Muchas veces pienso que digo lo mismo, aunque lo exprese de forma diferente. Y diría que es cierto, aunque, de un modo u otro, inevitable. Tal vez eso les lleve al aburrimiento, ver temas muy trillados y otros sin apenas ser tocados. Pero no es algo que yo pueda mejorar. No ya por los límites del lenguaje, y de los míos respecto al conocimiento del mismo, sino porque ni siquiera las experiencias diarias tienen por qué ser originales o novedosas. Aún así, nada ocurre dos veces de la misma forma, y yo tampoco reflejaré en estas extrañas trincheras dos cosas exactamente iguales, eso sí, tendrán que lidiar con el espectro de lo similar.
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