Me perdí, al principio,
y me volví a encontrar,
siguiendo la estela
del corazón, roja.
He mandado cuervos
llenos de palabras,
y releo los papeles
de una musa esquiva.
Piso fuerte, no lo niego,
me gusta dejar huella
allí donde el paisaje
es una fuente constante.
Noto mis lazos frágiles,
el exasperante punto medio,
la exigencia del maldito,
no tendré remedio.
Quiero caminar y camino,
sobre las olas de tu mente
hay notas musicales en
todos mis rincones.
Da igual la afilada
punta de la daga,
de amor quise ahogarme
y de amor respiraré.
Ya sé, ya sé, no entiendes
que sea lo ficticio,
el fantasma entre heridas
que observa tu alma.
Con este, ya son 21 años
buscándote, de los cuales
5 descargaron sobre mí
todas las emociones.
Y qué quieres que haga,
si eres parte de mí,
como las raíces del árbol,
como la sombra a la luz.
Y qué quieres que haga,
si me llena más tu ausencia
que la presencia de otras,
que los astros errantes.
Y esta moneda no paga, no,
todas las cosas que te debo,
aunque tu brillo sea pasivo,
aunque no conozcas el resplandor.
Jamás pienses lo que no eres,
a pesar de ser extraños,
quizá nos entendemos mejor
que un amigo, sin hablar siquiera.
Para la M que recuerda a Shakespeare, aunque no lo lea.
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