Los platos apilados,
la mugre danzante,
las cosas sin hacer,
y el perro jugando.
El suelo sucio,
la cama revuelta,
ni he visto la ducha,
y el perro comiendo.
El polvo extendiéndose,
el suelo pegajoso,
la ropa tirada por doquier,
y el perro paseando.
La libreta vacía,
las intenciones aparcadas,
el plumero olvidado,
y el perro ronroneando.
La mesa con desperdicios,
litros vacíos y colillas,
el olor que resucita gritando,
y el perro durmiendo.
¡Yo también quiero ser un perro!
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