He cambiado
mis candados
por una ruleta
que gira y gira,
bajo el agua con sal,
bajo la asfixia.
He cambiado
mis emociones
por una carta
en una botella
arrojada al mar,
que se hunde,
que no encalla.
He cambiado
mis sueños
por una eterna
moneda al aire,
cuya cara
es la cruz.
He cambiado
un cajón lleno
de alegrías
por una red
hecha de agujeros,
donde se quedan
pegados los
espejismos.
He cambiado
el sí por el no,
el camino por
el barranco,
el vuelo estable por
el viento turbulento.
He cambiado
la brisa del mar
en mi rostro
por la niebla
de los pantanos,
donde me pierdo
y ya ni me busco.
He cambiado
vajillas enteras
de plata ley
por el plástico
de un sólo uso,
que se rompe,
que no funciona.
He cambiado
mi silencio
por palabras
de ruina,
que estallan adentro,
que disparan.
He cambiado,
ya lo ves,
sin decir siquiera
cuánto, ni qué,
y, sin embargo,
este amor que
en mis entrañas arde,
sigue siendo el mismo.
He cambiado,
ya lo ves,
y todo sigue igual.
https://youtu.be/lZiNtbgm9oM
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