Al igual que sucede con la playa, el tiempo transcurrido me acaricia, incesante. Es cierto que a veces da un golpe fuerte, como hoy, y se lleva gran parte de la arena hacia el interior, fruto de las tormentas que asolan la costa.
Y aunque todo cambia, la memoria permanece. Y allí donde algunos ven edificios, yo veo campo y mar; una ola gigante comiéndose la carretera, y, tal vez, otra más traviesa que me empuja. Aún me veo recogiendo alcaparrones, o leyendo frases prohibidas en mi caladero favorito. Quise probar suerte, y la suerte me probó a mí, fue afortunada.
Este es un proceso irreversible, pero no me importa. Me mantengo como mis ideas; joven, fresca, aguantando los embates que puedan venir con la ayuda de mi familia. Lo puedo decir, y lo digo, y es que el sol siempre dura más que las tormentas. Una pausa, una cerveza y comer escalope mientras el fútbol entona su canción de fondo.
Qué más da. Yo no necesito un balón para meter goles. Me bastan las ganas y mi sonrisa.
Para Isabel, con cariño, muchas felicidades prima :DD
Palabras clave: Proceso, playa, escalope.
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