Yo soy la doble
línea de la vida,
que separa la
abrumadora multitud,
una careta por rostro,
un silencio por respuesta.
No hables aquí,
tus palabras mueren,
ser extraño,
mientras dibujo
mi sonrisa de cristal.
Un fantasma inservible,
no veo otra cosa,
la frialdad avanza,
y desfigura mis muecas.
Sácame del foso y
llévame a casa,
por oscuras autopistas,
montados en un
océano sin techo.
No habrá desierto,
pero arderán mis
cálidos luceros,
al son de una
perdida melodía.
Y tal vez entonces,
se construya
un puente rojizo,
en el que se caiga
mi entrañable Bauta.
http://youtu.be/xM4Rldp9QWA
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