Lo
conocí en un momento en que la memoria es turbia. Sólo algunos
recuerdos. Nada más. Parodias sobre el cuento de Caperucita
Roja.
Una nochevieja en casa de mis abuelos paternos, las campanas sonando.
Muchas de esas lagunas se resuelven por lo que otros me cuentan, pero
es más fuerte lo que se puede visualizar.
Él se marchó, aunque sé que no quería. Todavía era
joven. Se lo llevaron a cumplir condena carceleros que no son de este
mundo. Una prisión perpetua que deberían sufrir otros, más
crueles, más inhumanos.
Yo no lo vi, es cierto, pero me lo dijeron. Luces de
ambulancia, rostros de terror. Apenas esperanza. Pasos corriendo en
las escaleras. Es cierto que un riñón cuesta más de lo que
creemos. A veces, todo lo que nos queda por sentir.
Se marchó, aunque se quedó con nosotros. Una foto
antigua. Una cadena con su nombre, o un anillo. Una camiseta, tal
vez. Nada más.
Microrrelato seleccionado en concurso "Donde nací, donde vivo", de Letras con Arte.
Va para mi tío, que murió al carecer de riñones, siendo yo un niño. No se te olvida.
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