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jueves, 3 de diciembre de 2015

Tornados de Tinta

Recientemente he participado en una convocatoria, con unos pocos escritores aficionados, como yo, y el libro se distribuirá gratuitamente. Os dejaré un poema con el que he participado, (lo dividiré en tres entradas para no hacerlo pesado), y el enlace para quien quiera descargar la antología completa, que consta también de microrrelatos. Espero que os guste.



Dos mujeres

I

Quise acercarme a los
campos de espinas,
y por ello dejé atrás
una sana estabilidad.

Una bala atravesando
mi cabeza sería mejor,
dejé las flores para
sentir adentro los pinchazos.

Ahora pago el precio,
un año de deudas,
otro de castigo,
sólo cicatrices en las manos.

Ya lo sé, ya lo sé, lo que grita
la cabeza lo ahoga siempre
el corazón,
siempre cantos de sirenas.

Jamás tuve tripulación,
sólo un impulso ciego,
en busca del zahir,
en busca del pasado.

Apuñalé al presente,
dejé sus entrañas sobre
el suelo donde disfrutaba,
y quemé todas sus sábanas.

Llamé a gritos al dolor,
las vendas son geniales
cuando no puedes verlas,
cuando no sabes nada.

Lo siento, lo siento,
los cristales del error
ya rasgaron mi garganta,
se clavaron en el centro.

¿Donde estás ahora?
Busqué fantasmas y
me encontré helado,
esto es el principio.



La antología: http://ul.to/l41sk9wi

lunes, 12 de octubre de 2015

Los árboles viejos

- ¿Qué has estado haciendo hoy? Además de observar las estrellas, quiero decir.

- Algo que no estoy seguro de que sea bueno. Aunque tampoco es malo.

- ¿El qué?

- Fui a visitar los viejos árboles. Lo necesitaba.

- ¿A los viejos árboles? ¿No te gustan los de ahora?

- Sí, sí me gustan. Pero también los viejos. Me vi a mí mismo entre las sombras, mis estupideces y la emoción. Sí, así, en ese orden. No es lo único, claro. Te vi a ti, una sombra alargada que todavía puebla las raíces. Vi un corazón dispuesto a todo, ansioso, pletórico de vida; y una garra lanzar un zarpazo. Y siento las heridas, aunque a mí nunca me tocó esa mano. Y respiro la nostalgia. Casi puedo verme desde el otro lado de la ventana llorando, por no poder hacer nada contra algo que no me concierne y que nunca tuvo lugar para mí. Casi puedo leer una vieja poesía, con los ojos borrosos, y a esos espiritualistas que me cargan de escepticismo, y que, aún así, me terminan gustando. Vi la belleza que aún queda, y no los campos sembrados en sal. Quizá porque todo estaba muy oscuro, me encontré en esa penumbra, tal vez ambos somos un mar de negro, y tu tonalidad es sólo menos fuerte que la mía.

- No es buena idea. No es buena idea que hagas eso. Se supone que estamos intentando alejarnos. ¿Cómo vas a conseguir eso visitando los viejos árboles? Si yo misma tengo miedo de ir allí...

- Yo no podría alejarme, sean cuales sean las circunstancias. Incluso en el silencio seguirías estando. ¿Qué quieres? Me pasé los años caminando por tu puente. Mirando. Cogiendo información. Hice mucho con eso. He sentido la complejidad a través de la sencillez y del error. Y, ya sé que no me invitaste a entrar, simplemente encontré esa puerta abierta. Yo, apenas un conocido, destapaba cajas ocultas y temores. Es algo muy poderoso, ¿sabes? Conocer a una persona, aunque sólo sea en parte, y que tú no te expongas. Tal vez por intentar equilibrar eso comencé un periplo de errores que culmina con un acierto que llevó su tiempo. Y, de alguna manera, esa brecha se restableció un poco.

- Idealizar y precipitarte. Tus aportes imprescindibles a la causa del fracaso.

- No niego lo segundo. Para mí fue un proceso largo. Pero tú no conocías nada de eso. Debí haber reflexionado, aunque en esos casos, es difícil pensar con claridad. En cuanto a lo primero, no podría. ¿Qué tiene de ideal el asalto de la tristeza?

lunes, 10 de agosto de 2015

La danza del olvido

Me he vuelto a perder. Creía que ya tenía el camino marcado, que había alguien al final. Pero al hablar el eco es el único que devuelve las palabras. Es una persona extraña, ¿sabéis? A veces, baja del cielo y habla conmigo, y me dice que todo irá bien, que no hay más senda que aquella por la que se pelea para poder recorrerla, que al final estará ella y que se podrán abrir las puertas. Esas que se encontraban cerradas a cal y canto del mundo exterior.

Pero entonces, sucede que todo era una ilusión. Y comienza a llover, fuerte, muy fuerte. Y bajo la luz de una solitaria farola en el camino abandonado, el corazón se escucha más que el golpeteo del agua contra los charcos. Y sucede que esbozas una sonrisa. Es una lucha que lleva librándose desde hace tiempo, en la que nadie pierde, nadie gana nada. Solo se sigue avanzando, de un punto a otro, sin rozarse, sin saber ningún dato más del habitual.

Dos personas condenadas a buscarse, sin encontrarse nunca. Quizá ni siquiera es una condena. Se sentía igual que una recta paralela, corriendo, eterna, sin toparse jamás con el punto que quería. Y es que las matemáticas son tan frías como el brillo de sus ojos. Un niño travieso al que le dan un manotazo cuando quiere coger galletas antes de la hora de la comida. Así estaba yo. Me perdería en otras constelaciones, e infinitas líneas me atravesarían de lado a lado, más nunca aquella que viaja al lado, y que comparte temores e ilusiones.

El sabor salado se mezcla con el dulce en mis labios, dejándome un regusto extraño. No sé por qué tenía que llover. Estar empapado no ayuda. La humedad de alrededor es caliente, y crea una neblina asfixiante. Y entonces la veo. Viene hacia mí con un vestido blanco, que debido a la lluvia se queda muy pegado en su piel.

- Te puedo conceder un baile. Solo uno. Y entonces te darás cuenta de que el ritmo que llevamos es distinto. De que tus objetivos son distintos a los míos, aunque en el fondo persigan lo mismo. Tú eres un murmullo que nunca cesa, aunque no te hagas notar, mientras que yo soy una bala. Ruidosa, solo necesito un impacto. Y, después, silencio. Yo soy la oscuridad, y tú piensas que soy la luz, que las tinieblas te rodean. Cuando el único halo de luminosidad es el que tú has ido trazando a lo largo de los días. ¿Qué quieres que te diga? No me convences, pero tampoco vale la pena echar por la borda todo lo que se ha dibujado en el horizonte. Por eso, bailaré contigo, una danza donde la derrota y la victoria se dan la mano. Porque conseguirás tu deseo, y al mismo tiempo lo perderás.

- ¿Y por qué crees que este es mi deseo? - Respondí.
- Porque me acabas de dar la mano.

Microrrelato finalista en I Certamen Literario "Fuente de creación", de Cuponeta Editorial.

jueves, 19 de marzo de 2015

No hay peor forma

Las flechas del cielo laceran la tarde, calles regadas con los litros de la vida, pero no de la mía. Me quedé sin nada aquí, solo la tinta recorre los intrincados pasillos del corazón, negra, como la visión del horizonte. Una sima entre lo que soy y lo que alguna vez deseé. Las burbujas reventaron y me quedé impregnado del olor putrefacto del que estaban hechas, un fuerte tufo a ingenuidad, y a ilusión traicionera, tal es la magnitud del crímen.

No hay peor forma de matar a alguien que mirándolo, pasivamente, mientras asiste a su propia destrucción, y, a las palabras que lance, responderle con un silencio ensordecedor, y una chispa escondida de ilusión.

No hay peor forma de matar a alguien que dándole la mano mientras le clavas el puñal.

miércoles, 11 de marzo de 2015

La chimenea de hielo

He estado encendiendo la chimenea del hielo con los fósforos de tus miradas. Me recuerdan a un lobo. Frías, penetrantes, un taladro mudo reventando puertas y ventanas. Tú también puedes acercarte, caluroso viajero, ven. Olvida ese ruidoso ventilador que corta en pedazos el silencio y la quietud de la habitación.

Ponte aquí, extiende tus manos y deja que la escarcha penetre en tus huesos, que se congele poco a poco tu corazón, hasta que ya no quede alrededor más que un mundo verdadero y pleno, lleno de aventuras salvajes. El calor del amor ensucia tu dentadura y la deja verde y amarillenta, llena de grietas. Deja que la lumbre helada limpie esas imperfecciones, y te otorgue la ansiada belleza sobrenatural que habita en el fondo de las cuevas de los polos.

Ven, ven aquí viajero. Seguro que estás cansado de vagar entre silutas que aparecen y se van, entre falsas ilusiones y espejismos destruídos. Deja que tus pies se enfríen, hasta que pierdan la sensibilidad que nos hace perder la cabeza persiguiendo cosas imposibles. Ven, pues quiero compartir contigo lo que es darlo todo, a cambio de nada.

Quiero compartir contigo lo que es actuar en caliente, y enfriarte cuando ya es tarde. Por eso, no te preocupes. Mantendré esta chimenea activa, y la alimentaré con las ramas de la desazón y la desesperanza. No te preocupes. Seguirá fría cuando vuelvas.


Para María Romero. 


Palabras clave: Compartir, dentadura y ventilador.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Españolito que vienes al mundo

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.


Antonio Machado.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Mi sueño

Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.

Se vuelve transparente mi corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.

¿Es morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.

Como el de las estatuas es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron...

Paul Verlaine

sábado, 23 de noviembre de 2013

Grandes esperanzas

"¡No acordarme! Eres parte de mi existencia, de mí mismo. Has estado presente en cada una de las líneas que he leído, desde que vine aquí, un vulgar y tosco pobrecillo cuyo corazón heriste ya entonces. Has estado presente en cada proyecto desde aquel día, en el río, en las velas de los barcos, en los marjales, en las nubes, en la luz, la oscuridad, el viento, los bosques, el mar, las calles. Has encarnado cada fantasía con la que mi mente ha tropezado. No son más reales las piedras de las que están hechos los más recios edificios de Londres, ni tendrías mayor dificultad en desplazarlos con la mano de lo que han sido y seguirán siendo para mí tu presencia y tu influencia, allí y en todo lugar. Estella, hasta el último instante de mi vida no podrás sino ser parte de mi carácter, parte de lo poco que de bueno hay en mí, parte de lo que de malo llevo."



sábado, 16 de noviembre de 2013

Descubriendo a Forrester

"- Vamos, escribe.
- ....
- ¿Pasa algo?
- Estoy pensando.
- Nada de pensar. Eso viene luego. Se escribe el primer borrador con el corazón. Se retoca con la cabeza. La clave principal para escribir es.. escribir. No pensar."

domingo, 10 de noviembre de 2013

Interpretar

Bailamos en una extraña sala de muñecas, con una música desconocida que nadie recuerda ya. Los cantantes perdieron sus voces, solo se escucha el suave sonido de los instrumentos. Cierto es que no sé bailar, aunque mis manos se adhieren a las tuyas como un fino guante de seda, y entonces, las líneas de la mano que forman una M, terminan por formar tu rostro. Se torna a una tinta invisible que no se nota, que no se siente, pero que se escucha. Forma la letra que falta de la canción, y se mete adentro, y corre entre ríos de sangre, paralizando el corazón cada vez que llega al castillo rojo. No entiendo de qué va la canción, pero me toca el alma, me dices que interprete pero sigo sin comprender, y solo puedo decir la base de lo que hay, determinar el sentimiento más básico, y no parece haber en esta ocasión otra cosa que no sea un fuerte caudal que lleva tus coloridas aguas por toda mi cabeza.

sábado, 26 de octubre de 2013

Pérdida de memoria

Volví a olvidarme de las cosas hoy. Neuronas que se chocan en la puerta, y que saben hacia dónde deben ir, pero no avanzan. No es que sean lentas, sino que se saturan. Información por todos sitios, sobreproducción. Solo pude recordar un trozo de una película, en el que un muchacho encuentra a una chica en mitad un montón de gente, en una plaza rodeada por un gran parque. Ninguno de los dos se buscaban realmente, pero, entre la multitud, decidieron compartir un trecho juntos. Él, hablador, disparaba una y otra vez palabras, preguntas que a veces obtenían una vaga respuesta. Ella, más callada, se dedicaba a pensar en la información que le llegaba. Se perdían en las calles, sin rumbo fijo, solo viendo pasar el tiempo como pasan los rayos en la tormenta. Entonces me di cuenta de que, por mucho que buscase en mi cabeza, no era la escena de una película, ni de una serie de televisión. Se trataba del primer día en que te encontré, aunque es posible que no lo haya recordado bien.



"Muéstrame un corazón que esté libre de necios sueños, y te enseñaré a un hombre feliz" El club de los poetas muertos.

martes, 22 de octubre de 2013

Raining

Llueve. Salgo fuera y las gotas de agua forman figuras, imágenes aleatorias, que se dibujan en los charcos, en el aire, o en el asfalto. El paraguas impide que tome contacto directo con los enviados de las nubes, y no sé qué hacer. Solo me muevo, camino, hasta llegar a un parque. Los asientos de piedra están empapados, y las siluetas se vuelven específicas. Una imagen femenina se dibuja, sentada, y el viento trae su voz. Solo se ven coches pasar en la calle de al lado, con sus faros encendidos, y los limpiaparabrisas moviéndose. El aire arrastra el agua a mis espaldas, pero sigo mirando hacia el mismo lugar. Todo sigue igual. La chica continúa ahí, moviendo sus labios. Una mujer de agua que me llama por mi nombre, y me arrastra hacia sus entrañas. Tiro el paraguas al suelo, y dejo que la lluvia me cubra. Da igual. Me fundiré con ella. Su voz se siente como la de una mitológica sirena, que atraían a los marineros con su canto hacia la perdición. Aunque siempre me decía que parecía la de una niña pequeña. Cuando me he acercado lo suficiente, acerco mis labios adonde estarían los suyos, y lo único que siento es la humedad. Ya no estaba allí. Nunca había estado ahí. O tal vez nunca se fue.



http://youtu.be/o2zf28T0LFU

"Si fuese lluvia, ¿podría conectar con el corazón de alguien, igual que la lluvia puede unir los eternamente separados tierra y cielo?"

jueves, 17 de octubre de 2013

Cuentos para una enferma

Miro a la ventana y no encuentro nada. Nada ahí fuera que consiga motivarme. A veces pasan niños jugando y gritando, pero ese tiempo ya pasó para mí. Quisiera volar lejos de aquí. Vivir en Irlanda, o en algún lugar perdido, rodeada de árboles, en una casa de madera. Si es en el norte, quiero que los abetos me rodeen. O los pinos. Alzar la vista y ver pájaros volando. O copos de nieve cayendo. Y, a ser posible, tendría un caballo. Un hermoso caballo blanco, cuyo pelo ondearía al compás del viento, al unísono con el mío, mientras cabalgamos hacia el infinito. Y, al llegar a casa, alguien me esperaría y me diría: "Bienvenida a casa". Sin ataduras, sin polución, en libertad.

Encadené mi corazón a una máquina. Una pantalla fría que me colocaba palabras ante mis ojos. Sin rostro. Sin voz. Solo tinta electrónica que me hacía reir, sentirme bien, o enfadarme. Quizá las palabras que nunca pronuncié aparecen escritas en sangre. Y, a pesar de ser todo una aglutinación de palabras, consiguen hacerme sentir. Como si la luna actuase como una bombilla que cambia de color, del blanco al amarillo, y viceversa; pero que siempre está ahí.

Tanto es así que durante la noche iniciamos mil y una batallas contra el monstruo del sueño, hasta que resultamos derrotados, mano con mano, pluma con pluma, y, sin embargo, no llegamos a tocarnos. Que alguien me lo explique, porque yo no lo sé. ¿Cómo el frío puede quemar? 


"Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, un principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace". Jean-Paul Sartre.

domingo, 6 de octubre de 2013

Somos como un puzzle en el que, las piezas, esparcidas por todas partes, tienen reacciones diferentes. Poco a poco van encajando, como es habitual en este juego, y, sin embargo, los paisajes que se forman, suscitan emociones diferentes. En unos, más desnudos, se crea cierta tensión incómoda, a pesar de lo naturales que son. Otros, donde hay también personajes, disfrutando de una fiesta de disfraces, se crea un ambiente mental de misterio y atracción. Mientras que si aparece un fondo verde, con árboles, y, si es bosque mejor, el corazón se desboca y aparecen de la nada melodías hermosas.

Es posible que no viva en un castillo, ni que sepa montar a caballo, ni que sepa usar una espada, ni que tenga una corona, tal vez ni siquiera tengo algo que no sea construir cosas de la nada, en espacios que no pertenecen a esta dimensión, y que nunca podré tocar. Pero lo que sí tengo, es la certeza de que, a pesar de todo lo que pueda representar, tú seguirás gobernando la noche con tus alas extendidas, y todo aquel que te vea, te señalará con el dedo y dirá en voz baja: Ya lo he visto todo.

http://youtu.be/q27Mfsv9tPk

viernes, 4 de octubre de 2013

Into the wild

Cambiaré un poco el rumbo y aprovecharé para recomendaros una película que, a pesar de haberla descubierto al tiempo que me destriparon el final, me dejó marcado y ha pasado a ser una de esas películas que por mucho que veas, no te cansas de verla.

Consta de una plantilla de actores excelente, con Emile Hirsch a la cabeza, y un trabajo de fotografía impresionante, que cautiva desde el principio, pues gran parte de la acción se dará en plena naturaleza, en la Alaska inhóspita y salvaje, apenas tocada por la mano del hombre.
Por otro lado, las experiencias que vive el protagonista en el transcurso de la película son, cuanto menos, interesantes, ya que conoce a un buen número de personas que formarán parte de su viaje y de las cuales nos quedarán buenas sensaciones.

Sin olvidar tampoco la BSO, realizada por Eddie Vedder. A los amantes del grunge les sonará el nombre, y es que se trata del vocalista de la banda Pearl Jam. Unas canciones que sirven de perfectos engranajes con las situaciones en las que aparecen.

No dejemos de lado el hecho de que, aunque en algunos aspectos pueda ser algo idealista, la película está basada en hechos reales, pues cuenta la vida de Christopher Johnson McCandless, usando como guía el diario del muchacho.

Para terminar, dejaré el tráiler, un par de frases de la película, y una de las canciones.

http://youtu.be/uWjRDbzK99w

 
"He vivido muchas cosas, y creo que ahora se lo que se necesita para ser feliz. Una vida tranquila y alejada en el campo, con la posibilidad de ser útil a otras personas con las que resulta fácil hacer el bien, y que no están acostumbradas a que las ayuden, haría un trabajo que sea de algún provecho, y luego descansaría. La naturaleza, libros, música, el amor al prójimo... Esa es mi idea de la felicidad. Y para.., culminar todo lo anterior, que usted fuera mía... ¿Qué más puede desear el corazón de un hombre?"

"La felicidad solo es real cuando es compartida"

http://youtu.be/xNaaQDrUfwc

jueves, 3 de octubre de 2013

¿Dentro?

Al principio fue como una hormiga pequeña que se quedaba enredada en la tela de una hambrienta araña. La hormiga pugna por escapar de aquella prisión pegajosa, mientras ve acercarse a aquel monstruo que, en cuanto pueda, le drenará la vida.

Luego fue como si un ejército de termitas empezaran a invadir las calles. Seres temibles, que provocan pavor solo con ver su color rojo. Ahora son ellas las depredadoras. Dan igual los obstáculos. Llega la caballería. Y es que ella construyó a su alrededor un muro protegido con alambre de espino, donde solo tenían cabida los finales felices. Enormes campos de minas impedían la entrada de finales truculentos, tristes o desagradables. No podían entrar. La vida era demasiado dura como para dinamitarla con aún más dureza. No importaba lo que había antes del fin. Las balas le laceraban el corazón con la misma fuerza.

Entonces dejó que atravesara la aduana un completo desconocido, o casi. No tenía conocimiento sobre lo que aquella persona podría hacer dentro de su protegido mundo. Ella quería volar, toda vestida de blanco, rumbo a una isla desierta, junto a una persona de ensueño. Pero el misterioso personaje se mostraba, aparentemente, bajo una careta de payaso, dispuesto a hacer mil y una locura. Rompía sus esquemas, trastocaba su mundo y dejaba un reguero de sombras en el futuro donde se suponía que habría luz, pero confiaba en que ese tiempo posterior no sería sino más claro de lo que era su presente. Aquel hombre ya tenía en sus manos el detonador. De él dependía destrozar las pocas barreras que quedaban, o, por el contrario, volarla a ella en mil pedazos.

http://youtu.be/Y3qseZJOkeI

domingo, 22 de septiembre de 2013

Soy el monje de la esquina

Voy vestido con candor y recato, y a los niños con esplendor saludo, pues no hay nada más bello que de Dios sea uno fiel cristiano y plebeyo.

Soy el pastor que guía a su rebaño, por delicados prados de antaño, docto en la palabra de un libro algo manoseado, pero que toda oveja sabe que de Él nos fue dictado.

Yo tengo la inmunidad del cielo, el salvoconducto en la vida terrenal, qué triste consuelo, y mi mente puede romper mi amada doctrina, pues ser feliz quiero, como el pájaro que trina.

No siga usted, mente pura y bien amaestrada, pues esta lectura al corderito le está vedada, y el vino de Cristo transforma a su humilde delegado, volviéndolo un poco transtornado.

Y es que hay algo que el cuerpo no puede dominar, y es al irresistible impulso de amar, pero amar con implicaciones del Maligno, nada puede contra ese poder magno.

Mi cabeza desdibuja las dulces sonrisas, tornándolas en arpías lascivas, y hasta la risa más inocente se vuelve una llamada que por ojo ajeno se mete.

Soy católico como Dios manda, pero en mi reclusión, mi supremo miembro demanda, que el amor sin unión, no tiene ningún perdón, pues hay que transmitir a Dios hasta el fondo del corazón.




sábado, 21 de septiembre de 2013

El derecho como papel mojado

Se alza ante mí una interminable vía, que decido recorrer de noche, aún cuando las luces se apagaron antaño, y los peligros acechan en cada rincón. No sirve el grito ahogado frente a la sordera social, ni la señal visual frente a la ceguera colectiva del problema ajeno.

Los pasos retumban en mis oídos, construyendo caprichosas reverberaciones que me impiden pensar con claridad, aumentando el nivel de adrenalina en la sangre, pero también el miedo. El área de visión de mis ojos se estrecha de forma inevitable, y la baja luminosidad del lugar tampoco me hace ningún bien, pues solo puedo mirar hacia delante, caminar en ese único sentido, pero con la cabeza en lo que pueda haber a mi alrededor, sin poder mover un dedo.

Solo cuando llego a mi destino, consigo recuperar la normalidad: El latido del corazón se vuelve a niveles estables, el sudor de mi frente desaparece; y el campo de visión regresa a la normalidad. Es entonces cuando me pregunto si realmente se puede ser libre en un lugar donde, para conocer la seguridad, debes permanecer en un lugar cerrado; o, si no lo es, un lugar donde haya gente, concurrido, y ni aún así tienes la certeza de conocerla en su totalidad.