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domingo, 13 de diciembre de 2015

Movimientos invisibles

- Creo que te está costando llenar de flores el desierto.

- ¿Por qué?

- A veces escucho los gemidos que trae el eco. Veo la intención, eso sí. Observo a los gigantes de hierba redoblar sus esfuerzos en la zona árida. ¿Crees que debes hacer esto sola?

- Sí. Es un proceso personal.

- Aunque en realidad sabes que la ayuda no siempre es directa, ¿no es así? Que hay cosas que te condicionan a dar esos pasos. Aunque todo dependa de ti.

- Claro. No vivimos aislados de todo. Siempre algo influye.

- Llevas en este bosque tiempo suficiente, y creo que no has sido capaz de verlo por completo.

- ¿A qué te refieres?

- Hay arañas que tejen planes, hormigas que almacenan información; el movimiento es constante, pero silencioso. Grandes proyectos se crean entre estos árboles, gracias a ti; aunque tú no puedas ver aquello que el bosque esconde. Te puedo asegurar que el día menos pensado, el velo caerá de tus ojos y verás lo que había estado haciéndose. Y cuando los refuerzos lleguen a tu puerta no podrás rechazarlos, aunque quieras escapar sola del infierno. ¿O de verdad creías que sólo me limito a observar, como si fuese de un bloque de hielo?

https://youtu.be/MS6ffDHYGZM

domingo, 6 de diciembre de 2015

Paso a paso

- ¡Ey!, ¿cómo vas? Te esperaba.

- ¿Me esperabas?

- Sí. Después de este tiempo más o menos he podido saber cuando sueles venir.

- No sé si alegrarme por la atención o si salir corriendo.

- Prefiero que sea lo primero.- Se sonrió el muchacho.

- Veo que estás más animado. ¿Por qué?

- He estado pensando. Y, por una vez, no ha salido algo negativo.

- Cuéntame.

- He llegado a la conclusión de que, aunque no lo digas, lo que digo, lo que hago, influye de alguna manera en ti. ¿No es cierto?

- ¿Y ahora te das cuenta?

- No estaba muy seguro. Supongo que entiendes mis dudas. Sé que actuar como una montaña rusa no ayuda a nadie, pero es con lo que he tenido que lidiar. Y ahora, no es que las certezas hayan cambiado, sin embargo, de algún modo me animo. Es muy curioso, ¿sabes? Que, sabiendo dónde está mi línea, y sin poder cruzarla, puedas trastocarmelo todo.

- Yo no trastoco nada. Es tu cabeza. Yo no me meto ahí y decido hacer de ella un laberinto.

- Sí, vale, tú no lo haces conscientemente. No obstante, sí formas parte de todo. Tanto es así que si tuviera que irme, una gran parte de mí se desgarraría por el camino.

- No te obligo a venir. Ya lo sabes. Puedes marcharte si lo consideras necesario. Notaría la ausencia, no voy a negar eso, pero el problema es que no se pueden reducir las cosas a un "estás conmigo o contra mí". El riesgo es enorme. ¿Qué haría si de repente todo lo que me rodea se convirtiese en cenizas? Si te dejo entrar, tú tendrías ese poder. Y ya hay una parte que está arrasada.

- Lo sé. Es por eso que, incluso con los pocos medios de que dispongo, seguiré intentado entrar. Palmo a palmo. Flor a flor. Y si al final no consigo llegar al centro, si ni siquiera logro tocarte, podré irme sin remordimiento alguno. Con la certeza de que el camino que he recorrido sin conseguir el objetivo, ha sido más hermoso incluso que el que otros pisotearon sin saber que entraban en los jardines mejor dispuestos que nunca vi. Y las murallas que ellos encontraron bajas y sin alambre tendrán la huella de mi sangre. Y si al menos consigo eso, podré irme; ligera la carga, deshecho el interior.

- ¿Qué piensas hacer?

- Pronto lo sabrás.

https://youtu.be/xDtcTn5gb1I

jueves, 3 de diciembre de 2015

Tornados de Tinta

Recientemente he participado en una convocatoria, con unos pocos escritores aficionados, como yo, y el libro se distribuirá gratuitamente. Os dejaré un poema con el que he participado, (lo dividiré en tres entradas para no hacerlo pesado), y el enlace para quien quiera descargar la antología completa, que consta también de microrrelatos. Espero que os guste.



Dos mujeres

I

Quise acercarme a los
campos de espinas,
y por ello dejé atrás
una sana estabilidad.

Una bala atravesando
mi cabeza sería mejor,
dejé las flores para
sentir adentro los pinchazos.

Ahora pago el precio,
un año de deudas,
otro de castigo,
sólo cicatrices en las manos.

Ya lo sé, ya lo sé, lo que grita
la cabeza lo ahoga siempre
el corazón,
siempre cantos de sirenas.

Jamás tuve tripulación,
sólo un impulso ciego,
en busca del zahir,
en busca del pasado.

Apuñalé al presente,
dejé sus entrañas sobre
el suelo donde disfrutaba,
y quemé todas sus sábanas.

Llamé a gritos al dolor,
las vendas son geniales
cuando no puedes verlas,
cuando no sabes nada.

Lo siento, lo siento,
los cristales del error
ya rasgaron mi garganta,
se clavaron en el centro.

¿Donde estás ahora?
Busqué fantasmas y
me encontré helado,
esto es el principio.



La antología: http://ul.to/l41sk9wi

domingo, 8 de noviembre de 2015

La batalla


Cambian los campos,
ayer de flores, hoy de plomo,
mañana, quizá, de nada.

Reclutado por fuerza,
yo no quiero jugar
a la ruleta rusa,
pues todas esas balas
llevan mi nombre.

Agachado en la
trinchera, esperando,
aquí las bombas estallan
sin detonarse.

Cobarde que odia
la deserción, fiero,
mantiene las líneas
de la destrucción.

Y las ráfagas dibujan
una enorme M,
metralla de castigo
sobre el pelotón.

Ejército de sonrisas
en los cementerios,
ya no cabe ningún
frágil armisticio.

Y el eco retumba,
quizá sea el único
que recuerda
todo aquello que
se llevó el olvido. 

Finalista en I Premio Nacional de Poesía Villa de Madrid, de la AEPE. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Al pie del cerezo


Sus ojos se humedecieron cuando se encontró frente al viejo cerezo. Al pie del árbol había enterrado sus recuerdos, de cuando conoció a M y habló con ella. En una caja de cartón, ahí cabían todos.

Cogió la pala, y comenzó a excavar. Aún sabía el lugar exacto. La flor del cerezo estaba en su apogeo. Igual que aquel día. La encontró por casualidad y se quedó prendado. Lo intentó. Intentó acercarse a ella. Pero eso no siempre es posible. Lo extraño de todo es que lloró ella, no él. Una daga de doble filo, el amor.

Paró de excavar. Sacó la caja y la abrió. Sonrió con amargura y se fue. No había nada. 


Seleccionado en II Concurso Internacional de Microcuentos, de la editorial Talento Comunicación. 

viernes, 21 de agosto de 2015

El sueño



En el campo
de los sueños
me dormiré,
esperando.

Rozarán mis
dedos rotos
las palabras
nunca dichas.

Crecerán flores
a mi alrededor,
y adentro brotarán
semillas huecas.

Una enredadera
fuera de control,
perdida en la inmensidad
de las dudas.

No me despiertes,
no, que el dolor
es una cuchilla
alumbrando la noche.

domingo, 15 de marzo de 2015

En la bodega

Un barco se acerca. Lleva las bodegas cargadas de un virus antiguo y poderoso, pero desconozco el efecto que tendrá en mí. Ignoro sus efectos, y posiblemente sean letales, pero el contenido que va adentro lleva mi nombre.

El efecto puede ser devastador, y no sé siquiera por qué me arriesgo, pudiendo huir y dejar atrás a los fantasmas. Otra costa, manos seguras, y la certeza de que el mar me devolverá las sonrisas, y no incertidumbre. Ninguna tormenta, ningún naufragio, y la única sombra, la de las palmeras sobre mi cabeza. No sé por qué me empeño en hacer flores con la arena, en abrir cajas que no deben revelarse. Quiero hacer de este erial un lugar lleno de mariposas, y llenar la tierra muerta con ilusiones que puedan brotar.

Pero yo no puedo hacerlo solo, no puedo. Así que cuidado con lo que viene en ese barco, porque si es la bruma de otro tiempo pasado, donde ya no tiene cabida el presente, entonces, puedes ahogarme ya en esas aguas putrefactas que cubren la orilla de la psique.

Si no es así, entonces, podré decir, que valió la pena. Podré decir, que has salvado el día.

https://www.youtube.com/watch?v=ZoK63Bk7pgw

lunes, 9 de marzo de 2015

Yo ya te he avisado

Vivo entre extensiones interminables de lodo, cubriendome hasta la cabeza todo el rato; tragando barro y acostumbrándome al sabor. ¿No querías arte? Pues aquí tienes de sobra, en el pudridero del mundo. Tal vez no es el que buscabas, ¿verdad? Porque a todos les gusta ver campos de flores en los que revolcarse hasta donde alcanza la vista humana. Pero me temo que aquí no encontrarás eso. Da media vuelta, y vuelve por donde has venido. No creo que te apetezca ver estos páramos, ¿o sí? El ser humano es extraño. Se recrea en el dolor, se funde a las palabras ajenas como si fuesen su propia piel.

Tal vez no sea el único que camina con peso hasta el cuello, de hecho, dudo que sea así. Tal vez la perfecta nebulosa de sueños que lucía en nuestra mente se haya apagado. Planetas basura, de los que nadie quiere, alrededor de la órbita que toma un nuevo rumbo, hacia donde le lleve la inercia. Y sí, lo reconozco, tú eres una estrella perdida en mitad de este lugar. No perteneces aquí, debes irte antes de que mi oscuridad te absorba por completo y te haga vagar conmigo sobre la espesa tierra mojada.

No digo que no me gustaría, pues tendría alguien con quien cantar por el camino. Da igual el qué, nunca fuí buen cantante, pero tengo pulmones para rato. ¿Qué me dices? ¿Cantamos en acústico con la guitarra de mis pesadillas? ¿Corremos hacia el horizonte esperando salir de aquí algún día? Si es así, no digas nada luego.

Yo ya te he avisado.


Para María.


Palabras clave: Arte, nebulosa y acústico.

sábado, 7 de marzo de 2015

La mariposa

La mariposa que
venció al verano
nunca regresó.

Alzó sus alas,
y se despidió
de mis manos.

Y me tumbo aquí,
abrazado fuerte
contra el miedo.

Y me tumbo aquí,
mirando pasar
pétalos de amor.

Todo cambia menos
mi cabeza mirando
el lugar por donde
se marchó volando.

Y sostengo entre
mis temblorosas manos
las flores que hay en mí.

Se deshacen, qué le vamos
a hacer,
las consumió el fuego
del azar.

Negro es el color y la actitud,
complicidad contigo,
complicidad sin mí.

¿Donde me fuí?,
¿donde estarás?,
palabras que no sé
ya contestar.

No pude volar contigo,
ya lo ves, no pude
alcanzar el sol.

No pude volar contigo,
ya lo ves, no pude
escapar de mí.


Para Tere.

Palabras clave en poesía: Complicidad, miedo, mariposa.

viernes, 6 de marzo de 2015

Bailar

Ya está todo listo. Con las flores que me regalaste he sembrado todo un campo de minas. Ya está todo listo, solo falta el pistoletazo de salida. Tú, en un lado, y yo, al otro. Frente a frente. ¿Qué es eso que destellea en tus ojos? ¿Será el reflejo de los míos? Me encanta, me encanta. Este es mi mundo, y nadie puede matarme, nada puede tocarme, y aún así, vamos a bailar.

Ven, quiero ver cómo le abrazas a la locura, aquí, en tierra de nadie, un cuchillo en la boca y una rosa en la mano, ¿acaso son cortantes tus besos?
Da igual la sangre si tus labios son dulces, ¿no crees cariño?

Cogí tus cartas y las lancé a la hoguera de la desesperación. Deberías haberlas visto arder. Pero eso no es nada comparado con tu cuerpo, ¿verdad, amor? Te mueves haciendo ruido, no eres silenciosa, y esos gritos de guerra tuyos llaman la atención de cualquier tirador enemigo. No los quiero alrededor, esto es entre tú y yo.

Te mostraré qué tengo yo entre mis manos. Mira, qué sorpresa. Son las ganas de agarrarte y cambiar de baile. Te rajaré la ropa con ese cuchillo, ya lo verás, nada más que barro en nuestros cuerpo, sobre las heridas rojas y las viejas cicatrices.

¿Que por qué no te pido eso? Pues porque los dos sabemos que a lo que más nos gusta jugar es a esto. A la danza del orgullo.

Para María B.

Palabras clave: Amor, orgullo, locura.

viernes, 27 de febrero de 2015

Lightning

Viajé a los rincones oscuros del Cocito; no sé qué esperaba encontrar, pero no había nada. Seguí mirando, atravesando los espacios más peligrosos, paracaidistas devorados por los monstruos del agua, miles de muertos agazapados, escudriñando el cielo sin poder ver. Lámparas de aceite en zonas letales, donde regurgitan los heridos de guerra. Banderas rotas, ninguna es mi país, todas blancas, todas negras. Me volví loco. Empecé a correr, y llegué a la zona más iluminada, donde las flores de hielo dibujan bellos paisajes, atrayendo a los pecadores hacia el descanso eterno.

Y allí, cantando, la encontré. Era una sombra sonriente, magnífica, sentada encima de la memoria. Rasgaba las cuerdas del alma con lentitud, dándole a cada acorde un brillo infernal. Conforme me acercaba, el Cocito iba congelándome el cuerpo. Tiritando, ardiendo, conseguí ponerme enfrente.

La sombra, extrañada, me miró.
- ¿Cómo has llegado aquí? Nadie puede acercarse sin ser absorbido por el lago.
- Lo sé. Pero quería hacerte un favor. Te ruego que me escuches.
- Umm... Has llegado hasta aquí, ¿por qué no? ¿Qué quieres?
- Quiero que invoques el poder del rayo. Quiero que limpies el Cocito por completo, y que la luz vuelva a inundar los valles.
- Eso que me pides es difícil. Ninguna sombra antes que yo lo ha conseguido. ¿Qué te hace pensar que yo sí?
- Tu poder lleva haciéndose grande desde hace años. Has conseguido dominar gran parte del lugar, y, al contrario de lo que creía, estás en el lado más luminoso.
- De acuerdo. Lo puedo intentar, al fin y al cabo, pareces muy convencido.
- Bien. Estaré impaciente por verlo.

Me di la vuelta, y comencé a andar.
- ¡Ah, sí! Olvidé decirte que yo no me congelo, porque todo lo que hay en este lugar es mío. Yo creé este sitio. Y confío en que tú me ayudes a manejarlo.

http://youtu.be/CRTa7l511nU

martes, 17 de febrero de 2015

Acantilados

Volví a caer dentro de zarzas en medio de la lluvia. Tropezar al borde de un acantilado puede darte colchones extraños, con espinas que atraviesan la piel, pero que salvan la vida. La lluvia me riega a mí, y la sangre riega las zarzas. La tierra y el arbusto se vuelven rojos, y comienzan a brotar flores del mismo color entre las espinas.
Es entonces cuando me quito poco a poco de las espinas, fuertemente incrustadas. Caigo al suelo, sin apenas poder moverme. Me falta el aliento.

No sé cómo seguir, cómo continuar, cuando el tsunami del tiempo me ahoga y la vida se me escapa entre suspiros de metralla. No hay nadie ahí fuera, en la yerma extensión de mi mente, y las bombas desgarraron mi piel. Desnudo, sin nada, una mancha roja tumbada en el suelo.


miércoles, 16 de julio de 2014

Flowers

Nadar en lava puede ser un buen pasatiempo. Si la resistes. El calor es abrasante. Y las altas olas, húmedas y calientes a la vez, se entrechocan entre sí. Caen limoneros desde el acantilado, y naranjos. Colorean el mar rojizo y lo vuelven más claro, más frío, aunque sigue siendo imparable.

Toco madera con mis labios, y de tanto tocarla se vuelve de piel. Una figura de ensueño que tiene vida propia y se echa a andar, a mi lado. Caminamos sobre el humo y dibujamos nuestros nombres sobre el cemento del infierno.

Dormir sobre el vacío es algo inmenso, pero necesitas tocar el tacto de las flores envueltas en el rocío de la mañana, oliendo intensamente a un perfume especial, que recuerda al de la miel, y que embriaga el lugar. Me dejo caer desde la nada hacia idílicos lugares, y me quiero quedar allí para siempre, aún cuando caen tormentas y los rayos me alcanzan de cerca.

Algo da vueltas sobre mi cabeza, quieto, calma apacible. Y las sonoras carcajadas se funden con el sonido de una guitarra y el bombardeo de un avión. Es entonces cuando me la llevo, y la ahogo de felicidad y placer. Entre caminos dibujados ronronean mis coches, aunque muchas veces la cochera esté cerrada. Otras veces salimos a correr y nos empapamos de éxtasis y locura, es entonces cuando la lava se cierra en torno a nosotros, y dibuja en el cielo una explosión que dispara hacia todas partes flores que dibujan entre el fuego un magnífico cisne.

https://www.youtube.com/watch?v=AFvfX3Mfd9E

lunes, 14 de julio de 2014

City of echoes

Voces que se entrecruzan y vuelven a sonar, una y otra vez, rebotan, vuelan, saltan, sin querer apagarse. Son mariposas eternas en medio del silencio. Nada. Eran dos luchadores con espadas de papel que podían darse realmente fuerte, y herir al otro. Y el mismo papel usado servía para cubrir la herida. No llega la sangre al río. Ni siquiera sale sangre. Balas de aire. Bombas de insomnio.

Edificios pintados con cera y asfalto de flores, con vehículos transparentes como fantasmas, atravesando todo a su paso. Su luz llenaba por completo la de las farolas, y en medio de la ausencia de ruido, era un estruendoso huracán. Lo removía todo con sus momentos mudos. El largo pelo le tapaba el rostro, igual que si fuese una capucha y un pasamontañas a la vez. Se sentaba allí, en el bar Las Dudas, y bebía sin parar hasta que yo iba a por ella y la devolvía de nuevo a su casa. Una vez allí se calmaba, mientras que los vándalos de la Estabilidad destrozaban el bar. Hasta que volvieran a arreglarlo. Hasta entonces puedo hacer que no sienta la necesidad de pasar por allí.


Seguimos danzando, con ganas, sonido disperso, pétalos flotando. Es la misma danza, mismo son, y las notas atraviesan las corazas más duras. Sabemos que es complicado realizar el baile, pero las ganas pueden con todos los monstruos de la noche, y los escudos que cubren el escenario nos salvan de cuchillas exteriores. El poder de dos se vuelve el de uno solo. Y las olas de nuestras aguas inundarán esta pequeña ciudad llena de ecos.



https://www.youtube.com/watch?v=zukO1h11hrM

domingo, 5 de enero de 2014

Slowly

Vamos a quedarnos despiertos, mirándonos el uno al otro. No se cerrarán los ojos, la marea negra del sueño no puede alcanzarnos cuando estamos volando sobre las nubes. Nos tumbaremos sobre una cama de agua y comeremos flan, chocolate o mermelada, sintiendo la piel del otro dentro de las fauces del sabor. No importa si somos parte de la degustación, el corazón se acelera como sucesivos rayos en una hilera de cielo, y los mordiscos se suceden, parsimoniosos, sobre temblores de éxtasis.


Se unirán dos meteoros de fuego en mitad del universo estrellado, y recorrerán terremotos de punta a punta, mientras las flores de los cerezos se abren kilómetros más abajo. Pasaron huracanes y se llevaron las malas hierbas, trayendo consigo un verano helado de nubes que tiñen las alturas, escondiendo al sol del ojo humano.


Pasaremos la mano sobre campos de flores en la arena de la playa, caminando junto a las conchas que nacen en los rompeolas, al tiempo que la noche cae sobre nuestras cabezas. Se mojarán nuestros pies junto a dos serpientes rojas que jugarán hasta que tengan que separar sus cabezas para ver el amanecer junto con el rocío que desprenderán las flores con los primeros rayos de sol.

martes, 24 de diciembre de 2013

And I'm yours

Cuando llegué al bosque de las Ánimas habían cambiado bastantes cosas. Los árboles, desnudos y delgados, dejaban un ambiente triste y desolador. Me senté allí, encima de una seta gigante, y miraba cómo el reloj de arena iba cayendo grano a grano sobre el viento. Y entonces la vi, hablándome desde dos direcciones distintas, pues su voz se propaga por el viento igual que el polen de las hermosas florecillas que habitan en Northumbria.

Había conseguido llevar el paquete a su destinataria, y decidimos ir a un lugar seguro para poder ver el contenido. Avanzamos por el bosque, y los elfos que antaño moraban en sus casas árbol habían abandonado sus hogares, seguramente por la inestabilidad del tiempo. Tuvimos que cambiar de ruta para poder quedarnos en un lugar donde los ojos del mal no pudieran acecharnos. Se veían a los animales correr entre los caminos, apresurados, como si algo maligno se acercase, aunque luego se vería que todo ello no eran más que fábulas.

Llegamos a una pequeña aldea, llamada Baolimco, donde pudimos parar en una posada. Nos sirvieron té hecho con las distintas hierbas del bosque, y adquirían una tonalidad naranja, y un sabor distinto al que estaba acostumbrado, pero aún así, estaba bueno.
Entregué a aquella muchacha la correspondencia, y, aunque ya la había visto otras veces, y estábamos conectados por el hilo de los ancestros, se sentía como la primera vez. Pero no porque no la conociese, sino porque las emociones eran las mismas del primer día, incluso más intensas, igual que un río siendo desbordado por sus afluentes. Y echaba anclas en sus ojos, y el color del fuego movía su cuerpo cuando comenzaba a descifrar las palabras élficas de la misiva. El ejército de la Risa, y la marca de Alegría tomaron aquel lugar, pasando a carcajadas a todo el mundo. Y, cuando yo pude verme en ella con total claridad, los vasos se desbordaron junto al calor de las llamas.

La sangre ya no transportaba glóbulos rojos o blancos, sino una gran dosis de droga que la proporcionaba ella sin que yo tuviera que ingerir, fumar o inyectarme nada. Se sentía como una explosión de colores en mitad del oscuro firmamento. Y acariciar la proa con las velas del barco inicia una ligera brisa de sensaciones en la piel.

A la hora de marcharnos, seguimos el viaje por senderos oscuros, pero protegiéndonos entre ambos en todo momento. Los cuervos volaban por doquier, y ella los espantaba con el brillo de sus alas, aunque los enemigos más poderosos, como los troll, tenían un efecto negativo en ella. Cuando nos tuvimos que separar, el reloj de arena casi se había consumido, y yo me aferré a ella, como si así, en esos segundos, pudiera evitar que el reloj siguiese su curso, y continuar así para siempre.

Al alejarse, comenzó una carrera por mi vida, en la que su olor corporal me acompañaba en el viaje. Ella decía que me aceleraba, y era cierto, yo seguí corriendo hasta que las únicas fuerzas que tenía eran las de poder volver a verla en otra ocasión, cuando la guillotina de las horas no pendiese de un hilo en mi cabeza. Y, mientras me alejaba en la enormidad de la noche, las plumas que llevaba conmigo me decían que no solo el comesueños podía ejercer su poder en el subconsciente, sino que su sola presencia derribaba cualquier otra posibilidad de sueño.
http://youtu.be/q9ayN39xmsI

domingo, 22 de diciembre de 2013

Saltar

Es cierto eso de que la mejor máscara es la que te hace creer que es una cara de verdad. Y hacer un juego de malabares parece ser mi estilo, pero tú también tienes magia negra en tus manos, y también sabes esconderte detrás de un halo de aparente. Y si me vuelvo un fantasma, que sea aquel que recita cuentos al oído, junto a tu lado de la cama. Vamos a saltar a la piscina, y en el aire sentiremos el hormigueo de la vida fluyendo por nuestros cuerpos. Y las flores de los jardines se abrirán para nosotros, será primavera en los corazones, aunque ya haya llegado el frío invierno. Y si las tinieblas te atrapan, no te duermas con ellas, no te quedes sentada en la silla de los horrores, haz que brille la habitación con tu sonrisa. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Death

La muerte no es un esqueleto con túnica y capucha de color negro, portando una guadaña. Es la sorpresa y la certidumbre. La sonrisa extraña de una persona llena de vida a la que se le cortan los hilos que le sujetaban al resto de títeres. Es un día que se antoja normal y de repente se trastoca, como 'clic' en un interruptor. Un caos en las oficinas de la rutina. Una flor que se marchita en las salas de la sonrisa.

Aumentan los caudales de agua salada en los ríos, se desbordan, como un ejército de personas desconocidas entre sí que van a saludarse, y se dirigen al mismo lugar. Cenizas y sombras. Te arrancan de tu alrededor ramas del árbol al que estás acostumbrado ver, y el paisaje se trastoca. Es algo natural: Sabes que pasa. Que debe pasar. Pero, aún así, nunca piensas que te vaya a tocar a ti. Que la muerte es un mensajero que pulula por tu alrededor, y que tú no recibes sus cartas.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Ey, coldworld

¿Qué somos? ¿Somos lo que hacen otras personas de nosotros? Hoy pensé que sí. Que soy tristeza, rodeada de optimismo. Lágrimas que brotan de mis ojos, fuertemente sacudidas por la mano del resentimiento. ¿Qué somos? ¿Por qué os regalo melancolía en estas palabras en vez de alegría? Si miro al frente y solo veo un océano de papel y tinta donde hundir las penas, en eternos cementerios que reaparecen cada vez que se clava una daga aquí dentro. ¿Por qué se dibuja frente a mis ojos la paramera yerma y lúgubre en vez de un campo de flores exóticas? Dicen que hay palabras que duelen más que flechas en el cuerpo, y tal vez sea cierto, pero lo que más daño puede hacer es tu propia mente pisando campos de minas que ella misma había colocado.

http://youtu.be/f38BDQC6kPs


jueves, 14 de noviembre de 2013

Psique

- ¿Qué tiene para contarme hoy?
- He tenido un sueño.
- ¿Un sueño? ¿Recuerda algo? Por favor, cuénteme todo lo que pueda.
- Sí. Bueno, verá, volví a soñar con ella. En un bosque. Todo muy alegre.
- Continúe.
- Habían niños corriendo. Como si fuera un parque. Ella estaba conmigo. Feliz. Me cogía de la mano. Había zonas donde se podían coger flores, y yo le hacía un ramo. Todo iba bien. Yo también disfrutaba. Pero luego... Me despertaba. De alguna manera, odiaba lo que acababa de soñar.
- No le entiendo. Ha dicho que era un sueño agradable. Estaba ella feliz, y usted también. Un ambiente magnífico. ¿Por qué llega a odiar el sueño?
- Porque nada de lo que hay ahí está aquí. Por eso. ¿Por qué no se puede coger la estructura del sueño y vivirla más tiempo? ¿Por qué no podemos ser arquitectos del mundo tal y como lo somos en los rincones oníricos?
- A lo mejor porque eso sería muy sencillo. ¿Qué hay de los retos, de la satisfacción? ¿Donde quedaría la complejidad y la incertidumbre?
- Eso podemos dejarlo para este mundo. ¿No le parece justo vivir unas horas en el lugar que desee con las personas que desea? Sería como llevar dos vidas, no se perdería lo que dice.
- Pero entonces podría llegar un punto en que no sabría diferenciar entre los dos mundos. ¿No le volvería eso mentalmente inestable?
- ¿Se refiere a que me volvería loco? Tonterías. Este mundo es la mayor locura que existe. Una abominación. Nadie que no esté chupándole la vida al resto soñaría con este mundo. No. No sería yo el que se volviera loco.
- ¿Y qué me dice de ella? ¿No le asusta el tener una idea en vez de a la persona original?
- Parece que sabe usted como pillarme... Lo cierto es que, si ella no pudiese venir conmigo, no entraría en ese mundo más que para que me lance construcciones de forma aleatoria.


http://youtu.be/b_CPUalHkw4