A veces surge que
en este recipiente
se rompen rastros
de algo bello.
Y quiero huir,
tal vez otras manos
puedan lograrlo,
tal vez otro rostro
gane las Termópilas.
Y me devoro, voraz,
un dolor otro palia,
y donde la sangre
fluye no se siente.
Y cada vez menos
humano, más yo,
la fuerza imposible
del inestable.
El desgarro que
causa ese pico,
no quisiera que
lo sufrieras,
nunca viste así
tal felicidad.
A veces se marcha
y creo estar tranquilo,
pero vuelve la tormenta,
cuando todo cicatriza.
Un vicio es poco, sin
aditivos, nada edulcora
la destrucción.
Y dirás que puedo huir,
hacer frente, sí,
batalla cerebral eterna.
Tal vez si tomases
lo que soy, tal vez
las cuchillas devorarían
otra cosa distinta.
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