Él está sentado sobre el tronco de siempre. Tiene la vista fija en el bosque, un lugar que empieza a arder.
- Así son las cosas, ¿verdad? Mientras yo movía mis piezas, tú movías las tuyas. Ninguno decía nada. Sólo charlábamos. Yo escondía mis planes, y tú los tuyos. Jugábamos a no ser, a esquivar las balas. No esperábamos nada. Y todo este movimiento, ha conseguido pillarme desprevenido. No debería, pero así ha sido. El problema, o el alivio, es que tú aún no has visto lo que aguarda el mañana. Lo que desconozco es si esas acciones serán combustible para este incendio que acabará consumiendo todo lo que somos, o si, por el contrario, harán que se detenga. Sea lo que sea, marcará una nueva era. Yo ya quemé mi último cartucho. El de la sinceridad.
El todo o la nada.
https://youtu.be/PI2rWyXbv24
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