He crecido con los libros. Ya desde pequeño me gustaban, y aún recuerdo historias de "El barco de vapor", una colección de libros rojos que podías conseguir con El círculo de lectores. Si bien es cierto que yo, exceptuando esta etapa de mi vida, nunca he tenido muchos libros. La mayoría los he descubierto en la biblioteca municipal, y, también, en la del colegio.
Puedo decir que una de las actividades a la que más tiempo le he dedicado ha sido a leer, aunque es verdad que no he tenido mucho interés en los llamados "clásicos", más que nada porque no tuve ninguna orientación en ese ámbito, y estos suelen ser de portadas sobrias (al menos allí, en la biblioteca), cosa que, como entenderán, a un adolescente o a un niño, no les atraerá demasiado.
La razón por la que escribo esto no es otra que la de darle las gracias a aquel niño pequeño, que, al igual que hoy, tenía esa pasión por la lectura, aún cuando todo lo que le rodeaba ejercía otra misión en el mundo, y no compartía ese hobby. Numerosas fueron las veces en las que me encontraba solo, viviendo en el libro, y ajeno al balón, que, a pesar de practicar deporte, no tenía el mismo interés por él que el resto.
Cierto es que eso me ha valido en muchas ocasiones de ser tildado como una persona extraña, recluida, pero nunca me he sentido solo. Ese vacío que existía (y aún existe en parte) en la sociedad que nunca supo aceptar lo diferente con respeto, lo llenaron los libros, y lo que en ellos había.
Me he perdido muchas cosas, estoy seguro, porque mirando con perspectiva, mi vida en su conjunto no ha sido, ni es, en gran medida, como la de los demás. Y no importa. Porque sé que ellos también se han perdido algo.
Las vidas que se quedaron encerradas en el papel y la tinta.
https://youtu.be/NqWcpEZ3GY0
Bienvenido a un mundo tan abstracto como lo que pasa por mi cabeza. Literatura rompecabezas que significa cualquier cosa menos la que es. O puede que veas la realidad.

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jueves, 23 de abril de 2015
viernes, 20 de diciembre de 2013
"Donde mis compañeros veían muescas de tinta en páginas incomprensibles
yo veía luz, calles y gentes. Las palabras y el misterio de su ciencia
oculta me fascinaban y me parecían una llave con la que abrir un mundo
infinito y a salvo de aquella casa, aquellas calles y aquellos días
turbios en les que incluso yo podía intuir que me aguardaba escasa
fortuna."
Carlos Ruiz Zafón.
Carlos Ruiz Zafón.
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Ubicación:
23170 La Guardia, Jaén, España
Me perdí buscando una aguja de centeno entre hojas eternas de la biblioteca que nunca será leída por completo. A veces veía luces entre los faros de los coches al pasar junto a las ventanas, y volar por el cielo parecía una más de mis preocupaciones.
Tú estabas escondida entre los estantes, y por más que buscaba lo único que conseguía eran sonidos de guerra entre los libros de Historia. Guarda tu bayoneta o dispara de una vez, porque no vine para verte caer, y las vocales pueden ser afiladas como la mejor de las armas blancas, o bálsamos reparadores que devuelven a la vida.
Llegamos aquí sin montar en barco, tren o avión, y todo está a nuestros pies, similar al movimiento de insectos en el suelo campestre. No he llegado para pelear, la bandera blanca ondea en el horizonte, y las únicas armas que poseo se perdieron entre mares de tinta. Solo puedo esperar que te devoren, que se tatúen en tu piel, y que recuerdes que cuando no parezcas importante, en realidad lo eres. No todo el mundo vive dentro de mi imperio de papel.
Tú estabas escondida entre los estantes, y por más que buscaba lo único que conseguía eran sonidos de guerra entre los libros de Historia. Guarda tu bayoneta o dispara de una vez, porque no vine para verte caer, y las vocales pueden ser afiladas como la mejor de las armas blancas, o bálsamos reparadores que devuelven a la vida.
Llegamos aquí sin montar en barco, tren o avión, y todo está a nuestros pies, similar al movimiento de insectos en el suelo campestre. No he llegado para pelear, la bandera blanca ondea en el horizonte, y las únicas armas que poseo se perdieron entre mares de tinta. Solo puedo esperar que te devoren, que se tatúen en tu piel, y que recuerdes que cuando no parezcas importante, en realidad lo eres. No todo el mundo vive dentro de mi imperio de papel.
Ubicación:
23170 La Guardia de Jaén, Jaén, España
martes, 10 de diciembre de 2013
Vamos a contar hacia atrás, y cuando el reloj llegue a cero, tú serás la arena que fluya entre mis manos. Acabará una era y empezará un tratado de no agresión que durará unas semanas, lo justo para prepararse contra lo que vendrá después. Cara a cara nos encontraremos un día de esos en los que levantar las armas está penado con la muerte. Y no podré evitar dispararte a los ojos con algo de aquí adentro. Incluso, después, podría atravesar tus entrañas con bombas de colores y tanques de tinta.
No te quedarás temblando en la puerta, las olas de calor entre ambos cuerpos llenarán océanos alrededor de las sombras. Y como la luz del faro te encenderás, involuntaria, sobre la ciudad. Y mis manos arderán cuando trate de tocar tu piel, pues será ya el tercer aviso permitido por la tregua, y cisnes celestes me llevarán a la prisión de los sueños.
No te quedarás temblando en la puerta, las olas de calor entre ambos cuerpos llenarán océanos alrededor de las sombras. Y como la luz del faro te encenderás, involuntaria, sobre la ciudad. Y mis manos arderán cuando trate de tocar tu piel, pues será ya el tercer aviso permitido por la tregua, y cisnes celestes me llevarán a la prisión de los sueños.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Entrar
Coloco una mano llena de tinta negra sobre un papel en blanco, y se muestran las líneas de la mano, formando una M imprecisa rodeada de trazos más desdibujados.
Y tal vez nosotros solo seamos sombras de todo, ¿no han tenido alguna vez coincidencias extrañas con algún tema? A mí últimamente me sucede mucho, y veo zepelines volar sobre mi cabeza. Sé que difícilmente subiré a uno, pero lo ves ahí, solo para ti. Y unos labios ajenos limpian la sal que se acumula en los míos. Y, cuando me quiero dar cuenta me encuentro con que estoy bailando con ella al son del Luz de Luna, y las mariposas vuelan alrededor de una sala llena de libros y tragaluces. No sabes en qué lado estás, y tocas la piel compañera, acaricias el rostro, preparado para que se deshaga en miles de partículas de cenizas, o que sean mariposas formando la silueta humana de tus fantasías.
Es al notar que no desaparece cuando parece todo aún más irreal, como sacado de una historia de ensueño, en la que no hay principio ni final, y las cosas que aparecen son como habías deseado siempre que serían, con variaciones, con matices, sí, pero se forma delante de tus ojos. Y los muros que hay alrededor estallan en mil pedazos, lanzando ladrillos y polvo al viento, pero ninguno te alcanza: Has conseguido entrar.
http://youtu.be/OqKHJ9dZnvY
Y tal vez nosotros solo seamos sombras de todo, ¿no han tenido alguna vez coincidencias extrañas con algún tema? A mí últimamente me sucede mucho, y veo zepelines volar sobre mi cabeza. Sé que difícilmente subiré a uno, pero lo ves ahí, solo para ti. Y unos labios ajenos limpian la sal que se acumula en los míos. Y, cuando me quiero dar cuenta me encuentro con que estoy bailando con ella al son del Luz de Luna, y las mariposas vuelan alrededor de una sala llena de libros y tragaluces. No sabes en qué lado estás, y tocas la piel compañera, acaricias el rostro, preparado para que se deshaga en miles de partículas de cenizas, o que sean mariposas formando la silueta humana de tus fantasías.
Es al notar que no desaparece cuando parece todo aún más irreal, como sacado de una historia de ensueño, en la que no hay principio ni final, y las cosas que aparecen son como habías deseado siempre que serían, con variaciones, con matices, sí, pero se forma delante de tus ojos. Y los muros que hay alrededor estallan en mil pedazos, lanzando ladrillos y polvo al viento, pero ninguno te alcanza: Has conseguido entrar.
http://youtu.be/OqKHJ9dZnvY
domingo, 24 de noviembre de 2013
Roce
Ya sé que no nos rozamos lo suficiente, demasiado tiempo alejados, como el Sol de la Luna, hasta que vuelve a haber otro eclipse. Cada uno estira de la cuerda para ver si puede acercar al otro, pero con cuidado, pues si se rompe, alguno puede ir a parar al suelo. No se puede hacer nada, es la gravedad que nos arrastra, es el magnetismo exterior que nos empuja. Y, aún así, se encuentra la forma de volver al centro del círculo, de acariciar piel con piel, pluma con pluma. No te dejes caer aunque el barro te llegue a las rodillas, los truenos en la tormenta son gritos de un Dios con alzheimer que nunca recuerda nada. Y la fuerza inusitada del viento es el enorme ventilador del cabello de la Tierra.
"¿Quién soy yo?"- Me preguntas. No eres más que el mundo sobre el cual danzan mis pies y mis manos. Y las manchas de tinta, cual planetas, orbitan a tu alrededor, y, dependiendo de tu frecuencia, estas se estrellan dentro, o fuera.
"¿Quién soy yo?"- Me preguntas. No eres más que el mundo sobre el cual danzan mis pies y mis manos. Y las manchas de tinta, cual planetas, orbitan a tu alrededor, y, dependiendo de tu frecuencia, estas se estrellan dentro, o fuera.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Ey, coldworld
¿Qué somos? ¿Somos lo que hacen otras personas de nosotros? Hoy pensé que sí. Que soy tristeza, rodeada de optimismo. Lágrimas que brotan de mis ojos, fuertemente sacudidas por la mano del resentimiento. ¿Qué somos? ¿Por qué os regalo melancolía en estas palabras en vez de alegría? Si miro al frente y solo veo un océano de papel y tinta donde hundir las penas, en eternos cementerios que reaparecen cada vez que se clava una daga aquí dentro. ¿Por qué se dibuja frente a mis ojos la paramera yerma y lúgubre en vez de un campo de flores exóticas? Dicen que hay palabras que duelen más que flechas en el cuerpo, y tal vez sea cierto, pero lo que más daño puede hacer es tu propia mente pisando campos de minas que ella misma había colocado.
http://youtu.be/f38BDQC6kPs
http://youtu.be/f38BDQC6kPs
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domingo, 10 de noviembre de 2013
Interpretar
Bailamos en una extraña sala de muñecas, con una música desconocida que nadie recuerda ya. Los cantantes perdieron sus voces, solo se escucha el suave sonido de los instrumentos. Cierto es que no sé bailar, aunque mis manos se adhieren a las tuyas como un fino guante de seda, y entonces, las líneas de la mano que forman una M, terminan por formar tu rostro. Se torna a una tinta invisible que no se nota, que no se siente, pero que se escucha. Forma la letra que falta de la canción, y se mete adentro, y corre entre ríos de sangre, paralizando el corazón cada vez que llega al castillo rojo. No entiendo de qué va la canción, pero me toca el alma, me dices que interprete pero sigo sin comprender, y solo puedo decir la base de lo que hay, determinar el sentimiento más básico, y no parece haber en esta ocasión otra cosa que no sea un fuerte caudal que lleva tus coloridas aguas por toda mi cabeza.
martes, 29 de octubre de 2013
Between the lines
Los ojos se me cierran mientras leo en la gran biblioteca perdida de Alejandría. Acaricio con mis dedos el papel, como si de su rostro se tratase. Señalo en uno de los mapas un lugar cualquiera donde me gustaría estar, porque automáticamente se transforma en su cuerpo. Comienzo a leer, y el color de la tinta me dibuja sus ojos. No sé por qué. Las palabras hablan de intrigas, guerras, épocas convulsas durante el medievo, expansión del cristianismo en occidente. Es posible que todo me parezca una guerra. Que ella sea Dios, y no otra cosa. Puede ser que haya terminado convirtiéndose en la protagonista de los libros. Desconozco si esto va a ser una cruzada donde mis labios libren una guerra santa con los suyos. Ignoro hasta qué punto las estrellas pueden revolverse y salirse de órbita para destruir cualquier mundo que haya creado en mi mente. Lo que sí sé es que ella ya conquistó cualquier fortaleza que pudiera tener anteriormente mi propio reino.
jueves, 24 de octubre de 2013
Nothing
Hoy no tengo nada sobre lo que escribir. Las palabras se agolpan sobre un estrecho callejón y no saben cómo reaccionar. Se revuelven, se colocan, inconexas, como una oración sin sentido alguno. No fluye tinta por mis venas, solo litros de alcohol y la desesperación de perder los pasos ganados, el terreno conseguido. Porque se avanza muy lentamente, pero todo se pierde demasiado deprisa. Tampoco quiero una guerra de trincheras, donde uno desangra al otro sin avanzar, con tierras de nadie, muertas, en el horizonte. ¿Es el paraíso lo que busco? Descansar en su mirada puede ser algo maravilloso, pero tan incierto que no sabes cómo conectar las letras. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? Ando a ciegas por el filo de un barranco, puedo caer o salvarme. O quedarme así. Y, quizá, lo único que necesito sea una señal, porque disparo hacia delante, y el proyectil no se instala en ningún sitio. Solo el vacío llena el espacio que me separa de ti. Y es tan grande, que a veces pienso en saltar solo para ver si vienes a rescatarme.
Lo dicho. No sabía qué poner, y no he puesto nada.
"¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro."
Lo dicho. No sabía qué poner, y no he puesto nada.
"¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro."
sábado, 19 de octubre de 2013
Escape
- Sé que vendrás a salvarme montada en un caballo blanco, y que me llevarás a cualquier lugar en el que estar tranquilos.
- Eso no es posible. Ni siquiera tengo un caballo.- Contestó ella.
- Cierra los ojos.
Los cerró, y, el hombre, con una pluma en la mano, la desvistió hasta dejarla en ropa interior. Entonces comenzó a colocar palabras por todo su cuerpo, frases de tinta que eran absorbidas hacia el interior, y que iban construyendo escenarios en la aparente oscuridad que habitaba tras sus ojos.
Primero fue un cielo lleno de nubes, que amenazaba con llover; y un verde campo cubierto de niebla, que se extendía hasta el horizonte. Él estaba metido en una caja de cristal, mirando hacia ninguna parte, y ella en una habitación que formaba una agradable cárcel para sus sueños. Entonces apareció. Un caballo blanco que se movía entre la niebla y se paraba bajo la ventana de su cuarto. Ya no había nada que la retuviera allí. Montaría en aquel animal. De un salto se posó en sus lomos, y, acariciándole la cara, dejó que le marcase el camino. Empezó a llover. La humedad se impregnaba en su ropa, de forma que, al ser de color blanco, se veía su piel a través de ella, y se confundía con la niebla. Esta sensación de unión se incrementó cuando Manolo, el caballo (así lo llamaba su antiguo dueño), aumentó la velocidad. Ella sentía al viento golpear fuertemente su rostro, jugar con su empapado pelo, y mostrar una senda vedada para otras muchas personas. Llegaron bajo el árbol del Sueño, y allí la mujer desmontó del caballo y tocó la caja de cristal. Al instante, se convirtió en un montón de pedacitos, que pendieron del aire unas milésimas de segundo antes de caer al suelo, atraídas por la fuerza de la gravedad.
El hombre reaccionó, y, al darse la vuelta, murmuró, asombrado.
- He... Helena... ¿Qué haces aquí?
- He venido a buscarte. Nos iremos con Nerthus y dejaremos atrás ese árbol.
Su fundieron en un abrazo, y ambos montaron sobre el caballo, que tenía un nuevo nombre.
- Te lo agradezco, pero, ese árbol no es el único que existe. No puedo escapar de ellos, tienen vida propia, se mueven, y por la noche vienen a atraparme. Aunque es cierto que, mientras estoy contigo, no se atreven a acercarse.
"La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido."- Jorge Luis Borges.
- Eso no es posible. Ni siquiera tengo un caballo.- Contestó ella.
- Cierra los ojos.
Los cerró, y, el hombre, con una pluma en la mano, la desvistió hasta dejarla en ropa interior. Entonces comenzó a colocar palabras por todo su cuerpo, frases de tinta que eran absorbidas hacia el interior, y que iban construyendo escenarios en la aparente oscuridad que habitaba tras sus ojos.
Primero fue un cielo lleno de nubes, que amenazaba con llover; y un verde campo cubierto de niebla, que se extendía hasta el horizonte. Él estaba metido en una caja de cristal, mirando hacia ninguna parte, y ella en una habitación que formaba una agradable cárcel para sus sueños. Entonces apareció. Un caballo blanco que se movía entre la niebla y se paraba bajo la ventana de su cuarto. Ya no había nada que la retuviera allí. Montaría en aquel animal. De un salto se posó en sus lomos, y, acariciándole la cara, dejó que le marcase el camino. Empezó a llover. La humedad se impregnaba en su ropa, de forma que, al ser de color blanco, se veía su piel a través de ella, y se confundía con la niebla. Esta sensación de unión se incrementó cuando Manolo, el caballo (así lo llamaba su antiguo dueño), aumentó la velocidad. Ella sentía al viento golpear fuertemente su rostro, jugar con su empapado pelo, y mostrar una senda vedada para otras muchas personas. Llegaron bajo el árbol del Sueño, y allí la mujer desmontó del caballo y tocó la caja de cristal. Al instante, se convirtió en un montón de pedacitos, que pendieron del aire unas milésimas de segundo antes de caer al suelo, atraídas por la fuerza de la gravedad.
El hombre reaccionó, y, al darse la vuelta, murmuró, asombrado.
- He... Helena... ¿Qué haces aquí?
- He venido a buscarte. Nos iremos con Nerthus y dejaremos atrás ese árbol.
Su fundieron en un abrazo, y ambos montaron sobre el caballo, que tenía un nuevo nombre.
- Te lo agradezco, pero, ese árbol no es el único que existe. No puedo escapar de ellos, tienen vida propia, se mueven, y por la noche vienen a atraparme. Aunque es cierto que, mientras estoy contigo, no se atreven a acercarse.
"La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido."- Jorge Luis Borges.
jueves, 17 de octubre de 2013
Cuentos para una enferma
Miro a la ventana y no encuentro nada. Nada ahí fuera que consiga motivarme. A veces pasan niños jugando y gritando, pero ese tiempo ya pasó para mí. Quisiera volar lejos de aquí. Vivir en Irlanda, o en algún lugar perdido, rodeada de árboles, en una casa de madera. Si es en el norte, quiero que los abetos me rodeen. O los pinos. Alzar la vista y ver pájaros volando. O copos de nieve cayendo. Y, a ser posible, tendría un caballo. Un hermoso caballo blanco, cuyo pelo ondearía al compás del viento, al unísono con el mío, mientras cabalgamos hacia el infinito. Y, al llegar a casa, alguien me esperaría y me diría: "Bienvenida a casa". Sin ataduras, sin polución, en libertad.
Encadené mi corazón a una máquina. Una pantalla fría que me colocaba palabras ante mis ojos. Sin rostro. Sin voz. Solo tinta electrónica que me hacía reir, sentirme bien, o enfadarme. Quizá las palabras que nunca pronuncié aparecen escritas en sangre. Y, a pesar de ser todo una aglutinación de palabras, consiguen hacerme sentir. Como si la luna actuase como una bombilla que cambia de color, del blanco al amarillo, y viceversa; pero que siempre está ahí.
Tanto es así que durante la noche iniciamos mil y una batallas contra el monstruo del sueño, hasta que resultamos derrotados, mano con mano, pluma con pluma, y, sin embargo, no llegamos a tocarnos. Que alguien me lo explique, porque yo no lo sé. ¿Cómo el frío puede quemar?
"Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, un principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace". Jean-Paul Sartre.
Encadené mi corazón a una máquina. Una pantalla fría que me colocaba palabras ante mis ojos. Sin rostro. Sin voz. Solo tinta electrónica que me hacía reir, sentirme bien, o enfadarme. Quizá las palabras que nunca pronuncié aparecen escritas en sangre. Y, a pesar de ser todo una aglutinación de palabras, consiguen hacerme sentir. Como si la luna actuase como una bombilla que cambia de color, del blanco al amarillo, y viceversa; pero que siempre está ahí.
Tanto es así que durante la noche iniciamos mil y una batallas contra el monstruo del sueño, hasta que resultamos derrotados, mano con mano, pluma con pluma, y, sin embargo, no llegamos a tocarnos. Que alguien me lo explique, porque yo no lo sé. ¿Cómo el frío puede quemar?
"Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, un principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace". Jean-Paul Sartre.
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