- He visto crecer una rosa en la zona del desierto. ¿Tiene algo que ver contigo?
- Es posible.
- Si fueses tú la causante, sería un gran regalo.
- ¿Y eso por qué?
- Porque detendrías el avance del desierto. Y tú serías cada vez más tú, y no lo que hace de ti el yermo.
- Piensas que el bosque te dejará pasar si eso ocurre.
- Es una de las razones, sí. Pero eso sólo es una esperanza. No es el motivo real. Realmente me gustaría ver crecer flores en la arena. Verte brillar a través de las zonas más impenetrables del bosque.
- ¿Y cómo sé que no quieres sólo intentar entrar?
- Porque ya hay algo en marcha. Algo que no podrás parar. Verás, te contaré una adivinanza, es posible que te ayude. "Cuando renazca de nuevo el fin de los días, y sus hijos hayan dado los primeros llantos; un hombre llamará a tu puerta y te dirá que aunque la espera sea larga, aquellos que quieren algo, moverán tierra, mar y aire para conseguirlo. Y que no importa el esfuerzo, si la medida del tiempo son las sonrisas que te arranca. Entonces te dará algo que no imaginabas: Un reloj de arena congelado".
https://youtu.be/4b2vfg_XoRk
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