Apareció un día en el que quería no existir. Me recordaba a una canción de Radiohead, titulada "How to disappear completely". Y, al igual que me ocurrió con el ritmo de la música, acabé por aficionarme a ella. Otro ultra más en la hinchada, observando sus movimientos a lo lejos.
Y me siento aquí, en el estadio, un lugar casi vacío. La veo a ella pasear con el poni, y enfrentarse a vallas de hípica más altas de lo que le gustaría. Pelea, pero a veces el aburrimiento y el hastío pueden ser más fuertes que todo lo demás. Quizá no sea su culpa. Tal vez sus alicientes se encuentran en otras plazas, en otras orillas.
De vez en cuando regatea a la mala suerte. Pero ya no es esa chica triste. Tal vez tiene sus malas rachas, como todos, pero no quiere desaparecer, ni tampoco lo hará. Si lo hiciese, el mar que pisan sus pies se secaría, y sólo quedaría la sal.
Y, dime, ¿quién va a querer bañarse en la sal pudiendo ahogarse en sus ojos?
Muchas felicidades María :33
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