Nunca supe
sustraer nada,
ni bancos,
ni estrellas.
Nunca supe
actuar, danzar,
en medio de
infinitas dudas.
Si me vences,
me rindo,
si te gano,
subo los peldaños;
mis balas jamás
hacen sangre,
y mis cuchillas
no saben cortar.
Te tengo enfrente,
igual que un pez
mirando otro pez
en distintas peceras.
Y el fondo del mar
no es tan grande,
y si tus ojos me buscan
me van a encontrar.
Piso sobre puentes
hechos de cristal,
en alturas infinitas,
bajo emociones sin fin.
Te acaricio allí
donde no existes,
un mar de olas
recorre tu espalda.
Te acaricio allí
donde no estoy,
el verano es invierno
en tu alma inquieta.
Y nunca sabrás
qué hay detrás
de la alegría,
de la humedad.
Y nunca sabrás
que he recorrido
montañas y valles
para encontrarme.
En ti.
La subida y la bajada,
el deseo y la rabia,
la tristeza y el sueño.
Quería quitarte
un beso y una noche,
en bucle eterno
y cielos fugaces.
Pero no puedo,
aunque quiero,
aunque ardo,
entre estas paredes.
Así que me pondré
una capucha,
cogeré unas palabras
y algún sentimiento.
Te apuntaré, al fin,
y querré robarte
una sonrisa,
una nota musical.
Y, sin que levantes
ninguna de tus manos,
dispararé sílabas
nunca dichas.
Aunque quizá miento
y ya fueron desveladas,
el nervio rondando,
la negación saludando.
Te quiero, como nunca
antes el amor quiso,
te quiero, como siempre
quise lo inalcanzable.
https://youtu.be/uJr8cw0bRh8
Para Clara.
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