que se te ocurre. Y, por supuesto, finjo que leo.

https://youtu.be/DWj_mEzX02U
 


sábado, 24 de octubre de 2015

El vuelo

- Lo has vuelto a hacer.

- ¿El qué?

- ¡Has eliminado otro árbol!

- ¿Y? Te dije que tenía mis razones. Es cierto que los errores no se borran, pero los árboles puedo quitarlos si lo veo necesario. Además, tú ya los has visto y lo sabes, ¿por qué darle vueltas?

- Está bien, está bien.

- ¿Qué hacías antes de que llegase?

- Observaba los cambios.

- ¿Cuales?

- Los tuyos, ¿cuáles si no? Al menos los que puedo ver en la linde del bosque.

- ¿Y qué has visto?

- Los cuervos... Los cuervos se han ido. Alzaron todos juntos el vuelo y se alejaron. Han pasado varios días desde que me sentí tan maravillado como hoy.

- ¿Y eso por qué?

- Creo que sobran las explicaciones. Tú sabes lo que ocurre mejor que yo. ¡Ojalá pudiese visitar el bosque por dentro! Si así ya siento las emociones, ¿qué me pasaría allá adentro? Sería una experiencia grandiosa, seguro.

- No puedes, y lo sabes. No todo ahí dentro es como piensas.- Musitó.

- ¿A qué te refieres?

- Hay lugares que son peligrosos, partes donde las bestias despedazan y el sol no puede colarse entre las rendijas del techo arbolado. Si a ti se te mantiene fuera es para mantenerte a salvo de todo lo que se esconde a tu vista. No es el único motivo, claro, pero sí uno de ellos. Aquellos que se acercan demasiado terminan vagando entre la bruma, ahogados entre aguas estancadas, caminando sobre cenagales engañosos y traicioneros.

- Siempre hay riesgos. ¿No crees?

- Lo dices porque no conoces lo que aguarda el interior. Sólo imaginas cosas. Eso no basta.

- ¿Y no ocurre eso mismo en tu lugar?

- Puede ser. Pero yo nunca he visto siquiera el exterior del bosque. Del tuyo.

- Tampoco me pediste verlo. ¿Quieres echar un vistazo? ¿Saber adonde está?

- Si tú quieres...

- Pues entonces mira, mira a tu alrededor.

- Pero... ¿No se supone que este es el mío?

- Claro que sí. Lo que ocurre es que no eres la única que incide en él. Nosotros hacemos el bosque, no al contrario. En el momento en que nos marchemos, este lugar cambiará, o desaparecerá. Y nuestras manos crearan otro paisaje, otra visión. De momento, hablamos aquí. Yo veo cosas, y tú también. Creo que vas recuperando la alegría, que te acercas algo más que antes a mí, siempre con la barrera de seguridad, y, aún así, me gusta lo que veo. Sé que mi lugar no puede estar más lejos de este tronco, aunque al bosque incluso le agrada mi presencia. Sé que he venido aquí en un momento inadecuado, con un rostro equivocado, y con un saludo asfixiante. No obstante, ¿sabes qué?

- ¿Qué?

Pausa. El aire mece los árboles, y los pájaros trinan. Gorjeos suaves, saludando al atardecer.

- Gracias. Has dejado un rendija abierta, una conexión que nunca hubiera imaginado realizar con nadie. Seguimos siendo dos desconocidos que se conocen demasiado, y, a pesar de todo, no has quemado todos los puentes. Y, aunque no me engaño ni me cuento mentiras, con poco has hecho mucho, nunca sabrás cuánto. No podrá ser pagada lo suficiente esa deuda, lo sé. Más créeme si te digo que disfruto como nunca si veo a la desidia huir volando. Y más, mucho más, si yo tuviese algo que ver con eso.

- A veces creo que deliras.

- ¿Y qué más da? Si tus lágrimas, aunque no las vea, se me clavan como cuchillas; si tu alegría, aunque no la observe en tus labios, me hace implosionar por dentro. Si lo has vivido, sabes lo que es. Y siendo, creas, y diciendo, emanas. Yo no sería lo que soy si no te hubiese encontrado, incluso de esta forma tan casual, con una relación tan frágil, unidos a través de una nube de datos que sólo aspira a dibujar un cuerpo imaginario. No, no, a pesar de querer más, ya me has dado más de lo que jamás obtuve con la carne y el agua salada; más que con la dureza y el escalofrío. Dime si no es para asombrarse.
 

jueves, 22 de octubre de 2015

Diary of dreams - Butterfly dance

Is this your true world definition?
you cannot help, where the help is not wanted
You cannot escape from your reality
Give me more of your salvation

Hello? ...are you listening to me?
Hello? ...why don't you speak a word to me?

I tried to see you in my future
I tried to find you in my past

Let me feel your recognition
I can taste the way you look
I guess it was the right decision!
My thoughts are my bible, that's by what I live 


Hello? ...are you listening to me?
Hello? ...why don't you speak a word to me? 


I tried to see you in my future
I tried to find you in my past.

 
You live your life between these worlds
Color twists around your body
You and I got lost in rainbows
Our dreams were never made to last



 https://youtu.be/XSGxm38Y2rI

La musa

El silencio se desborda en el dique, con palabras que apuntalan la gravedad. Una venda en mis ojos, eso es lo que veo. Acaso las balas me golpean cuando no van dirigidas a mí. Tal vez el sonido se propaga en otra dirección y yo lo capto.

No soy un eje como tú, eso es cierto, tras de mí sólo gira el tiempo, lento e implacable. Busqué refugio en los lugares más inciertos, así de seguro puedo llegar a ser. ¿Qué hay en tu cabeza? ¿Hay disponible una estancia para mí o solamente el sonido de mi irritante timbre?

Locura, locura en las palmas de mis manos. Nunca el deseo tan lejano en la cercanía. ¿Qué puedo esperar? Máscaras más hermosas se han visto, disfraces más elegantes se han dispuesto. Sólo doy un regalo que no será devuelto, una ilusión jamás proyectada en mis pupilas.

La ruleta rusa ríe y me señala. "Tú", "tú", "tú" como única compañía. Otra hiel sabrá amarga; otras manos, ásperas; otras sonrisas, muecas; olvida la dicha que te den otros cuerpos, ninguno es el que buscas; quédate con la alegría, la impronta, nada más. Sólo lo que nunca alcanzas será tu culmen, el temblor del gozo, más, descártalo, pues sólo te saludará su alma.

"Será tu musa", susurra, "una musa que te rehuye y te observa, que participa aún con un rastro de temor; una musa que te rehace mientras buscas hacer algo con ella. Nada más cristalino que lo imposible".

Y ahí está, una M que me desgrana, aún cuando otras letras buscan entrar; la M que crea y cuyos ecos llegan a mis dedos, dibujando algo que quizá sólo ella y yo comprendemos, porque nada es casual y toda construcción tiene un por qué.

Y ahí está, conociendo lo que le muestro, y mostrando lo que quiere que conozca. Nada más.

miércoles, 21 de octubre de 2015

La chica del parque


Era como estar
ante un libro cerrado,
de mirada profunda,
con letras hermosas
dibujadas en la piel.

El temblor ligero
controlando la mano,
no quieres saber
lo que esconde
un autor desconocido.

Poema seleccionado en I Concurso de Poesía "Libripedia", de Libripedia y Diversidad Literaria.

Higurashi no naku koro ni

También conocida como "Cuando cantan las cigarras", es un anime creado a partir de un videojuego, con unos resultados óptimos.

Trata sobre los sucesos que transcurren en el Watanagashi (esto es, un festival religioso) de Shirakawa. Nos iremos moviendo en varios arcos argumentales, desde diferentes posiciones y personajes. Aquí no hay un solo protagonista, sino que todos tienen su importancia, y los pasos que van dando nos irán resolviendo poco a poco el rompecabezas que es esta serie.

Muy adictiva al principio, por su aura de misterio, el suspense, así como el desconocimiento total por nuestra parte de lo que sucede, dan lugar a una trama sólida. Es increíble la forma de retratar a los personajes, y los cambios tan drásticos que pueden experimentar, debido a miedos interiores.

Es una serie que repite varios escenarios, y que, aún así, te mantiene pegado a ella. Advierto, no obstante, de que hay gore, de modo que los sensibles a este tema no deberían verla; aún así, es muy recomendable.

Dicho anime consta de una segunda parte, titulada Higurashi no naku koro ni kai en la que se cerrarán las incógnitas de la primera parte. Es cierto que ésta es más floja, pues no engancha de la misma manera, al menos hasta que ha avanzado. De todos modos, la recomiendo, pues es necesaria para conocer todos los detalles, y el final es, además de bonito, genial.

También había un OVA similar a una película, que se puede ver si te ha gustado mucho la serie, pero no es imprescindible, se puede dejar de lado.

Si te gusta todo aquello que contiene saltos temporales e intercambios en los puntos de vista, esta serie te encantará, y si te gusta el gore, aún más. Muy extraña al principio, se despeja la bruma de la ignorancia conforma vas avanzando.

Y nada más, me la vean en VOSE o en VO. Y recordad que "somos como las flores, echamos raíces al nacer y lo damos todo por florecer".






"Ella no estaba desanimada ni le lloró a su destino. Ella era hermosa. Ella no aduló a nadie y peleó contra ellos por sí sola. Ella era noble. Ella brillaba alegremente, como una figura divina. Yo necesitaba a alguien como ella".

martes, 20 de octubre de 2015

El vacío

- He visto que se han caído árboles, sin ser azotados por el viento ni golpeados por la roca. Dime, ¿has querido eliminar cosas del bosque que, por el motivo que sea, no te gustaba que estuviera ahí?

- Pues sí, pero... Tenía mis razones.

- No es la primera vez que ocurre, ¿cierto? Es tu bosque, puedes hacer lo que quieras con él, pero haciendo eso borras parte de lo que eres. Y, ¿de qué sirve si yo sé que ese árbol estaba ahí? Quizá si lo hubieses talado poco antes de plantarlo lo entendería, pero no ha sido así. Somos lo que nuestros errores hacen de nosotros, no únicamente los aciertos.

- Tú no entiendes el motivo. Pero, antes de decir nada, mírate. Participas en un error constante. Vienes aquí aún sabiendo lo que encontrarás, y no pruebas en otra parte. Traes contigo un vacío que has decidido llenar conmigo, cuando sabes que no puedo darte de beber aquello que ansías.

- Es extraño, porque no considero que haya un error en todo esto. Quizá en la forma, por mi parte, sí. No en el fondo. Y, a pesar de que siempre hay resquicios de esperanza, yo no vengo pensando que me darás lo que deseo. Eso es algo que tengo claro. Pero tú no estás aquí para ocupar un vacío. Oh, no, claro que no.

- ¿Entonces?

- Tú eres el vacío. Me absorbes como lo haría un agujero negro. Extraes de mí lo mejor con solo hacer un movimiento. Es complicado de explicar, y frustrante en cierto modo. Pero es cierto. Tal vez de otras personas lograría obtener un árbol tras cien días de vida. Contigo obtengo cien árboles con tan sólo un día que te pasees por aquí. Y me encanta, y me asusta a la vez. Tal vez yo quisiera cortar los hilos y caminar, libre, a un lugar donde las manos recorriesen mi cuerpo como nunca lo han hecho tus dedos; pero lo estaría cambiando por las palabras que me hacen estallar por dentro en mil pedazos. Y eso, es complicado. 

lunes, 19 de octubre de 2015

Los monstruos

- ¿Qué le ocurre al bosque? ¿Lo sabes?

- Me temo que sí. Sin quererlo se han escapado pequeños monstruos que guardaba, y ahora pueblan la espesura. Pero tranquila, terminan volviendo.

- ¿Monstruos?

- Sí. La tristeza desgarradora; la soledad aislante; los celos ahogadizos; en fin, todo eso que anida en el fondo del horror de los humanos, aguardando su momento.

- ¿Y por qué se han ido a este bosque? - Inquirió, asustada.

- Les gusta el lugar. Yo no puedo controlarlos.

- Si quieres, yo podría terminar con ellos, por ti.

- ¡Oh! No, no te podría pedir eso. Y, aunque realmente quisieras hacerlo, no te sería posible acabar con todos.

- ¿Y eso por qué? ¿No me crees capaz?

- No. No es eso. Te quedaría un monstruo aún más grande, uno que tú no querrías matar, porque ha terminado formando parte de ti, de una forma u otra.

- ¿Qué... Qué clase de monstruo es ese que me describes?

- Yo mismo. 

Más allá de Orion


- Quiero dejártelo claro, Juan. Hace tiempo que deseo estar con María. Nos conocemos desde hace mucho, y creo que yo puedo darle esa estabilidad que necesita. Tú... En cambio... No podrías. Eres, me temo, otra aventura suya.

- ¿Qué te hace pensar eso? - Contestó Juan, con los puños crispados, manteniendo la calma.- ¿Por qué no ibas a ser tú esa aventura? ¿No es acaso ella la que duerme conmigo y la que hace conmigo las cosas que no hará contigo?

- Es sencillo. Tú no eres más que una máquina. Te crearon para hacer tareas, quizá para hacer felices a los humanos, pero nada más. Tú no puedes sentir amor, Juan, no la amas. Tus lágrimas son vacuas, al igual que tus gestos sentimentales. Se te ha codificado para que actúes dependiendo de las situaciones, pero aquellas cosas que crees que son emociones, no son sino paquetes de información. Eso que sientes cuando estás con ella no es sino algo predeterminado, no es algo espontáneo ni natural.
Al igual que el carnicero que ni siente ni padece cuando despieza al animal cazado, así eres tú. Y así serás. Tus venas son cables, y tu sangre son electrones. Eso que late en el centro de tu cuerpo, es un núcleo engrasado, que permite tus movimientos. ¿De verdad piensas que ella podría ser feliz con alguien como tú? Envejecerá y te verá igual que el primer día, impoluto, brillante, inmutable al paso de los años. Y entonces, entonces se dará cuenta de que ya es demasiado tarde para echarse atrás, y tú recordarás estas palabras. Pero aún puedes evitarlo. - Observó Miguel.

- De acuerdo.- Se limitó a decir Juan.

- ¿Lo harás entonces? - Inquirió Miguel.

- No lo sé. Lo pensaré.

Silencio.

El androide se encontraba en otro lugar. Datos que iban y venían en su electrónico cerebro de cristal. Besos, risas, y uniones íntimas que se reflejaban en el cielo. Llantos, gritos y enfados. Vacío. Estaba vacío. Todas esas cosas eran mentira. Un carnicero. Un iceberg que solo muestra la punta de su verdadera frialdad. ¿Qué era real? ¿Qué cosas no lo eran? Lo que había sentido María sí lo era. Lo suyo no. ¿Por qué lo habían creado? ¿Cuál era su fin en el mundo? Permanecía sin ser, un trozo de hierro que deambula entre la vida. Quería llorar, pero le acababan de decir que eso también era una mentira. Como todo él.

Salió de su ensimismamiento, y se dirigió a la ventana, abriéndola. Fuera llovía, aunque eso no importaba.

- ¿Ya te has decidido?

Observó las nubes y la lluvia, que lo estaban mojando debido al viento. Se subió al alféizar, y miró abajo. Era cierto. No sentía nada. Todo en él era calma.

- Sí.- Respondió, mientras saltaba.

Microrrelato seleccionado en Concurso de Relatos de Ciencia Ficción "Bajo la piel", de Carpa de Sueños.

viernes, 16 de octubre de 2015

La droga más antigua


El AP025 era una sustancia creada para borrar del cerebro los malos recuerdos. Concebida para perpetuar la felicidad, su uso fue extendiéndose a todo el planeta, siendo su consumo habitual.

Esto desplazó a otras sustancias como el alcohol, las drogas de diseño o la marihuana, puesto que el AP025 no creaba adicción ni tampoco efectos secundarios. Podía ser tomada a diario sin más efectos que el borrado parcial de la memoria.

Juan también usaba dicha sustancia. Un día, se encontró a una mujer en la parada del bus. Empezó a sentirse extraño; no mal, sino de una forma rara. No la recordaba, pero sabía que conocía a aquella mujer. Y si no sabía quién era se debía a que formaba parte de un mal recuerdo.

Sin embargo, tenía ganas de conocerla. Le llamaba la atención. No importaba que antes hubiera ido mal. Se acercó a ella, y la saludó. Ella, con voz cantarina, le respondió.

- ¿Quién eres? ¿Nos conocemos?
- No. Creo que no. Aunque me gustaría. ¿Te apetecería un café?
- Esto es extraño... Pero bueno, vale. Acepto.

Aquel día no se tomó el AP025. Ni el siguiente. 

Microrrelato seleccionado en  V Concurso de Narrativa "Ciencia Ficción", de Letras con Arte.

lunes, 12 de octubre de 2015

Recordar


Más de una vez trajo
tu nombre la mordedura
de la cobra, 
veneno era
el no buscarte.

Se han marchado
más otoños sin
dibujarte entre
la engañosa niebla.

Tal vez, encerrado
en mi invierno,
no vi pasar tus
viejos insomnios.

Pésimo soldado
que lanza bengalas,
cuando ya no queda
fragor en el campo.

Tal vez me veas
en el fondo de 
tu húmeda trinchera,
aún cuando no
dispare ni salude.

Ya ves, un año que
no fabrica, sólo
te recuerda;
y que, como un 
fantasma, no toca,
sólo te cubre. 


Feliz cumpleaños Clara :33

Los árboles viejos

- ¿Qué has estado haciendo hoy? Además de observar las estrellas, quiero decir.

- Algo que no estoy seguro de que sea bueno. Aunque tampoco es malo.

- ¿El qué?

- Fui a visitar los viejos árboles. Lo necesitaba.

- ¿A los viejos árboles? ¿No te gustan los de ahora?

- Sí, sí me gustan. Pero también los viejos. Me vi a mí mismo entre las sombras, mis estupideces y la emoción. Sí, así, en ese orden. No es lo único, claro. Te vi a ti, una sombra alargada que todavía puebla las raíces. Vi un corazón dispuesto a todo, ansioso, pletórico de vida; y una garra lanzar un zarpazo. Y siento las heridas, aunque a mí nunca me tocó esa mano. Y respiro la nostalgia. Casi puedo verme desde el otro lado de la ventana llorando, por no poder hacer nada contra algo que no me concierne y que nunca tuvo lugar para mí. Casi puedo leer una vieja poesía, con los ojos borrosos, y a esos espiritualistas que me cargan de escepticismo, y que, aún así, me terminan gustando. Vi la belleza que aún queda, y no los campos sembrados en sal. Quizá porque todo estaba muy oscuro, me encontré en esa penumbra, tal vez ambos somos un mar de negro, y tu tonalidad es sólo menos fuerte que la mía.

- No es buena idea. No es buena idea que hagas eso. Se supone que estamos intentando alejarnos. ¿Cómo vas a conseguir eso visitando los viejos árboles? Si yo misma tengo miedo de ir allí...

- Yo no podría alejarme, sean cuales sean las circunstancias. Incluso en el silencio seguirías estando. ¿Qué quieres? Me pasé los años caminando por tu puente. Mirando. Cogiendo información. Hice mucho con eso. He sentido la complejidad a través de la sencillez y del error. Y, ya sé que no me invitaste a entrar, simplemente encontré esa puerta abierta. Yo, apenas un conocido, destapaba cajas ocultas y temores. Es algo muy poderoso, ¿sabes? Conocer a una persona, aunque sólo sea en parte, y que tú no te expongas. Tal vez por intentar equilibrar eso comencé un periplo de errores que culmina con un acierto que llevó su tiempo. Y, de alguna manera, esa brecha se restableció un poco.

- Idealizar y precipitarte. Tus aportes imprescindibles a la causa del fracaso.

- No niego lo segundo. Para mí fue un proceso largo. Pero tú no conocías nada de eso. Debí haber reflexionado, aunque en esos casos, es difícil pensar con claridad. En cuanto a lo primero, no podría. ¿Qué tiene de ideal el asalto de la tristeza?

Estrellas

- ¿Por qué te quedas aquí por la noche?

- Me gusta ver las estrellas que se ven desde este lugar. De allí adonde vengo no puedo verlas.

Ambos están sentados. Es noche cerrada. Sólo se ven estrellas en el cielo.

- ¿Y por qué te gustan?

- Antes creía que me gustaban por ser bonitas. Pero hay algo más. Levanta un brazo, todo lo alto que puedas. ¿A que no puedes siquiera soñar con tocarlas? Un espectáculo tan bello, una luz tan profunda, fuera del alcance. Quizá sea eso lo que me atrae. Lo imposible que parece llegar hasta ellas. A veces me gustaría ser aire, ¿sabes? Para tocar aquello que no puedo acariciar, para sentir todo aquello que no puedo sublimar.

- Parece bonito, pero a la vez aterrador. Pensar que es algo que no puedes conseguir por mucho que lo intentes...

- En cierto modo tienes razón. Yo una vez vi dos estrellas que pasaron muy cerca de mí, y, a pesar de la cercanía, sólo era posible soñar con ellas. Nada más.

- ¿Qué estrellas eran esas?

- Me están mirando ahora mismo.

https://youtu.be/oE4XWJj_KHU

domingo, 11 de octubre de 2015

The national - Slow show

Standing at the punch table swallowing punch
Can't pay attention to the sound of anyone
A little more stupid, a little more scared
Every minute more unprepared

I made a mistake in my life today
Everything I love gets lost in drawers
I want to start over, I want to be winning
Way out of sync from the beginning

I wanna hurry home to you
Put on a slow, dumb show for you and crack you up
So you can put a blue ribbon on my brain
God, I'm very, very frightening, I'll overdo it

Looking for somewhere to stand and stay
I leaned on the wall and the wall leaned away
Can I get a minute of not being nervous
And not thinking of my dick?

My leg is sparkles, my leg is pins
I better get my shit together, better gather my shit in
You could drive a car through my head in five minutes
From one side of it to the other

I wanna hurry home to you
Put on a slow, dumb show for you and crack you up
So you can put a blue ribbon on my brain
God I'm very, very frightening, I'll overdo it

You know I dreamed about you
For 29 years before I saw you
You know I dreamed about you
I missed you for, for 29 years

You know I dreamed about you
For 29 years before I saw you
You know I dreamed about you
I missed you for, for 29 years 



 https://youtu.be/rCR0Tr2HTfA

Another

Another se trata de un anime sencillo, sin complejidad ninguna en el desarrollo, y que, pese a su simplicidad, consigue atrapar al espectador.

Cuenta la historia de un chico, Koichi Sakakibara, que vuelve a su pueblo natal después de varios años. Allí se encuentra con una chica misteriosa, llamada Mei Misaki, la cual, al parecer, solo puede ver él. El hilo conductor será una sucesión de extrañas muertes, que se irán dando a lo largo de la serie.

Aviso de que el contenido puede ser un poco gore, así que aquellos que sean sensibles frente a este tipo de escenas, deberían abstenerse de verla.
Quitando esto, que para mí no representa problema alguno, apenas puedo decir nada en contra del contenido.

Los puntos fuertes que destacaría son, en primer lugar, la capacidad de absorción que tiene, pudiendo llegar a ser adictiva, al dejar abiertos los finales de capítulo, y por el mismo desarrollo.
En segundo lugar, me encanta la figura de Mei, así como algunos escenarios que aparecen, como la casa de las muñecas.
Para finalizar, la música ambiental logra una mayor inmersión, y la textura del anime me parece genial.

No puedo adelantar nada, porque haría spoilers, pero esta serie es bastante recomendable si te gusta el misterio, el suspense, y no le haces ascos a un poco de gore. Es corta, y se te hace aún más cuando te atrapa.

Y poco más, me la vean en VO o en VOSE. Y recordad que "la muerte sólo existe cuando el recuerdo de lo que eres, desaparece de la memoria de quien más amas."



"No creas en lo que aparento ser. Cree en lo que realmente soy, conóceme".

jueves, 8 de octubre de 2015

Caníbal

A veces surge que
en este recipiente
se rompen rastros
de algo bello.

Y quiero huir,
tal vez otras manos
puedan lograrlo,
tal vez otro rostro
gane las Termópilas.

Y me devoro, voraz,
un dolor otro palia,
y donde la sangre 
fluye no se siente.

Y cada vez menos
humano, más yo,
la fuerza imposible
del inestable.

El desgarro que 
causa ese pico,
no quisiera que 
lo sufrieras,
nunca viste así
tal felicidad.

A veces se marcha
y creo estar tranquilo,
pero vuelve la tormenta,
cuando todo cicatriza.

Un vicio es poco, sin
aditivos, nada edulcora
la destrucción.

Y dirás que puedo huir,
hacer frente, sí, 
batalla cerebral eterna.

Tal vez si tomases
lo que soy, tal vez
las cuchillas devorarían
otra cosa distinta.

 

Laberintos

- ¿Qué le ha pasado al bosque?

- ¿Y tú me lo preguntas? Yo sólo puedo tener una sospecha. Mira en tu interior.

- ¿Qué dirías tú que es?

- Dudas de tus pasos, un poco solo. Porque en realidad te has fijado una meta. La lucha que venías librando se termina, porque arden las cenizas y se esparce sobre el suelo un olor distinto al que yo notaba. Nada de sal. Nada de esa humedad caliente. Dejas atrás un centro oscuro, tapado por las ramas de los árboles. Ya los espejismos del terror se desvanecen y se esconde el miedo bajo la maleza. Lo que era difícil lo has hecho sencillo al final, con un poder que todos querrían tener.

- ¿Por qué lo dices?

- Porque echo un vistazo a la zona que me está vedada, y observo que hay un laberinto. Y, sin embargo, puedo ver el centro del bosque. Por la simple razón de que tú, para salir de él, has quemado los setos. Nada más fácil que una línea recta para escapar.

- Pero... ¿Cómo?

- A eso yo no puedo responder.

- ¿Por qué?

- Yo no sufro esos cambios. Sigo viendo los espejismos y maravillándome con ellos. Tú eres el centro de mi laberinto, y, a la vez, la salida. Este bosque, tu laberinto, todo lo que yo observo, no es más que un enorme corredor intrincado del que nunca podré salir, ni siquiera cuando ya no vengas a hablar conmigo de esta forma. 

martes, 6 de octubre de 2015

Los caminos

- Ayer vine aquí... Y no estabas. Creía que venías a diario, o al menos eso me dijiste. Ya no son tantas las ganas cuando sabes que es imposible un desenlace mejor, ¿verdad? - Inquirió, algo triste.

Pausa.

- Sí estaba. No donde siempre, es cierto, pero estaba. De hecho te vi.

- ¿Me viste? ¿Y no quisiste decir nada?

- Sí. Sí quise, pero...

- Pero, ¿qué?

- Supongo que tenía miedo. Me quedé viéndote tras un árbol. Indeciso.

- ¿A estas alturas te surge eso?

- Verás, esto no estará así siempre. Habrá un punto en que yo tendré que irme, ya sea por mí mismo o porque el bosque me impida la entrada. Esto que hacemos es muy extraño. Quizá sea lo más puro que haré jamás, pero no quita su dosis de rareza.

- ¿Y la perspectiva de que hay un final corta tus acciones? Si hiciésemos todos lo mismo, nada avanzaría.

- No es lo único... El bosque habla. Y tú cuando vienes aquí no lo haces porque esté yo, ya convenimos en eso. Lo que haces es proyectar los recuerdos pasados en todo lo que hay alrededor. Y eso me afecta. No por mí, puesto que yo dejé de lado toda esperanza, sino por ti. Esa espiral de dolor destroza las raíces de todo lo que ves aquí. Y, créeme, me gusta demasiado este sitio como para permanecer indiferente si se convierte en un desierto.

- Pero, ¿y por qué no te has marchado si temes eso?

- Porque yo mismo he terminado formando parte de este lugar.

- ¿Y por qué no me ayudas?

- Porque el bosque me cierra todos los caminos, excepto este. Y, aquí, en las afueras, lo único que puedo hacer es esto. Hasta que el tiempo se agote.

https://youtu.be/QQNcCFh8R28 

lunes, 5 de octubre de 2015

Reflejos


Me corté con los cristales,
bola de acero que rompe
el espejo engañoso.

Cicatriz abierta, dulce,
riega el sueño olvidado,
riega el desengaño.

Yo quise disparar, lo juro,
y se encasquilló el mundo
junto con la verdad.

No vi el monstruo que
me agarraba de frente,
absorto como estaba
en un futuro inerte.

Y grito, y callo, solo,
nadie más en casa,
nadie más asustado.

Lo juro, creí en la
coraza de la risa,
y hoy sólo conservo
un olvido recordado.

Lo juro, creí que
veía mi rostro reflejado,
y ahora descubro
que rompí la barrera
que nos unía.


Poema finalista en II Certamen de poesía "Piezas de misterio", de Cuponeta Editorial.

sábado, 3 de octubre de 2015

El río

- Hoy has llegado antes que yo. Es extraño. Suelo verte cuando ya no se distinguen las piedras del camino.

- Puede ser que tuviese más tiempo hoy.

- Bien. Me parece bien. Eso nos deja un rato más extenso, espero.

- Tal vez. ¿Sabes? Hoy he visto que el bosque estaba distinto. Como que... No, seguro que son figuraciones mías. Vamos, siéntate. Siempre me lo dices y hoy te quedas de pie.

Me siento a su lado, y decido no preguntarle a qué se refiere. Porque yo también lo he notado. El cambio.

- He estado reflexionando, ¿sabes? Y es posible que sea cierto lo que me dijiste. Que el pasado se me queda pegado como una mancha. Un rastro oscuro que tapa toda la luz que puedas ver. Y, quizá por eso, me extraña y me aterra el que sigas viniendo. Vi una película en la que decían que el pasado sólo son historias que nos contamos a nosotros mismos. Y podría decir que coincido. Pero tú, de alguna manera, rompes con esa máxima.

- ¿Por qué?

- Porque sigues aquí.

- Pero entonces no soy el pasado. Ni tú tampoco. ¿Quieres saber lo que es el pasado? Acompáñame.

Le extendí la mano, y, cogiéndola tras un momento de duda, me siguió a través del bosque. Llegamos a un lugar donde había dispuesto un montón de hojarasca con ramitas secas, al lado de un río de aguas tranquilas.

- Espera un momento.

Me acerqué al montón de leña y le prendí fuego. Unas llamas vivaces devoraron las hojas marrones y las ramitas. Me volví hacia ella.

- ¿Ves ese fuego? Eso es el pasado. Y todo aquello que produce el pasado, que deja rastro de él, son las cenizas que dejarán las hojas. Este fuego se apagará. Y, dime, ¿qué esperas rescatar de lo que quede? Tal vez un comportamiento razonable. Nada más. No se puede más.

- Pero, ¿y el amor?, ¿qué hay del amor? ¿Acaso no está?

- Claro que sí. Pero no ahí. Lo has tenido justo al lado.

- ¿Te refieres al río?

- Exacto. El amor no arde. Porque no tiene un único curso. No puede pertenecer al pasado porque el pasado sólo tiene una razón de ser. El amor, en cambio, es voluble. Puede secarse el río, es cierto. Y también puede llegar a un punto en el que no cese de ir por el mismo trayecto. Pero eso no es obligatorio, ni tampoco se da necesariamente.

- ¿Y cómo puede de profundo ser el amor?

- ¿Te gustaría comprobarlo?

- Sí.

- Yo no te lo aconsejo.

- ¿Por qué?

- Verás, dijiste al llegar que habías notado cambios, ¿no es así? La razón es, que hoy el bosque me percibe a mí. Todo lo que ves tiene un reflejo en mi interior.

- Comprendo... Pero, ¿qué tiene que ver eso?

- Es muy sencillo. Si entras en el río para comprobar cómo de profundo puede ser el amor, entonces...

Silencio.

- ¿Entonces, qué?

- Morirías ahogada.

https://youtu.be/lD0IlFhSI7Y