Hoy llueve, es cierto. Otras veces cayó agua donde nadie podía mirar, y en ocasiones las gotas volvían a su lugar de origen.
Hoy nieva, es cierto. Otras veces se congelaron proyectos y puentes que creíamos inquebrantables, y en ocasiones nosotros mismos vimos que no se podía ya avanzar.
Hoy también, en otros sitios, el cielo está despejado. Otras veces pensamos que la vida sería tan limpia y clara como el horizonte, y en ocasiones no imaginamos siquiera que existían las tormentas.
Intento dibujar un camino pero las líneas se salen de los bordes, y no hallo más que negaciones y vacío, imposibles y soledad. No podré decir que no lo intenté. El espino tiene muescas de óxido por mi sangre, y no abandoné en ningún momento aquello en lo que creí.
Sin embargo, no soy más que un peón, y mis manos no deciden nada, y mis esfuerzos no marcan pauta alguna. A veces me siento a esperar, y lo único que ocurre es que todo gira y se mueve menos yo.
Ya he dado mi último aliento, ya he quemado mi última bala, y, sea un círculo o una paralela lo que dibuje el horizonte, algo tengo por seguro. Necesito moverme.
Aunque no es lo mismo hacerlo solo, que contigo.
https://youtu.be/Trc_5pOz6Gs
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