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sábado, 27 de febrero de 2016

Engranajes

Hace tiempo que no vuelo, y al despertar veo un amanecer formado por un sol falso, nacido de la pared. Un hombre que camina sobre una franja de tierra muy larga y estrecha, rodeado de agua que ondula cada vez que lanza sus recuerdos al fondo.

Desde la ventana tampoco aparece ningún signo de vida, y pareciera que lo artificial ha venido a ocupar los entresijos en esta existencia de papel y cartón.
Nos pasamos los días persiguiendo sueños, sin saber que las pesadillas también tienen los suyos propios: Hacer un nido en el cuerpo de alguien. Y no sirven las balas, ni el acero.

Ya dejé atrás aquellos proyectos que se alzaban, suntuosos, y me dedico a fabricar ventanas para los nostálgicos, cuatro tablas de madera y vistas al pasado. "Oh, no te preocupes por el dinero. Lo que tienes que darme no se fabrica con metal fundido en mentiras". Siempre es la misma historia. Algunos no lo soportan y se lanzan al otro lado, entre los maizales de sus mentes. Los pobres no saben que nunca fueron espantapájaros, y que los cuervos seguirán ahí, graznido tras graznido.

Y, a veces, lanzo alguna señal para ver si alguien responde, aunque lo normal es encontrarme con respuestas que se pierden en el eco. Ningún engranaje encaja, aunque el segundero no se para. He hecho muchas cosas, lo sé. Lo que ocurre es que, de vez en cuando, una mano que nunca he tocado viene a decirme que podría haber hecho otras.

Todo se derrumba.

https://youtu.be/tXHj_EW_JpQ



sábado, 24 de octubre de 2015

El vuelo

- Lo has vuelto a hacer.

- ¿El qué?

- ¡Has eliminado otro árbol!

- ¿Y? Te dije que tenía mis razones. Es cierto que los errores no se borran, pero los árboles puedo quitarlos si lo veo necesario. Además, tú ya los has visto y lo sabes, ¿por qué darle vueltas?

- Está bien, está bien.

- ¿Qué hacías antes de que llegase?

- Observaba los cambios.

- ¿Cuales?

- Los tuyos, ¿cuáles si no? Al menos los que puedo ver en la linde del bosque.

- ¿Y qué has visto?

- Los cuervos... Los cuervos se han ido. Alzaron todos juntos el vuelo y se alejaron. Han pasado varios días desde que me sentí tan maravillado como hoy.

- ¿Y eso por qué?

- Creo que sobran las explicaciones. Tú sabes lo que ocurre mejor que yo. ¡Ojalá pudiese visitar el bosque por dentro! Si así ya siento las emociones, ¿qué me pasaría allá adentro? Sería una experiencia grandiosa, seguro.

- No puedes, y lo sabes. No todo ahí dentro es como piensas.- Musitó.

- ¿A qué te refieres?

- Hay lugares que son peligrosos, partes donde las bestias despedazan y el sol no puede colarse entre las rendijas del techo arbolado. Si a ti se te mantiene fuera es para mantenerte a salvo de todo lo que se esconde a tu vista. No es el único motivo, claro, pero sí uno de ellos. Aquellos que se acercan demasiado terminan vagando entre la bruma, ahogados entre aguas estancadas, caminando sobre cenagales engañosos y traicioneros.

- Siempre hay riesgos. ¿No crees?

- Lo dices porque no conoces lo que aguarda el interior. Sólo imaginas cosas. Eso no basta.

- ¿Y no ocurre eso mismo en tu lugar?

- Puede ser. Pero yo nunca he visto siquiera el exterior del bosque. Del tuyo.

- Tampoco me pediste verlo. ¿Quieres echar un vistazo? ¿Saber adonde está?

- Si tú quieres...

- Pues entonces mira, mira a tu alrededor.

- Pero... ¿No se supone que este es el mío?

- Claro que sí. Lo que ocurre es que no eres la única que incide en él. Nosotros hacemos el bosque, no al contrario. En el momento en que nos marchemos, este lugar cambiará, o desaparecerá. Y nuestras manos crearan otro paisaje, otra visión. De momento, hablamos aquí. Yo veo cosas, y tú también. Creo que vas recuperando la alegría, que te acercas algo más que antes a mí, siempre con la barrera de seguridad, y, aún así, me gusta lo que veo. Sé que mi lugar no puede estar más lejos de este tronco, aunque al bosque incluso le agrada mi presencia. Sé que he venido aquí en un momento inadecuado, con un rostro equivocado, y con un saludo asfixiante. No obstante, ¿sabes qué?

- ¿Qué?

Pausa. El aire mece los árboles, y los pájaros trinan. Gorjeos suaves, saludando al atardecer.

- Gracias. Has dejado un rendija abierta, una conexión que nunca hubiera imaginado realizar con nadie. Seguimos siendo dos desconocidos que se conocen demasiado, y, a pesar de todo, no has quemado todos los puentes. Y, aunque no me engaño ni me cuento mentiras, con poco has hecho mucho, nunca sabrás cuánto. No podrá ser pagada lo suficiente esa deuda, lo sé. Más créeme si te digo que disfruto como nunca si veo a la desidia huir volando. Y más, mucho más, si yo tuviese algo que ver con eso.

- A veces creo que deliras.

- ¿Y qué más da? Si tus lágrimas, aunque no las vea, se me clavan como cuchillas; si tu alegría, aunque no la observe en tus labios, me hace implosionar por dentro. Si lo has vivido, sabes lo que es. Y siendo, creas, y diciendo, emanas. Yo no sería lo que soy si no te hubiese encontrado, incluso de esta forma tan casual, con una relación tan frágil, unidos a través de una nube de datos que sólo aspira a dibujar un cuerpo imaginario. No, no, a pesar de querer más, ya me has dado más de lo que jamás obtuve con la carne y el agua salada; más que con la dureza y el escalofrío. Dime si no es para asombrarse.
 

sábado, 7 de marzo de 2015

La mariposa

La mariposa que
venció al verano
nunca regresó.

Alzó sus alas,
y se despidió
de mis manos.

Y me tumbo aquí,
abrazado fuerte
contra el miedo.

Y me tumbo aquí,
mirando pasar
pétalos de amor.

Todo cambia menos
mi cabeza mirando
el lugar por donde
se marchó volando.

Y sostengo entre
mis temblorosas manos
las flores que hay en mí.

Se deshacen, qué le vamos
a hacer,
las consumió el fuego
del azar.

Negro es el color y la actitud,
complicidad contigo,
complicidad sin mí.

¿Donde me fuí?,
¿donde estarás?,
palabras que no sé
ya contestar.

No pude volar contigo,
ya lo ves, no pude
alcanzar el sol.

No pude volar contigo,
ya lo ves, no pude
escapar de mí.


Para Tere.

Palabras clave en poesía: Complicidad, miedo, mariposa.

sábado, 7 de febrero de 2015

Nothing

Una línea cruza el horizonte en solitario. Alguien se esconde en el bosque. Pero de nada le sirve esconderse cuando el agua del pantano le cubre las rodillas. ¿Qué es lo que vuela? Nada. Las ramas atravesaron los cuerpos de los pájaros que salieron volando. Árboles de espino que cierran la noche. ¿Qué es lo que canta? Nada. Los gritos y el silencio quemaron la melodía de las flores. De nada sirve correr. Toda la tierra por donde te mueves está llena de lodo, y hasta el pecio más ligero se hunde.

¿Qué es lo que viene?



 

lunes, 14 de julio de 2014

City of echoes

Voces que se entrecruzan y vuelven a sonar, una y otra vez, rebotan, vuelan, saltan, sin querer apagarse. Son mariposas eternas en medio del silencio. Nada. Eran dos luchadores con espadas de papel que podían darse realmente fuerte, y herir al otro. Y el mismo papel usado servía para cubrir la herida. No llega la sangre al río. Ni siquiera sale sangre. Balas de aire. Bombas de insomnio.

Edificios pintados con cera y asfalto de flores, con vehículos transparentes como fantasmas, atravesando todo a su paso. Su luz llenaba por completo la de las farolas, y en medio de la ausencia de ruido, era un estruendoso huracán. Lo removía todo con sus momentos mudos. El largo pelo le tapaba el rostro, igual que si fuese una capucha y un pasamontañas a la vez. Se sentaba allí, en el bar Las Dudas, y bebía sin parar hasta que yo iba a por ella y la devolvía de nuevo a su casa. Una vez allí se calmaba, mientras que los vándalos de la Estabilidad destrozaban el bar. Hasta que volvieran a arreglarlo. Hasta entonces puedo hacer que no sienta la necesidad de pasar por allí.


Seguimos danzando, con ganas, sonido disperso, pétalos flotando. Es la misma danza, mismo son, y las notas atraviesan las corazas más duras. Sabemos que es complicado realizar el baile, pero las ganas pueden con todos los monstruos de la noche, y los escudos que cubren el escenario nos salvan de cuchillas exteriores. El poder de dos se vuelve el de uno solo. Y las olas de nuestras aguas inundarán esta pequeña ciudad llena de ecos.



https://www.youtube.com/watch?v=zukO1h11hrM

sábado, 25 de enero de 2014

Warm

Dos marionetas guiadas por los hilos de sus propios corazones se reunieron bajo la sombra de un viejo árbol que guardaba la entrada a las entrañas de la tierra. Ellas se movían al son del viento, sin interrupciones, hasta que entrada la tarde, montones de insectos aéreos llenaron con su aleteo el lugar. El día se encontraba frío y con un cielo despejado donde el sol se negaba a mostrar su lado más cálido. Oscuro pero claro.

Los muñecos se mueven de sus posiciones, y se dirigen al interior del bosque, a las zonas más oscuras, donde solo los pájaros aparecen de vez en cuando, en el transcurso de su vuelo. Allí, los hilos que portaban se entrelazaron una y otra vez, y la frágil madera empezaba a prenderse con la fricción de los mismos. Era un fuego que quemaba, que inflamaba el pecho, pero que no se expandía más allá de los participantes de aquella transformación. Montones de hormigas corretearon alrededor de los cuerpos, igual que las ondas que crea una piedra al ser lanzada al agua. La tierra, caliente, se levanta, partícula a partícula, con cada suspiro que se escucha en el eco.

Las brumas de la noche cubren los ojos, igual que persianas bajadas para evitar la luz en la habitación, y rayos que llenan el cuerpo estallan en millones de diminutos electrones, que se confunden con el agua que despide la madera de los ardientes muñecos, y, mientras todo ocurre, los trenes viajan transportando curvas en los labios.

http://youtu.be/AQ-iU33vJQU

domingo, 5 de enero de 2014

Slowly

Vamos a quedarnos despiertos, mirándonos el uno al otro. No se cerrarán los ojos, la marea negra del sueño no puede alcanzarnos cuando estamos volando sobre las nubes. Nos tumbaremos sobre una cama de agua y comeremos flan, chocolate o mermelada, sintiendo la piel del otro dentro de las fauces del sabor. No importa si somos parte de la degustación, el corazón se acelera como sucesivos rayos en una hilera de cielo, y los mordiscos se suceden, parsimoniosos, sobre temblores de éxtasis.


Se unirán dos meteoros de fuego en mitad del universo estrellado, y recorrerán terremotos de punta a punta, mientras las flores de los cerezos se abren kilómetros más abajo. Pasaron huracanes y se llevaron las malas hierbas, trayendo consigo un verano helado de nubes que tiñen las alturas, escondiendo al sol del ojo humano.


Pasaremos la mano sobre campos de flores en la arena de la playa, caminando junto a las conchas que nacen en los rompeolas, al tiempo que la noche cae sobre nuestras cabezas. Se mojarán nuestros pies junto a dos serpientes rojas que jugarán hasta que tengan que separar sus cabezas para ver el amanecer junto con el rocío que desprenderán las flores con los primeros rayos de sol.

martes, 24 de diciembre de 2013

And I'm yours

Cuando llegué al bosque de las Ánimas habían cambiado bastantes cosas. Los árboles, desnudos y delgados, dejaban un ambiente triste y desolador. Me senté allí, encima de una seta gigante, y miraba cómo el reloj de arena iba cayendo grano a grano sobre el viento. Y entonces la vi, hablándome desde dos direcciones distintas, pues su voz se propaga por el viento igual que el polen de las hermosas florecillas que habitan en Northumbria.

Había conseguido llevar el paquete a su destinataria, y decidimos ir a un lugar seguro para poder ver el contenido. Avanzamos por el bosque, y los elfos que antaño moraban en sus casas árbol habían abandonado sus hogares, seguramente por la inestabilidad del tiempo. Tuvimos que cambiar de ruta para poder quedarnos en un lugar donde los ojos del mal no pudieran acecharnos. Se veían a los animales correr entre los caminos, apresurados, como si algo maligno se acercase, aunque luego se vería que todo ello no eran más que fábulas.

Llegamos a una pequeña aldea, llamada Baolimco, donde pudimos parar en una posada. Nos sirvieron té hecho con las distintas hierbas del bosque, y adquirían una tonalidad naranja, y un sabor distinto al que estaba acostumbrado, pero aún así, estaba bueno.
Entregué a aquella muchacha la correspondencia, y, aunque ya la había visto otras veces, y estábamos conectados por el hilo de los ancestros, se sentía como la primera vez. Pero no porque no la conociese, sino porque las emociones eran las mismas del primer día, incluso más intensas, igual que un río siendo desbordado por sus afluentes. Y echaba anclas en sus ojos, y el color del fuego movía su cuerpo cuando comenzaba a descifrar las palabras élficas de la misiva. El ejército de la Risa, y la marca de Alegría tomaron aquel lugar, pasando a carcajadas a todo el mundo. Y, cuando yo pude verme en ella con total claridad, los vasos se desbordaron junto al calor de las llamas.

La sangre ya no transportaba glóbulos rojos o blancos, sino una gran dosis de droga que la proporcionaba ella sin que yo tuviera que ingerir, fumar o inyectarme nada. Se sentía como una explosión de colores en mitad del oscuro firmamento. Y acariciar la proa con las velas del barco inicia una ligera brisa de sensaciones en la piel.

A la hora de marcharnos, seguimos el viaje por senderos oscuros, pero protegiéndonos entre ambos en todo momento. Los cuervos volaban por doquier, y ella los espantaba con el brillo de sus alas, aunque los enemigos más poderosos, como los troll, tenían un efecto negativo en ella. Cuando nos tuvimos que separar, el reloj de arena casi se había consumido, y yo me aferré a ella, como si así, en esos segundos, pudiera evitar que el reloj siguiese su curso, y continuar así para siempre.

Al alejarse, comenzó una carrera por mi vida, en la que su olor corporal me acompañaba en el viaje. Ella decía que me aceleraba, y era cierto, yo seguí corriendo hasta que las únicas fuerzas que tenía eran las de poder volver a verla en otra ocasión, cuando la guillotina de las horas no pendiese de un hilo en mi cabeza. Y, mientras me alejaba en la enormidad de la noche, las plumas que llevaba conmigo me decían que no solo el comesueños podía ejercer su poder en el subconsciente, sino que su sola presencia derribaba cualquier otra posibilidad de sueño.
http://youtu.be/q9ayN39xmsI

martes, 17 de diciembre de 2013

La balanza

La balanza del sueño se desplaza siempre al mismo lado tarde o temprano, igual que un objeto cualquiera termina cayendo al suelo atraído por la fuerza gravitatoria. Y en esa balanza siempre intento colocar algo de visiones que puedan ser recordadas. Acariciar hilos de tierra no está mal, pero a veces prefiero tocar suaves paños de seda que buscan ser calmados. Y dos túneles se acercan con trenes a ambos lados, es inevitable el choque. Pero no son magulladuras lo que encuentro en mi cuerpo, sino la flecha de alguien que se aleja alzando el vuelo.

sábado, 14 de diciembre de 2013

La ilusión

Es cierto que puedo sacarme de la chistera un dragón, un unicornio, o simplemente otra persona distinta a mí. Que puedo recorrer hectáreas de terreno, como bosques o pantanos cenagosos, sin moverme del sitio. Ser ingeniero y arquitecto sin apenas tener conocimiento de complejas fórmulas matemáticas. También puedo volar, hacerme invisible o ser un Midas en potencia, solo que todo lo que yo toco se vuelve un poco más loco. Posiblemente pueda hacer llover agitando las manos, o que aparezca el sol. Y, tal vez, nada de lo que se forme a mi alrededor tenga que ver con lo que usted ve a diario al salir de casa o en las noticias. Sin duda puede acompañarme, pero debo avisar que es complejo conseguir que tú y yo aterricemos en los mismo lugares, o que tengamos a los mismos seres justo ante nuestros ojos.


http://youtu.be/0Nk37-NpHyA

Sleep

Un pequeño agujero
donde escapa Tiempo,
rodeado de luces
y bolas negras que 
se llenan de sorpresas.

Pájaros volando en
el cielo estrellado,
no dibujes tu cara
en las constelaciones,
pues me entristece
no poder ir allá. 

Todos tenemos una
red de cazar insectos,
y cada vez que la uso
salen mariposas,
no puedo encerrarlas
y las libero al viento.

 Y la sangre se derrama
sobre una cama vacía,
donde devoro trocitos
de sueños perdidos.

Donde duermo junto
a la sombra de ella,
que se zafa e inquieta
de mi flameante piel.

Y las conexiones 
hacen saltar chispas,
nubes grises enteras 
que atraviesan paredes. 

http://youtu.be/nIKgu7EopQc

lunes, 9 de diciembre de 2013

Invierno

¡El virgen, el vivaz y bello día de hoy
de un aletazo ebrio va a desgarrarnos este
lago duro olvidado que persigue debajo de la escarcha
el glaciar transparente de los vuelos no huidos!

Un cisne de otro tiempo se acuerda de que él es
quien, aún sin esperanza, magnífico se libra
por no haber cantado la región de vivir
cuando ha esplendido el tedio del estéril invierno.

Sacudirá su cuello entero esta blanca agonía
por el espacio impuesto al ave que lo niega,
mas no el horror del suelo que aprisiona al plumaje.

Fantasma que su puro destello a este lugar asigna,
se aquieta en el ensueño helado del desprecio 
que entre su exilio inútil viste el Cisne.

Stéphan Mallarmé

domingo, 8 de diciembre de 2013

Entrar

Coloco una mano llena de tinta negra sobre un papel en blanco, y se muestran las líneas de la mano, formando una M imprecisa rodeada de trazos más desdibujados.

Y tal vez nosotros solo seamos sombras de todo, ¿no han tenido alguna vez coincidencias extrañas con algún tema? A mí últimamente me sucede mucho, y veo zepelines volar sobre mi cabeza. Sé que difícilmente subiré a uno, pero lo ves ahí, solo para ti. Y unos labios ajenos limpian la sal que se acumula en los míos. Y, cuando me quiero dar cuenta me encuentro con que estoy bailando con ella al son del Luz de Luna, y las mariposas vuelan alrededor de una sala llena de libros y tragaluces. No sabes en qué lado estás, y tocas la piel compañera, acaricias el rostro, preparado para que se deshaga en miles de partículas de cenizas, o que sean mariposas formando la silueta humana de tus fantasías.

Es al notar que no desaparece cuando parece todo aún más irreal, como sacado de una historia de ensueño, en la que no hay principio ni final, y las cosas que aparecen son como habías deseado siempre que serían, con variaciones, con matices, sí, pero se forma delante de tus ojos. Y los muros que hay alrededor estallan en mil pedazos, lanzando ladrillos y polvo al viento, pero ninguno te alcanza: Has conseguido entrar.

http://youtu.be/OqKHJ9dZnvY

viernes, 29 de noviembre de 2013

Cold water

Vamos a andar sobre los charcos. Se sentirá igual que pisotear el cielo. Humedad. Ligereza. Llegará un momento en que quieras saltar, no basta con tocar, necesitas sentir. Sentir que tu presencia se nota, salpicando alrededor. Que tus decisiones alcanzan otros puntos de tu diminuto mundo. Tira el paraguas a la carretera, las ideas deben empaparte por completo, no bloquees el flujo natural de las cosas. Si necesitas volar, solo extiende tus alas, la lluvia no impedirá que seas otro barquito más en la inmensidad del océano aéreo. Es extraño encontrarte aquí, en la ciudad, ¿sabes? Pareces haber venido de un lugar lejano, donde nada perturba la paz y la justicia es algo más que una palabra vacía, un lugar ajeno a la mano del hombre. Y aquí estás, en esta jungla de humo y hormigón, esperando a que llueva algo que no sea ácido para poder saltar en los charcos. 




domingo, 24 de noviembre de 2013

Sincronizar

Vamos a desenfundar las armas, mirarnos a los ojos, y, cuando suenen las campanadas, disparar el uno al otro. No vamos a sangrar, dentro de nuestra piel no va a estar alojada ninguna bala. Se instalará una parte de nosotros. Un río del color de tus ojos inundará el interior de mi cuerpo, como una onda que se expande. Tú vivirás los pasos que he recorrido, las emociones, las batallas libradas. Será igual que una explosión que te sacude por dentro. Perderás el aliento, y empezarás a notar que, después de todo, no hay tanta diferencia entre la cabeza de un loco y la mente de un ángel caído. Se derramarán lágrimas por tus mejillas al tiempo que sueltas carcajadas. Tal vez te cause confusión, pero sabes que las líneas están marcadas. Y entonces, y solo entonces, podrás volar al cerrar los ojos.

 "El tiempo nos ha vaciado de fulgor. Pero la oscuridad sigue poblada de luciérnagas".- Gioconda Belli 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Happy Birthday


Empezaremos a 
lanzar salvas,
a saludar a
la vieja suerte,
bajo las nubes
oscuras del cielo,
en una plaza
del medievo.

No eches a volar
todavía, todavía no,
que tus alas se
confunden con
el mar de arriba,
y no quiero perder
de vista tus ojos.

Llegan tarde los
mensajeros,
se quedaron en 
el rudo camino,
durmiendo con
mis bestias.

De los seis que
mandé solo uno
ha llegado hoy,
blandiendo firme
su fiel pluma.

¿Qué decir? Si
diecinueve son
menos de las veces
que te pienso,
son los latidos que
viajan por segundo,
solo si te tengo
pegada a mi vera.

Y yo me pierdo
entre sus túneles,
que conectan
con el gran Morfeo,
que trasladan 
a todos mis vagones.

Eres el comienzo
y a la vez el fin,
donde encuentro
las líneas que
no estaban trazadas.

Y, bajo la luz lunar,
en una desértica playa,
aparece todo escrito,
un nombre que existe
pero que no está,
que se bifurca y 
se transforma en otro:
Helena.

Cayó Troya en tu
hermoso nombre,
derribaste ejércitos
conquistaste corazones,
y ahora pretendo,
iluso, atravesar
tus murallas.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Silencio

Partes de mí que se desvanecen en la oscuridad de la noche. Vacío. Sientes que falta algo a lo que te habías acostumbrado. Igual que respirar o beber cuando tienes sed. No se siente ningún 'crack', solo silencio. Quizá sea una de las más bellas melodías. El problema es que a veces resulta aterradora. Te dejas llevar por la inercia, pero te recuerda que no está todo el esquema habitual. Ya no es inercia. Ni algo habitual. Se fuerza el cambio: Es una sombra que ya ha dejado su marca. No puedes volar, alguien te ha cortado las alas, e incluso en sueños uno aparece cayendo desde elevados precipicios, sin tocar nunca el suelo, solo aguardando eternamente a que llegue el final. Quizá lo bueno de todo es que al cabo de un tiempo indeterminado, todo se desvanece y se torna a algo alegre, en el que el tren que había desde el inicio vuelve a su carril.



"La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve. Los escritores y artistas trabajamos en las tinieblas, y como ciegos tanteamos la oscuridad."- José Saramago.

jueves, 17 de octubre de 2013

Cuentos para una enferma

Miro a la ventana y no encuentro nada. Nada ahí fuera que consiga motivarme. A veces pasan niños jugando y gritando, pero ese tiempo ya pasó para mí. Quisiera volar lejos de aquí. Vivir en Irlanda, o en algún lugar perdido, rodeada de árboles, en una casa de madera. Si es en el norte, quiero que los abetos me rodeen. O los pinos. Alzar la vista y ver pájaros volando. O copos de nieve cayendo. Y, a ser posible, tendría un caballo. Un hermoso caballo blanco, cuyo pelo ondearía al compás del viento, al unísono con el mío, mientras cabalgamos hacia el infinito. Y, al llegar a casa, alguien me esperaría y me diría: "Bienvenida a casa". Sin ataduras, sin polución, en libertad.

Encadené mi corazón a una máquina. Una pantalla fría que me colocaba palabras ante mis ojos. Sin rostro. Sin voz. Solo tinta electrónica que me hacía reir, sentirme bien, o enfadarme. Quizá las palabras que nunca pronuncié aparecen escritas en sangre. Y, a pesar de ser todo una aglutinación de palabras, consiguen hacerme sentir. Como si la luna actuase como una bombilla que cambia de color, del blanco al amarillo, y viceversa; pero que siempre está ahí.

Tanto es así que durante la noche iniciamos mil y una batallas contra el monstruo del sueño, hasta que resultamos derrotados, mano con mano, pluma con pluma, y, sin embargo, no llegamos a tocarnos. Que alguien me lo explique, porque yo no lo sé. ¿Cómo el frío puede quemar? 


"Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, un principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace". Jean-Paul Sartre.

domingo, 13 de octubre de 2013

Time has told me...

Vuelo

Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo. 


Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje. 


Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido. 


Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otros como el granizo grave. 


Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya. 


Triste instrumento alegre de vestir: apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego. 


No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás.  El campo sigue desierto y mudo. 


Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de batirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento. 


Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.


Miguel Hernandez

http://youtu.be/kWFqvK9aXsg

jueves, 3 de octubre de 2013

¿Dentro?

Al principio fue como una hormiga pequeña que se quedaba enredada en la tela de una hambrienta araña. La hormiga pugna por escapar de aquella prisión pegajosa, mientras ve acercarse a aquel monstruo que, en cuanto pueda, le drenará la vida.

Luego fue como si un ejército de termitas empezaran a invadir las calles. Seres temibles, que provocan pavor solo con ver su color rojo. Ahora son ellas las depredadoras. Dan igual los obstáculos. Llega la caballería. Y es que ella construyó a su alrededor un muro protegido con alambre de espino, donde solo tenían cabida los finales felices. Enormes campos de minas impedían la entrada de finales truculentos, tristes o desagradables. No podían entrar. La vida era demasiado dura como para dinamitarla con aún más dureza. No importaba lo que había antes del fin. Las balas le laceraban el corazón con la misma fuerza.

Entonces dejó que atravesara la aduana un completo desconocido, o casi. No tenía conocimiento sobre lo que aquella persona podría hacer dentro de su protegido mundo. Ella quería volar, toda vestida de blanco, rumbo a una isla desierta, junto a una persona de ensueño. Pero el misterioso personaje se mostraba, aparentemente, bajo una careta de payaso, dispuesto a hacer mil y una locura. Rompía sus esquemas, trastocaba su mundo y dejaba un reguero de sombras en el futuro donde se suponía que habría luz, pero confiaba en que ese tiempo posterior no sería sino más claro de lo que era su presente. Aquel hombre ya tenía en sus manos el detonador. De él dependía destrozar las pocas barreras que quedaban, o, por el contrario, volarla a ella en mil pedazos.

http://youtu.be/Y3qseZJOkeI