Nunca pensé que
escucharía la hipnosis,
ni que las notas
arroparían el mundo.
Vi la inocencia rasgar
más de un velo, romper
más de una coraza
que se pretendía inmortal.
Para lo que unos es
un momento ya olvidado
se convierte en un
rayo que lo llena todo.
Todo tal vez no esté lleno,
ni de ti, ni de mí,
pero sí fuiste la eternidad
en apenas cinco minutos.
No sé si tu casa está
realmente pintada,
pero debes saber que yo
ya llevo tus colores.
No sé siquiera cuáles son
o cómo llegaron aquí,
pero son cálidos como
los días en que te vi.
Y quizá nunca sabrás quién soy,
y quizá nunca sabré quién eres,
porque nos movemos en
otras aguas, en otras direcciones.
Pero recuerda que hasta
el gesto más simple
puede ser una ola cargada
que calma y enciende.
No es cierto que sólo quien
ama vuela, yo he atravesado
las nubes con tus letras,
las galaxias con tu melodía.
Tal vez la poesía no es
de quien la escribe,
sino de quien, como tú,
la transmite como el fuego.
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