La rabia es una mujer con la espada de Damocles que no tiene los ojos tapados, pero sí bloqueados los sentidos. Lleva la balanza que divide el bien y el mal según una concepción jurídica abstracta, y que, aunque la ejerce según la ley, desconoce sobre quién cargar la espada, y, una vez que da el golpe, el arma se vuelve una granada de humo, una gran bola que se expande y golpea a varios objetivos, a unos más que a otros, pero los aludidos sienten la afilada cuchilla golpeando sus entrañas. Pero, de forma curiosa, es la otra mano de esta mujer la que actúa como venda en los cuerpos de las personas que no debieron recibir el impacto.
"Si te enfadas, piensa en las consecuencias".- Confucio.
Bienvenido a un mundo tan abstracto como lo que pasa por mi cabeza. Literatura rompecabezas que significa cualquier cosa menos la que es. O puede que veas la realidad.

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sábado, 19 de octubre de 2013
lunes, 30 de septiembre de 2013
Enfermedad
Un caballo, una torre, y un alfil en el tablero de ajedrez se alzan, cada uno por su lado, pero del mismo color. Amenazantes piezas, con mortíferas espadas que aturden y atontan, pero que conocen de antemano que no pueden alcanzar al rey. Perdieron la partida antes de empezar, pero aún así siguen plantando cara, pues les va la vida en ello. Mis peones sucumben ante los primeros ataques, pero luego la batalla se estabiliza hasta quedar en punto muerto, tornándose a una guerra de desgaste, con trincheras que delimitan las líneas, y; al fondo, el pensamiento de saber que la partida está ya afianzada y que, sin embargo, todavía queda mucho por ganar.
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