A veces, creyendo hacer lo mejor, causamos daños irreparables. Lo que parecía la solución, se vuelve un error mayor que lo arrasa todo a su paso. Nos equivocamos, aunque sea sin intención. Demonios, es decir, ¿quién quiere joder algo?
Y habrá ocasiones en que las grietas sean enormes, y pensemos que lo mejor es dejar las acciones que crearon esa situación ahí, e intentar seguir adelante. El problema es que eso no es sencillo, y no puede quedarse así. No importa qué, si realmente te importa la persona a la que hiciste daño, la sensación de haber actuando mal te perseguirá a través del tiempo. Da igual si ha pasado un día, un mes, un año... Hay que tomar responsabilidad e intentar vaciar el dolor.
Con seguridad apenas conseguiremos algo, porque es sabido que volver a rearmar un puzzle complejo es costoso y requiere de no pocos días. Incluso es posible que no tengamos las piezas, y que hayamos perdido por siempre la oportunidad de rehacer el puzzle.
Pero merece la pena intentarlo, dar cada ápice de lo que tenemos, e intentar demostrar que no era el camino del infierno lo que queríamos para la otra persona. Aunque parezca imposible, y no nos crean. Aunque de la sensación de que no tenemos orgullo propio.
Nada importa si se consigue arreglar aunque sea una sola pieza del puzzle.
https://youtu.be/9iQtvF9I848
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