- ¡Ey, hola! Has vuelto. ¿Cuanto ha pasado? Quince días, ¿no? Eso sí, has llegado con ganas de hablar. Y eso me gusta. Veo que también has traído dos animales contigo. Lobos. Muy bonitos cuando no están hambrientos, ¿no crees? Pero ven, no te quedes ahí, de pie.
La figura se desplaza y se sitúa al lado. Los lobos, al fondo, se quedan expectantes. Uno es de color negro con ojos verdes, el otro, blanco con ojos azul intenso. Deben ser del mismo tiempo, pues la altura y complexión que tienen son similares. Son jóvenes. Casi es de noche, por lo que sus ojos despiden un brillo hermoso.
- Bueno, ¿cómo van las cosas? Ya estás de vuelta al trabajo, ¿no es cierto? Y después, "finito". Ya me contarás donde conseguiste los lobos. Ahora que has venido, me preguntaba si... Es una duda que tengo, y es que, tú dices cosas, hablas, pero, ¿algo de eso me lo dices a mí? A mí me gusta pensar que sí, que por alguna razón vienes de vez en cuando a sentarte aquí. Aunque en realidad tengo mis dudas. Y no afirmo nada. Es mejor así. ¿No?
Silencio. Los lobos ya no están quietos. Están uno frente al otro y se gruñen, enseñando los dientes. La noche se cierra.
- Tus lobos no tienen buen humor hoy, ¿eh? A ver si se les va a escapar un bocado. Que yo le tengo mucho aprecio a mis brazos.
- No te harán nada.- Murmuró.
- ¿No? Bueno es saberlo. ¿Cuando volverás? Te eché de menos, ¿sabes? Venía aquí cada día y echaba un vistazo, por si te veía aparecer. Sin resultado. Hasta hoy. Aunque debes encontrar extraño eso, ¿verdad? Al fin y al cabo soy yo el que se pone a hablarte. Tú apenas hablas. Conmigo. Con el bosque sí. El río cambia cuando vienes. Y el viento. Lo cambias todo.
- Yo no cambio nada. Las cosas cambian.
- Umm... Las cosas cambian debido a ti. Sin ti permanecen igual. No importa cómo lo quieras definir.
Se escuchan dentelladas y aullidos escalofriantes. Los lobos se pelean. Se muerden en las orejas, se dan zarpazos en la cara, se revuelcan en el suelo.
- Traje piruletas. No sé si te gustan, pero quise traerlas. Ten.
- ¿Por qué haces esto? - Cogió la piruleta y la abrió.
- ¿El qué?
- Todo esto. Lo de venir aquí. Lo de hablarme. Darme esto. - Se metió la piruleta en la boca.
- ¿Y por qué no habría de hacerlo?
Un gemido lastimero interrumpe la escena. Uno de los animales va ganando. No se distingue bien quién, debido a la sangre y a la oscuridad del lugar.
- Yo también he estado pensado... Cuando vienes aquí, y me hablas, ¿me hablas a mí o hablas contigo mismo? ¿Me dices a mí las cosas o te las repites para ti?
- Quizá las dos opciones son ciertas. Pero piensa que si no vinieses nada de esto se habría dicho.
Una ráfaga de sangre empapa a los interlocutores. Solo queda un lobo, que aulla, victorioso. El muchacho se gira para ver qué lobo es el que ha muerto.
- ¡Mira! Ha matado al lobo que tenía los ojos...
- Lo sé. No hace falta que me gire. Sé quién ha ganado. Lo que no sé es si tienes algo que ver en eso.
Bienvenido a un mundo tan abstracto como lo que pasa por mi cabeza. Literatura rompecabezas que significa cualquier cosa menos la que es. O puede que veas la realidad.

Mostrando entradas con la etiqueta Lobo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lobo. Mostrar todas las entradas
jueves, 10 de septiembre de 2015
sábado, 21 de febrero de 2015
Hermanos Grimm
Hoy me ha dado ganas de ir a ver a Caperucita Roja. He quedado con ella en el bosque, y el lobo ha aparecido también. Nos hemos comido lo que llevaba en la cesta para su abuelita. Total, no creo que se lo vaya a comer tal y como está. También se ha presentado el leñador con unas cervezas, y el lobo parece ser que no aguanta el alcohol, y se ha quedado frito. Cosas que pasan. Creo que no le gusto a la abuela de Caperucita; cada vez que me ve, dice que me tiene bien enfilado. No sé qué querrá decir, pero nada bueno, seguro.
Después de haber rebajado la comilona, me fuí con Caperucita al cine. Han abierto uno al lado de su casa, que se están cargando el bosque, dice, algo sobre especulación urbanística. Y que le quieren comprar la casa. No sabe qué hacer, la pobre. Me cuenta que han desahuciado a la familia Gretel, y que la Cenicienta lidera un movimiento llamado la PAH. Y yo pienso: Lo que han cambiado las cosas.
PD: Disculpadme si me he cargado vuestra infancia.
Después de haber rebajado la comilona, me fuí con Caperucita al cine. Han abierto uno al lado de su casa, que se están cargando el bosque, dice, algo sobre especulación urbanística. Y que le quieren comprar la casa. No sabe qué hacer, la pobre. Me cuenta que han desahuciado a la familia Gretel, y que la Cenicienta lidera un movimiento llamado la PAH. Y yo pienso: Lo que han cambiado las cosas.
PD: Disculpadme si me he cargado vuestra infancia.
Etiquetas:
bosque,
Caperucita Roja,
casa,
hermanos Grimm,
Lobo
domingo, 29 de diciembre de 2013
A wolf
Un lobo se acerca mordiendo suavemente una piel que se configura ante sus ojos, como si quisiera acariciar con los dientes igual que con sus piernas, pero no lo hace para no arañar los delicados hilos que soportan esa estructura gelatinosa. Es posible que el lobo se enfade si es apartado de su agradable tarea, pues es algo que quería hacer con intensidad, y aunque sea algo venido del cielo, no ha sido fácil para él dar con lo que está visualizando.
Sus instintos se transforman, se vuelven protectores, y a la vez se vuelve manso frente a aquello que acaricia con su pelaje, pero no es la docilidad del vencido, sino que se construye una estructura de reciprocidad entre las dos figuras, y aunque el cansancio domine los ojos y la mente, los lazos se mantienen firmes a lo largo de los días y los meses.
http://youtu.be/OUC8AJ-l_vo
Sus instintos se transforman, se vuelven protectores, y a la vez se vuelve manso frente a aquello que acaricia con su pelaje, pero no es la docilidad del vencido, sino que se construye una estructura de reciprocidad entre las dos figuras, y aunque el cansancio domine los ojos y la mente, los lazos se mantienen firmes a lo largo de los días y los meses.
http://youtu.be/OUC8AJ-l_vo
Ubicación:
23170 La Guardia, Jaén, España
Suscribirse a:
Entradas (Atom)