Serviré para ti en el
olvido; extiende
la mano y
enciende el fuego
del pasado,
arderán así mis
días de gloria.
Ya vienen a buscarme.
Asiste a tu obra,
pues perderé el
aliento, rendido,
tirando alegrías,
inspirando sueños
ajenos y anejos.
Miro el reloj, ya
es tarde para salvarme.
Incluso en estos
nuevos tiempos
una maldición
negra se agita, allí
donde quise dar todo
a quien no pidió
nada de mis manos.
Bienvenido a un mundo tan abstracto como lo que pasa por mi cabeza. Literatura rompecabezas que significa cualquier cosa menos la que es. O puede que veas la realidad.
martes, 17 de mayo de 2016
lunes, 16 de mayo de 2016
La culpa cambia de manos
- ¡Mira por donde vas, cenutrio!.- Espetó un hombre.
Miguel Ángel iba por la calle, camino de su casa después de su jornada en la universidad, y se chocó con un joven que iba corriendo. Lo que le sorprendió fue que el indignado no era otro sino el que había causado el agravio. Por ello se calló y lo vio alejarse.
Al poco rato, otra persona, con gafas de sol, sombrero negro y bien vestida, apareció corriendo. Aunque ésta vez no hubo ningún roce.
Semanas después, mientras leía el periódico durante el desayuno, observó una noticia que se vio tentado a contar a su mujer.
- Mira lo que dice aquí. Ha aparecido un joven muerto a pocas calles de aquí. Alguien le aplastó la cabeza en el cerviguillo*. Parece ser que le hicieron abrir la boca en el borde y le pegaron una patada. Es el mismo muchacho que se tropezó conmigo la otra noche.
- ¿Lo conocías?
- No, sólo nos vimos una vez. Pero son cosas que impactan, ¿sabes? Quizá yo fuese una de las últimas personas en verlo con vida.
En eso estaban, cuando sonó el timbre. La mujer, que se encontraba de pie, fue a abrir. Desde el asiento, a Miguel Ángel le llegaron las voces.
- Buenos días, señora. ¿Se encuentra su marido en casa? Querríamos hablar con él.
- ¿Mi marido? Bueno, sí, pero... ¿Qué ocurre?
- Nada malo, se lo aseguro, sólo queremos hacerle unas preguntas. ¿Podemos pasar?
- Sí, claro. Adelante.
Se escucharon los pasos, y el "clonk" de la puerta al cerrarse. Antes de poder pensar en quién podía ser, Miguel Ángel vio a dos policías uniformados delante suya.
- ¿Es usted Miguel Ángel?
- Sí, así es. ¿Qué ocurre?- Inquirió, preocupado.
- Antes de nada, quisieramos presentarnos. Él es el agente Pepe, y yo me llamo Javier. Somos del departamento de homicidios. Está usted bajo sospecha de asesinato de José Carlos, un ex-convicto que estaba en el programa de protección de testigos.
- Pero, pero... ¿Por qué yo?
- Alguien lo vio a usted la noche del asesinato con la víctima. De todas formas, aclararemos esto mejor en el cuartelillo. Venga con nosotros y no intente nada raro.
- De acuerdo, de acuerdo. No tardaré en volver, cariño, seguro que es todo un error.
Así, lo metieron en el coche y se lo llevaron al cuartel. Allí, en una habitación preparada para los interrogatorios, lo metieron. Era un cuarto oscuro, con una lamparita potente, en la que aguardaba un hombre sentado.
- Traedlo aquí y ponedle las esposas. Después marchaos y que no entre nadie.- Dijo con voz grave.
- Sí, don Adriano.
Los policías obedecieron la orden y, tras colocarle las esposas, se marcharon.
- Bueno, Miguel Ángel, si es que te llamas así. Ahora mismo me vas a contar quién te dio la información de que José Carlos estaba en protección de testigos.
- ¿Pero cómo quiere que lo sepa? Si yo no le he hecho nada...
- ¿Niegas haber estado con la víctima en la noche del crímen?
- No, pero...
- Entonces no hay ningún pero. No estoy aquí para juegos. He mirado tu expediente y estás limpio. Tú no eres al que buscamos, queremos al que hay por encima tuya. Si me lo cuentas te solteramos. Si no... Mucho me temo que te quedarás aquí bastante tiempo, como culpable de asesinato en primer grado.
- Eso no puede ser, quiero a mi abogado ahora mismo.
- Claro que sí. Toma, ahí tienes el móvil. Si puedes, llámalo.
- Pues quíteme las esposas primero.
- No tengo las llaves. Lo siento.
Pausa.
- ¿No quieres llamarlo? Bien, entonces sigamos nuestra conversación.
Miguel Ángel sentía un sudor frío cayéndole por la espalda. Algo le decía que aquello no iba bien y que no debía estar pasando.
- Bien, al parecer José Carlos había molestado a miembros del ćartel Mojo Picón y eso ha activado todos los mecanismos para eliminarlo. Por tu culpa ahora yo me tengo que comer el marrón de su muerte, porque los gringos están que trinan. Así que, o me dices quién te envía por las buenas, o por las malas. Sólo quiero un nombre, una dirección, algo sólido, y podrás irte a tu casa.
- Vi a un hombre. Un hombre vestido de negro, con traje y sombrero.
- Sí. ¿Qué más?
- Ya está. Ese hombre iba corriendo. No pude verle bien.
- ¿Te crees que soy tonto y me chupo el dedo?- Inquirió mientras le daba un guantazo.
- ¡Pero bueno! ¿Qué clase de policía eres para hacerme eso? Cuando salga de aquí te voy a meter un puro que pa' qué.
- Pues soy uno con inmunidad. Así que te vas callando, chisgarabís miserable.
Miguel Ángel se quedó mudo. No entendía cómo aquel hombre no se daba cuenta de que si él fuese el asesino se habría largado ya de allí. Sin embargo, Miguel ángel desconocía que, a cientos de kilómetros de allí, el asesino de José Carlos, un capo conocido por el nombre de Senior, realizaba otro trabajo para el cártel.
Feliz cumpleaños Miguel Ángel :)
Palabras clave: Chisgarabís, cenutrio y cerviguillo.
*Cerviguillo: En este caso, expresión popular que significa "borde de la acera".
Miguel Ángel iba por la calle, camino de su casa después de su jornada en la universidad, y se chocó con un joven que iba corriendo. Lo que le sorprendió fue que el indignado no era otro sino el que había causado el agravio. Por ello se calló y lo vio alejarse.
Al poco rato, otra persona, con gafas de sol, sombrero negro y bien vestida, apareció corriendo. Aunque ésta vez no hubo ningún roce.
Semanas después, mientras leía el periódico durante el desayuno, observó una noticia que se vio tentado a contar a su mujer.
- Mira lo que dice aquí. Ha aparecido un joven muerto a pocas calles de aquí. Alguien le aplastó la cabeza en el cerviguillo*. Parece ser que le hicieron abrir la boca en el borde y le pegaron una patada. Es el mismo muchacho que se tropezó conmigo la otra noche.
- ¿Lo conocías?
- No, sólo nos vimos una vez. Pero son cosas que impactan, ¿sabes? Quizá yo fuese una de las últimas personas en verlo con vida.
En eso estaban, cuando sonó el timbre. La mujer, que se encontraba de pie, fue a abrir. Desde el asiento, a Miguel Ángel le llegaron las voces.
- Buenos días, señora. ¿Se encuentra su marido en casa? Querríamos hablar con él.
- ¿Mi marido? Bueno, sí, pero... ¿Qué ocurre?
- Nada malo, se lo aseguro, sólo queremos hacerle unas preguntas. ¿Podemos pasar?
- Sí, claro. Adelante.
Se escucharon los pasos, y el "clonk" de la puerta al cerrarse. Antes de poder pensar en quién podía ser, Miguel Ángel vio a dos policías uniformados delante suya.
- ¿Es usted Miguel Ángel?
- Sí, así es. ¿Qué ocurre?- Inquirió, preocupado.
- Antes de nada, quisieramos presentarnos. Él es el agente Pepe, y yo me llamo Javier. Somos del departamento de homicidios. Está usted bajo sospecha de asesinato de José Carlos, un ex-convicto que estaba en el programa de protección de testigos.
- Pero, pero... ¿Por qué yo?
- Alguien lo vio a usted la noche del asesinato con la víctima. De todas formas, aclararemos esto mejor en el cuartelillo. Venga con nosotros y no intente nada raro.
- De acuerdo, de acuerdo. No tardaré en volver, cariño, seguro que es todo un error.
Así, lo metieron en el coche y se lo llevaron al cuartel. Allí, en una habitación preparada para los interrogatorios, lo metieron. Era un cuarto oscuro, con una lamparita potente, en la que aguardaba un hombre sentado.
- Traedlo aquí y ponedle las esposas. Después marchaos y que no entre nadie.- Dijo con voz grave.
- Sí, don Adriano.
Los policías obedecieron la orden y, tras colocarle las esposas, se marcharon.
- Bueno, Miguel Ángel, si es que te llamas así. Ahora mismo me vas a contar quién te dio la información de que José Carlos estaba en protección de testigos.
- ¿Pero cómo quiere que lo sepa? Si yo no le he hecho nada...
- ¿Niegas haber estado con la víctima en la noche del crímen?
- No, pero...
- Entonces no hay ningún pero. No estoy aquí para juegos. He mirado tu expediente y estás limpio. Tú no eres al que buscamos, queremos al que hay por encima tuya. Si me lo cuentas te solteramos. Si no... Mucho me temo que te quedarás aquí bastante tiempo, como culpable de asesinato en primer grado.
- Eso no puede ser, quiero a mi abogado ahora mismo.
- Claro que sí. Toma, ahí tienes el móvil. Si puedes, llámalo.
- Pues quíteme las esposas primero.
- No tengo las llaves. Lo siento.
Pausa.
- ¿No quieres llamarlo? Bien, entonces sigamos nuestra conversación.
Miguel Ángel sentía un sudor frío cayéndole por la espalda. Algo le decía que aquello no iba bien y que no debía estar pasando.
- Bien, al parecer José Carlos había molestado a miembros del ćartel Mojo Picón y eso ha activado todos los mecanismos para eliminarlo. Por tu culpa ahora yo me tengo que comer el marrón de su muerte, porque los gringos están que trinan. Así que, o me dices quién te envía por las buenas, o por las malas. Sólo quiero un nombre, una dirección, algo sólido, y podrás irte a tu casa.
- Vi a un hombre. Un hombre vestido de negro, con traje y sombrero.
- Sí. ¿Qué más?
- Ya está. Ese hombre iba corriendo. No pude verle bien.
- ¿Te crees que soy tonto y me chupo el dedo?- Inquirió mientras le daba un guantazo.
- ¡Pero bueno! ¿Qué clase de policía eres para hacerme eso? Cuando salga de aquí te voy a meter un puro que pa' qué.
- Pues soy uno con inmunidad. Así que te vas callando, chisgarabís miserable.
Miguel Ángel se quedó mudo. No entendía cómo aquel hombre no se daba cuenta de que si él fuese el asesino se habría largado ya de allí. Sin embargo, Miguel ángel desconocía que, a cientos de kilómetros de allí, el asesino de José Carlos, un capo conocido por el nombre de Senior, realizaba otro trabajo para el cártel.
Feliz cumpleaños Miguel Ángel :)
Palabras clave: Chisgarabís, cenutrio y cerviguillo.
*Cerviguillo: En este caso, expresión popular que significa "borde de la acera".
domingo, 15 de mayo de 2016
¿Donde...?
Ahoga el tiempo, y la certidumbre del dolor aprisiona cualquier avance. Se han quemado las flores, y ha ardido la arena. Un desierto que se materializa. No diré que he perdido, porque para ello hay que ganar alguna vez.
Y yo no gané ningún rincón de tu cuerpo, dentro o fuera. Una luna triste en la mirada, y basta un minuto para que se desmorone la torre más alta. La angustia recorre las venas, allí donde el alcohol no alcanza; los ojos se empañan.
Un monstruo me devora por dentro; donde hubo palabras queda el vacío; donde había ganas resta la apatía. Una frontera más nos separa, avanzar se hace complicado. Hay huellas que aprietan, que se hunden en las aguas más profundas del llanto.
Vuela, vuela alto, y alcanza el cielo que para mí está techado; acaricia las emociones que desconoceré por siempre. Y, dime, ¿donde guardaré los trenes que pasan por mi cabeza?
¿Dónde dejaré los besos que te debo?
https://youtu.be/sUVPjy_McKk
Y yo no gané ningún rincón de tu cuerpo, dentro o fuera. Una luna triste en la mirada, y basta un minuto para que se desmorone la torre más alta. La angustia recorre las venas, allí donde el alcohol no alcanza; los ojos se empañan.
Un monstruo me devora por dentro; donde hubo palabras queda el vacío; donde había ganas resta la apatía. Una frontera más nos separa, avanzar se hace complicado. Hay huellas que aprietan, que se hunden en las aguas más profundas del llanto.
Vuela, vuela alto, y alcanza el cielo que para mí está techado; acaricia las emociones que desconoceré por siempre. Y, dime, ¿donde guardaré los trenes que pasan por mi cabeza?
¿Dónde dejaré los besos que te debo?
https://youtu.be/sUVPjy_McKk
sábado, 14 de mayo de 2016
Fichas de dominó
He quemado muchos lazos, y mis manos han ardido con ellos. He caído, y a pesar de volver a levantar el cuerpo, algo de mí se perdía en cada agujero. Por eso, ver ahora un abismo infranqueable no me resulta nuevo.
Observé mal, y confundí la noche con el día, ya lo ves, sólo soy un estúpido que nunca supo nada. Quizá la venda de las sacudidas me hacía vivir otro mundo. Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver, y yo sólo veía fuegos artificiales en medio de una tormenta.
Tal vez me engañaron tus ojos, que atraen a las polillas solitarias. Puede que fuera tu piel, un viejo sueño por el que caminan las caricias que nunca di. O tu cabello, sobre el que trepan las ganas de volver a luchar.
No lo sé, ignoro muchas cosas. Es posible que fuese tu belleza, esa que sabes guardar bien adentro; ¿o se tratará de la alegría que se lleva mi tristeza? Es mucho lo que cambias. Si fuese una piedra, me volverías polvo. Si fuese hierro; lava candente. He vuelto a sentir por unos días.
Yo no decido nada. Las cosas se mueven y se transforman. Las fichas del dominó caen, y dibujan tu rostro. Siempre estuvo ahí, aunque con menos fuerza. Las flechas vuelan y te pillan en medio, pero no es lo que buscaba. Lamento disparar cuando tus escudos ya estaban activados. No es sangre lo que quiero sentir en tu cuerpo; es el tacto de mis dedos.
Aunque antes que perder tu voz, prefiero perder la guerra. Y querré ver tus sonrisas, a pesar de que no te veré tal y como me muestro ahora. Dejaré de lado la búsqueda del arcoiris para poder ver el sol brillar en tus labios. Ya son demasiado grises los segundos como para traer más lluvia.
Uno no puede echar de menos aquello que jamás consiguió.
https://youtu.be/yRkz8Y-qkhw
Observé mal, y confundí la noche con el día, ya lo ves, sólo soy un estúpido que nunca supo nada. Quizá la venda de las sacudidas me hacía vivir otro mundo. Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver, y yo sólo veía fuegos artificiales en medio de una tormenta.
Tal vez me engañaron tus ojos, que atraen a las polillas solitarias. Puede que fuera tu piel, un viejo sueño por el que caminan las caricias que nunca di. O tu cabello, sobre el que trepan las ganas de volver a luchar.
No lo sé, ignoro muchas cosas. Es posible que fuese tu belleza, esa que sabes guardar bien adentro; ¿o se tratará de la alegría que se lleva mi tristeza? Es mucho lo que cambias. Si fuese una piedra, me volverías polvo. Si fuese hierro; lava candente. He vuelto a sentir por unos días.
Yo no decido nada. Las cosas se mueven y se transforman. Las fichas del dominó caen, y dibujan tu rostro. Siempre estuvo ahí, aunque con menos fuerza. Las flechas vuelan y te pillan en medio, pero no es lo que buscaba. Lamento disparar cuando tus escudos ya estaban activados. No es sangre lo que quiero sentir en tu cuerpo; es el tacto de mis dedos.
Aunque antes que perder tu voz, prefiero perder la guerra. Y querré ver tus sonrisas, a pesar de que no te veré tal y como me muestro ahora. Dejaré de lado la búsqueda del arcoiris para poder ver el sol brillar en tus labios. Ya son demasiado grises los segundos como para traer más lluvia.
Uno no puede echar de menos aquello que jamás consiguió.
https://youtu.be/yRkz8Y-qkhw
viernes, 13 de mayo de 2016
Incomunicados
Palabras que chocan con silencios, ya nada se construye. Igual que un camaleón, las letras se callan también, y sólo quedan dos islas separadas en medio de la tierra. Sé que en la mía llueve, aunque nada sé de la otra.
A veces el asesino de la tinta y la voz es más peligroso que su hermana, la ira vociferante. Dejaré de lado las ilusiones, esas ratoneras sin salida que atrapan y consumen a los incautos. Que vuelvan los búnkeres, odio salir a luchar.
Y es que soy un pésimo tirador; nunca acierto, y ante lo que parece un tiro perfecto sólo hay un casco levantado por la tabla de la soledad. Es cierto que así no ganaré guerra alguna, pero tampoco perderé. Uno se cansa de rendiciones incondicionales.
No, no saldré al campo de minas, y tampoco me meteré en las trincheras. Que traiga la bandera blanca quien quiera, pues aunque la mía ondea en lo alto siempre es ametrallada.
Corto y cierro.
A veces el asesino de la tinta y la voz es más peligroso que su hermana, la ira vociferante. Dejaré de lado las ilusiones, esas ratoneras sin salida que atrapan y consumen a los incautos. Que vuelvan los búnkeres, odio salir a luchar.
Y es que soy un pésimo tirador; nunca acierto, y ante lo que parece un tiro perfecto sólo hay un casco levantado por la tabla de la soledad. Es cierto que así no ganaré guerra alguna, pero tampoco perderé. Uno se cansa de rendiciones incondicionales.
No, no saldré al campo de minas, y tampoco me meteré en las trincheras. Que traiga la bandera blanca quien quiera, pues aunque la mía ondea en lo alto siempre es ametrallada.
Corto y cierro.
jueves, 12 de mayo de 2016
Temblores
Se ha roto el fino equilibrio que mantenía las mareas a salvo, ahora el agua lo inunda todo. Existen tsunamis creados por la apatía que derriban convicciones enteras. La esperanza, nadando en el barro, intentará ser la última superviviente de un naufragio mortal.
No existen refugios, y las palabras no envuelven como antes. Todo pierde su fuerza. Siempre pisando sin saber cuál es el camino. Se desgarran las emociones, y jamás existieron cicatrices. La humanidad camina, y yo me dejo caer sobre montañas de universos rotos, como mi cabeza.
Que venga la lluvia, que caiga la noche sobre mis ojos. Borré de mis ojos los colores del arcoiris y coloqué el sepia de las películas de terror. Así da menos miedo la realidad. Y sé que correrán las partículas a juntarse, pero yo nunca lo haré.
Temblores. A veces quisiera que fuese el frío, o una extraña enfermedad que me nubla los sentidos. Aunque no es otra cosa que la vida que habita tras estas manos. Lo que se escapa y que nunca tendré.
Unos dedos que entrelacen los míos.
https://youtu.be/w2mKRjPHUNg
No existen refugios, y las palabras no envuelven como antes. Todo pierde su fuerza. Siempre pisando sin saber cuál es el camino. Se desgarran las emociones, y jamás existieron cicatrices. La humanidad camina, y yo me dejo caer sobre montañas de universos rotos, como mi cabeza.
Que venga la lluvia, que caiga la noche sobre mis ojos. Borré de mis ojos los colores del arcoiris y coloqué el sepia de las películas de terror. Así da menos miedo la realidad. Y sé que correrán las partículas a juntarse, pero yo nunca lo haré.
Temblores. A veces quisiera que fuese el frío, o una extraña enfermedad que me nubla los sentidos. Aunque no es otra cosa que la vida que habita tras estas manos. Lo que se escapa y que nunca tendré.
Unos dedos que entrelacen los míos.
https://youtu.be/w2mKRjPHUNg
miércoles, 11 de mayo de 2016
El segador
"Y vino el segador, y toda la alegría del valle se la llevó". Así rezaba la entrada de la casa. Un boomerang que vuelve y golpea, allí donde no hay lugar para la cordura. Tropecé con mis propias piedras, no debería quejarme del dolor que causan los golpes.
¿Donde está la guadaña? Esa que nunca se vuelve roma por mucho que se utilice. No reconozco la seguridad del suelo que piso, no comprendo nada y pesan los días para un Atlas anémico. Siempre pierdo, siempre pierdo. ¿Qué es ganar cuando el triunfo es efímero?
Volví a verme, entre las cárceles sin barrotes, entre la última lucha. Sucumbir. ¿A quién culpar? A mí, el devorador de almas. Allí donde crezcan los campos en flor pasaré el acero afilado. No lo puedo evitar.
Crecí con la derrota en la mano.
https://youtu.be/3UuzkX8FWV0
¿Donde está la guadaña? Esa que nunca se vuelve roma por mucho que se utilice. No reconozco la seguridad del suelo que piso, no comprendo nada y pesan los días para un Atlas anémico. Siempre pierdo, siempre pierdo. ¿Qué es ganar cuando el triunfo es efímero?
Volví a verme, entre las cárceles sin barrotes, entre la última lucha. Sucumbir. ¿A quién culpar? A mí, el devorador de almas. Allí donde crezcan los campos en flor pasaré el acero afilado. No lo puedo evitar.
Crecí con la derrota en la mano.
https://youtu.be/3UuzkX8FWV0
sábado, 7 de mayo de 2016
Placeres
He tenido placeres que se encuentran con relativa rapidez. Desde la primera mirada, a retozar varias veces en un día. Es algo a lo que estamos predispuestos. Un punto de gozo que se expande. Y, sin embargo, por grande que parezca, no es el principal.
Cada persona tiene sus propias fuentes de satisfacción. Su forma de llenar los vacíos que surgen en el día a día. Y para mí una de ellas se resume en una palabra: el perro. Así, en general. No sabría decir por qué. Podría intentar explicar que aparece un vínculo entre los perros y yo. Y cuando me tengo que separar de ellos, se siente como si perdiera un amigo que nunca traiciona.
Me llega a la memoria un entrañable compañero, Simba, que fue acogido por una familia alemana después del tiempo que pasé con él. Y recuerdo sus movimientos, sus gustos (por ejemplo, las croquetas le encantaban), como si todavía estuviera aquí.
Creo que algún día se nos caerá la venda de los ojos y empezaremos a ver las cosas desde la empatía, y no desde la frialdad del inhumano. Entonces los podencos sólo irían a cazar conejos de peluche, y los animales abandonados serían un vago recuerdo de un pasado vergonzoso.
Como ya dije, todos tenemos nuestra forma de ser felices.
La mía es ver que ellos también pueden serlo.
Para Sara, muchas felicidades =)
Palabras clave: Retozar, perro, croqueta
Cada persona tiene sus propias fuentes de satisfacción. Su forma de llenar los vacíos que surgen en el día a día. Y para mí una de ellas se resume en una palabra: el perro. Así, en general. No sabría decir por qué. Podría intentar explicar que aparece un vínculo entre los perros y yo. Y cuando me tengo que separar de ellos, se siente como si perdiera un amigo que nunca traiciona.
Me llega a la memoria un entrañable compañero, Simba, que fue acogido por una familia alemana después del tiempo que pasé con él. Y recuerdo sus movimientos, sus gustos (por ejemplo, las croquetas le encantaban), como si todavía estuviera aquí.
Creo que algún día se nos caerá la venda de los ojos y empezaremos a ver las cosas desde la empatía, y no desde la frialdad del inhumano. Entonces los podencos sólo irían a cazar conejos de peluche, y los animales abandonados serían un vago recuerdo de un pasado vergonzoso.
Como ya dije, todos tenemos nuestra forma de ser felices.
La mía es ver que ellos también pueden serlo.
Para Sara, muchas felicidades =)
Palabras clave: Retozar, perro, croqueta
Follow your heart
Nunca supe cambiar la dirección del viento, ni la frecuencia de las mareas. Una mano sola no basta para derribar un siglo, aunque una palabra sí puede transformar una vida. Al final, somos pequeños peones dentro de un grano de arena, y es ahí donde podemos movernos.
Sé que mis impactos son leves, aunque mis lazos abarquen kilómetros. Sin embargo, la rueda ya ha comenzado a girar, y no parece que algo vaya a detenerla. Ambos comenzamos a construir puntas sobre la madera del tejo. Y tal vez terminemos siendo una extensión del otro, una bola de fuego que no arde ni se consume.
No puedo modificar mucho, eso también lo he aprendido. Pero si tus ojos quieren ver los míos, los encontrarás en cada reflejo. Si crees que tu piel puede encontrar un hogar en la mía, sentirás mis dedos rozarte en cada brisa. Y no hay peores lágrimas que aquellas que no pueden ser borradas, ni peor prisión que una tristeza a la que ningún acto hace mella.
A veces desearía estar y no permanecer, humedecer el estado de unos labios que jamás se han tocado; pues por todos es sabido que la belleza que eclipsa no es igual a la que enamora. Pero cuidado, cada ladrillo que se coloque en esta dirección nunca podrá volver a su lugar original.
Yo lucharé, asentándome en todos esos rincones vacíos que amenazan con ocupar días enteros. Y la victoria llegará, sólo si tú lanzas la primera piedra. Un punto de no retorno es eso: una nueva etapa en la que eliges entrar, bloqueando otras del pasado.
Ya sabrás que tus huellas caminan por los valles de mi mente, y espero que algo de mí se haya impregnado en tu alegría, haber matado alguna vez la eunoia que te destroza.
Ahora, quizá, si nos robamos el aliento, tendremos una flecha que atraviese el corazón de lado a lado.
De nosotros depende que, al tocarla, no se desangre.
https://youtu.be/rW8biWyQKUY
Sé que mis impactos son leves, aunque mis lazos abarquen kilómetros. Sin embargo, la rueda ya ha comenzado a girar, y no parece que algo vaya a detenerla. Ambos comenzamos a construir puntas sobre la madera del tejo. Y tal vez terminemos siendo una extensión del otro, una bola de fuego que no arde ni se consume.
No puedo modificar mucho, eso también lo he aprendido. Pero si tus ojos quieren ver los míos, los encontrarás en cada reflejo. Si crees que tu piel puede encontrar un hogar en la mía, sentirás mis dedos rozarte en cada brisa. Y no hay peores lágrimas que aquellas que no pueden ser borradas, ni peor prisión que una tristeza a la que ningún acto hace mella.
A veces desearía estar y no permanecer, humedecer el estado de unos labios que jamás se han tocado; pues por todos es sabido que la belleza que eclipsa no es igual a la que enamora. Pero cuidado, cada ladrillo que se coloque en esta dirección nunca podrá volver a su lugar original.
Yo lucharé, asentándome en todos esos rincones vacíos que amenazan con ocupar días enteros. Y la victoria llegará, sólo si tú lanzas la primera piedra. Un punto de no retorno es eso: una nueva etapa en la que eliges entrar, bloqueando otras del pasado.
Ya sabrás que tus huellas caminan por los valles de mi mente, y espero que algo de mí se haya impregnado en tu alegría, haber matado alguna vez la eunoia que te destroza.
Ahora, quizá, si nos robamos el aliento, tendremos una flecha que atraviese el corazón de lado a lado.
De nosotros depende que, al tocarla, no se desangre.
https://youtu.be/rW8biWyQKUY
jueves, 5 de mayo de 2016
Peldaños
Ya he llegado al final de una carrera donde la movilidad de mis piernas no importaba nada. Tampoco tenía impacto alguno el tener una buena moto o girar bien en las curvas a toda velocidad. Aquí entraban en juego otros factores. Las relaciones, el cerebro, el bienestar emocional.
Y es que hace falta valentía para dejar atrás aquellas etapas que tuvimos que abandonar. Dejar la puerta cerrada y ver que existen muchas ventanas a veces no es tan sencillo. El sentimiento que atraviesa los rincones no suele ser el adecuado, y veo enemigos en las sombras que existen. Sé que me equivoco y que no se pueden desandar los errores, sólo aprender de ellos.
Me he levantado y he visto detrás de una lux aeterna una mano en la que aferrarme, junto a otros pilares que no siempre están pero que nunca desaparecen. Y sé que ahora, alcanzar otro peldaño no me dará lo que busco, aunque reconozco que ayuda. Nada es fácil y lo difícil no ha llegado todavía.
Permaneceré luchando, con espadas que no cortan, contra enemigos que no fallan. Sé que venceré.
Para Ana Belén, muchas felicidades :3
Palabras clave: Valentía, sentimiento y velocidad.
Y es que hace falta valentía para dejar atrás aquellas etapas que tuvimos que abandonar. Dejar la puerta cerrada y ver que existen muchas ventanas a veces no es tan sencillo. El sentimiento que atraviesa los rincones no suele ser el adecuado, y veo enemigos en las sombras que existen. Sé que me equivoco y que no se pueden desandar los errores, sólo aprender de ellos.
Me he levantado y he visto detrás de una lux aeterna una mano en la que aferrarme, junto a otros pilares que no siempre están pero que nunca desaparecen. Y sé que ahora, alcanzar otro peldaño no me dará lo que busco, aunque reconozco que ayuda. Nada es fácil y lo difícil no ha llegado todavía.
Permaneceré luchando, con espadas que no cortan, contra enemigos que no fallan. Sé que venceré.
Para Ana Belén, muchas felicidades :3
Palabras clave: Valentía, sentimiento y velocidad.
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